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Descripción

MALETÍN DE XAVIER CUGAT

Barcelona és bona si la bossa sona. Maleta del dia 7 deJulio, conteniendo:1 dibujo original de Xavier Cugat10 litos de Barcelona firmadas por el autor.1 plato serigrafiado con "Sant Jordi"1 disco con grandes éxitos de X. Cugat.1 abanico original de X. Cugat.Desplegable alegórico sobre la ciudad de Barcelona.Se han realizado 429 ejemplares :365 ejemplares correspondientes a cada dia del año52 ejemplares con las semanas del año.12 ejemplares con los meses del año.

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MALETÍN DE XAVIER CUGAT

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FERRÁN GARCÍA SEVILLA (Palma de Mallorca, 1949). "Bol 16", 2005. Acrílico sobre lienzo. Firmado al dorso. Procedencia: Galería Joan Prats de Barcelona. Adjunta una etiqueta de la galería Joan Prats. Medidas: 152 x 172 cm. En esta composición de carácter festivo, sin dejar de ser conceptual e intelectual (en la línea del grueso de sus experimentaciones pictóricas), García Sevilla dialoga con el legado del expresionismo abstracto e incluso con el puntillismo para eclosionar esta herencia en supernovas cromáticas. Vinculado inicialmente a la teoría y la crítica de arte, García Sevilla ha sido profesor de Bellas Artes en varias universidades. Debutó individualmente en 1972. Tras iniciar su carrera artística en el arte conceptual, desembocó en la pintura y la gráfica, enmarcadas en el llamado arte posmoderno. Suele disponer figuras bien definidas, a menudo antropomorfas, sobre fondos neutros o con motivos insistentemente repetidos. Utiliza gamas cromáticas ricas, vivas y contrastadas, con un lenguaje simplificado, a veces cercano al arte primitivo. Los enormes cuadros de García Sevilla, sus imágenes contundentes, su humor a menudo brutal, los textos que ocupan parte de la superficie de estos cuadros, su capacidad expresiva, se han hecho familiares tanto a los espectadores españoles como a los de otros países. Dotado de una imaginación casi tan prodigiosa como su voluntad, García Sevilla es una auténtica máquina de producir cuadros, de devorar y transformar imágenes. Todo ello encuentra su traducción en el plano verbal: desde su famosa entrevista con Kevin Power, recogida en el libro de éste "Conversaciones con..." (1985), nadie duda de que García Sevilla es uno de los pintores españoles que más cosas tiene que decir y que, bajo una apariencia de improvisación y, si es preciso, de delirio, más vueltas da al significado de su obra. En este aspecto, su caso recuerda al de Miró, al que siempre ha mostrado una gran admiración. Ha realizado exposiciones individuales en Europa y Estados Unidos, y participado en colectivas en Hamburgo, Viena, Munich, San Petersburgo, Lisboa y varias ciudades españolas, así como en la Documenta de Kassel (1987) y en las Bienales de Estambul (1989) y São Paulo (1996). Entre las exposiciones personales que ha realizado en los últimos años destacan las de la galería Elga Wimmer de Nueva York (1992), la Thomas Netusil Kunsthandel de Viena (2000) y la galería Fúcares de Madrid (2008). García Sevilla está representado en el Centre Pompidou de París - Museo Nacional de Arte Moderno, el Museo Nacional Reina Sofía, el MACBA de Barcelona, el Centro Atlántico de Arte Moderno de Las Palmas, el CaixaForum de Barcelona, la Fundación Suñol, el Museo Colecciones Ico, Es Baluard de Palma de Mallorca, el IVAM de Valencia, la Fundación Juan March, el Museo Patio Herreriano de Valladolid, el ARTIUM de Vitoria y el MuHKA de Amberes.

RAMÓN MARTÍ ALSINA (Barcelona, 1826 - 1894). "La modelo". Óleo sobre lienzo. Revestido. Sin firma. Adherida al dorso una etiqueta de la Sala Parés de Barcelona. Tiene parches en la parte posterior. Medidas: 182 x 89 cm. Con los pies envueltos en una tela que se desliza por las piernas, la modelo se muestra desnuda y de cuerpo entero pero gira la cabeza como si quisiera ocultar su identidad, al tiempo que adopta un gesto ambiguo engañosamente pudoroso. Las mujeres de Martí Alsina son de una gran contundencia carnal, que aquí se ve acentuada por el fondo negro y por el tamaño natural de la figura. El modelado de sus miembros es magistral, lo que confiere a la anatomía una cadencia escultórica pero exenta de todo idealismo, haciéndola viva, espontánea y sensual. La sedosidad del cabello azabache, el modelado luminoso de las formas, la perfecta redondez de las rodillas, etc. denotan la impronta de un maestro. Considerado hoy como la figura más importante del realismo español, Martí Alsina se enmarca dentro de la vanguardia europea de la época. Revolucionó el panorama artístico español del siglo XIX, fue pionero en el estudio del dibujo del natural y creador de la escuela catalana moderna, así como maestro de toda una generación, con discípulos de la talla de Vayreda, Urgell y Torrescassana. Inició sus estudios de Filosofía y Letras, alternándolos con clases nocturnas en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona hasta 1848. Finalizado este primer aprendizaje y decidido a dedicarse a la pintura, da sus primeros pasos en la comarca del Maresme, donde comienza a ganarse la vida pintando retratos de estilo naturalista y paisajes "à plen air". En 1852 ingresó como profesor de dibujo lineal en la Escuela de la Lonja de Barcelona, y dos años más tarde comenzó a impartir clases de dibujo de figuras, puesto que ocupó hasta la subida al trono de Amadeo de Saboya. En 1853 viajó a París, donde visitó el Louvre y se familiarizó con la obra de Horace Vernet, Eugène Delacroix y el romanticismo francés. Más tarde conocería la obra de Gustave Courbet, máximo exponente del realismo. En 1859 fue nombrado académico correspondiente de la Academia de Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona. Su primera exposición importante fue la Exposición General de Bellas Artes de Barcelona en 1851. A partir de ese momento expuso regularmente en Barcelona, Madrid y París, y fue invitado a la Exposición Universal de la capital francesa en 1889. Entre sus premios destacan las medallas obtenidas en las Exposiciones Nacionales de Madrid, tercero en 1858 con la obra "Último día de Numancia" y segundo en 1860 con su paisaje. En sus últimos años vivió recluido, centrando sus esfuerzos en la búsqueda de nuevas formas de expresión, con una pincelada cercana al impresionismo. Entre sus temas encontramos numerosos paisajes y marinas, vistas urbanas (especialmente de Barcelona), retratos y figuras humanas, escenas de género, temperamentales desnudos femeninos, pintura de historia y escenas bíblicas. En pocas ocasiones se dedicó a los bodegones, aunque también pintó algunos. Se conservan obras de Martí Alsina en el Museo del Prado, el Thyssen-Bornemisza, el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, el Museo de la Abadía de Montserrat y el Museo de l'Empordà, en Figueras.