Null JOSÉ MARÍA SERT (Barcelona, 1874 - 1945).

"Pueblo de libertad" y "Pueblo d…
Descripción

JOSÉ MARÍA SERT (Barcelona, 1874 - 1945). "Pueblo de libertad" y "Pueblo de comerciantes", 1932-1934. Boceto para el auditorio del Museo San Telmo de San Sebastián. Óleo sobre tabla. Los paneles definitivos publicados en "José María Sert. Su vida y su obra", Alberto del Castillo, pp. 215 y 218. Medidas: 74,5 x 53,5 cm. Este lienzo presenta dos escenas. Por un lado, "Pueblo de la Libertad", que muestra el Árbol de Guernica, símbolo de las libertades de Vasconia, que se alza con sus ramas secas frente al peristilo de la Casa de las Juntas. Alberto del Castillo afirma que "la figura de la Libertad vuela por los aires, centrando una aureola centelleante que surcan los rayos de gloria". Al pie del viejo roble, un gran libro abierto simboliza el Fuero de Bizkaia; por su parte, "Pueblo de comerciantes" representa la escena dedicada a la Real Compañía Guipuzkoana de Caracas, entidad que dio a la provincia un inusitado auge económico a lo largo del siglo XVII. Esta obra exalta a los vascos como pueblo de comerciantes. Ambas composiciones fueron pintadas para la decoración del gran salón del Museo del antiguo convento de San Telmo de San Sebastián, una de las decoraciones más vistosas de la vida del pintor. Formado con Benito Mercadé y Pere Borrell, Sert fue miembro del Círculo Artístico de Sant Lluc. En 1908 decoró la Sala dels Pasos Perdus del Palacio de Justicia de Barcelona, y en 1910 presentó la decoración mural del salón de baile del marqués de Alella (Barcelona) en el Salón de Otoño de París y decoró el salón de música de la princesa de Polignac en París. En los años siguientes trabajó para la reina Victoria Eugenia (Santander) y para Robert Rotschild (Chantilly). Pinta nuevos murales para importantes casas de Park Lane (Inglaterra), Buenos Aires, Palm Beach y París, y en 1926 realiza, con gran expectación, una exposición de sus obras para la catedral de Vic en el Jeu de Paume de París. En 1927, con el apoyo de su amigo y mecenas Francesc Cambó, terminó la parte principal de la decoración de la catedral, que se completó con la construcción de los lunetos entre 1928 y 1929. En 1930 fue nombrado miembro de la Academia de San Fernando, y en los años siguientes trabajó por todo el mundo, realizando importantes murales como los del Waldorf Astoria.

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JOSÉ MARÍA SERT (Barcelona, 1874 - 1945). "Pueblo de libertad" y "Pueblo de comerciantes", 1932-1934. Boceto para el auditorio del Museo San Telmo de San Sebastián. Óleo sobre tabla. Los paneles definitivos publicados en "José María Sert. Su vida y su obra", Alberto del Castillo, pp. 215 y 218. Medidas: 74,5 x 53,5 cm. Este lienzo presenta dos escenas. Por un lado, "Pueblo de la Libertad", que muestra el Árbol de Guernica, símbolo de las libertades de Vasconia, que se alza con sus ramas secas frente al peristilo de la Casa de las Juntas. Alberto del Castillo afirma que "la figura de la Libertad vuela por los aires, centrando una aureola centelleante que surcan los rayos de gloria". Al pie del viejo roble, un gran libro abierto simboliza el Fuero de Bizkaia; por su parte, "Pueblo de comerciantes" representa la escena dedicada a la Real Compañía Guipuzkoana de Caracas, entidad que dio a la provincia un inusitado auge económico a lo largo del siglo XVII. Esta obra exalta a los vascos como pueblo de comerciantes. Ambas composiciones fueron pintadas para la decoración del gran salón del Museo del antiguo convento de San Telmo de San Sebastián, una de las decoraciones más vistosas de la vida del pintor. Formado con Benito Mercadé y Pere Borrell, Sert fue miembro del Círculo Artístico de Sant Lluc. En 1908 decoró la Sala dels Pasos Perdus del Palacio de Justicia de Barcelona, y en 1910 presentó la decoración mural del salón de baile del marqués de Alella (Barcelona) en el Salón de Otoño de París y decoró el salón de música de la princesa de Polignac en París. En los años siguientes trabajó para la reina Victoria Eugenia (Santander) y para Robert Rotschild (Chantilly). Pinta nuevos murales para importantes casas de Park Lane (Inglaterra), Buenos Aires, Palm Beach y París, y en 1926 realiza, con gran expectación, una exposición de sus obras para la catedral de Vic en el Jeu de Paume de París. En 1927, con el apoyo de su amigo y mecenas Francesc Cambó, terminó la parte principal de la decoración de la catedral, que se completó con la construcción de los lunetos entre 1928 y 1929. En 1930 fue nombrado miembro de la Academia de San Fernando, y en los años siguientes trabajó por todo el mundo, realizando importantes murales como los del Waldorf Astoria.

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JOSÉ LUIS ALEXANCO (Madrid, 1942-2021). "Boscuman", 1991. Acrílico sobre lienzo de algodón. Firmado y fechado en el reverso. Titulado y fechado en el bastidor. Medidas: 150 x 150 cm; 154 x 154 cm (marco). Alexanco estudia dibujo y grabado con Manuel Castro Gil en la Casa de la Moneda, en Madrid, y en 1960 ingresa en la Escuela de Bellas Artes. Entre 1968 y 1974 colabora con otros artistas en el Centro de Cálculo de la Universidad, donde trabaja en programas de generación escultórica, en colaboración con la empresa americana IBM. Durante este periodo conoció al matemático José Barbera, y juntos desarrollaron el software MOUVNT, diseñado para generar formas automáticas que posteriormente se materializarían en esculturas antropomórficas. En 1970, junto con Luis de Pablo, creó el espectáculo plástico acústico "Soledad Interrumpida", formado en Buenos Aires. En los años siguientes seguiría trabajando con el mismo autor en diversos proyectos, entre ellos la organización de los Encuentros de Pamplona de 1972. En 1978 diseñó la edición príncipe de la Constitución Española para la Editora Nacional, y en 1998 presentó una importante exposición retrospectiva en el Centre d'Art Santa Mònica de Barcelona (posteriormente en el Círculo de Bellas Artes de Madrid). Referente de la pintura tardofranquista e innovador tecnológico, su obra forma parte de colecciones como las del Victoria & Albert Museum de Londres, The Chase Manhattan Bank de Nueva York, MNCARS, Madrid; MACBA, Barcelona o la Fundación Juan March.

JOSÉ GUERRERO (Granada, 1914 - Barcelona, 1991). Sin título, 1985. Óleo sobre fondo litográfico. Firmado y fechado. Bibliografía: Baena, Francisco; Guibault, Serge; Ramírez, Juan Antonio; Romero Gómez, Yolanda; Vallejo Ulecia, Inés, Catálogo Razonado Vol. II. 1970-1991, ed. Centro José Guerrero, página 1090, nº 1133. Medidas: 68 x 48 cm; 82 x 64 cm (marco). Pintor y grabador español nacionalizado estadounidense, José Guerrero desarrolló su obra dentro del expresionismo abstracto. Comenzó su formación en la Escuela de Artes y Oficios de Granada, y pronto se trasladó a Madrid para continuar sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, donde fue alumno de Daniel Vázquez Díaz. En 1942 obtuvo una beca de la Casa de Velázquez, y en 1945 se trasladó a París gracias a una nueva beca, esta vez concedida por el gobierno francés. En la capital francesa conoció de primera mano la vanguardia europea y entró en contacto con los pintores españoles de la Escuela de París. Desde entonces, su obra está llena de ecos vanguardistas y de los signos de Picasso, claramente visibles en esta obra, rasgos que abandonará en los años cincuenta, cuando descubra el expresionismo abstracto en Nueva York. Llega a esa ciudad en 1950, animado por su mujer, la periodista neoyorquina Roxana Pollock, con la que se había casado un año antes. En 1954 expone junto a Joan Miró en el Art Club de Chicago, exposición que supone su definitiva proyección internacional. Su marchante fue Betty Parson, una de las galeristas más importantes del Nueva York de la época. El estilo de Guerrero cambia entonces por completo, mostrando una profunda influencia de Rothko y Kline; abandona definitivamente la figuración y construye composiciones donde se evidencia una marcada tensión entre espacios, colores y objetos irreconocibles. Regresa a España en 1965 y participa en la creación del Museo de Arte Abstracto de Cuenca. Pronto regresa a Nueva York, aunque continúa realizando viajes a España. Su producción, que sigue caracterizándose por la fuerza de las masas de color, los planos y las líneas, recibe en esta época la influencia de Clyfford Still y Barnett Newman. Hoy en día, José Guerrero está reconocido como uno de los pintores españoles más destacados de la Escuela de Nueva York. Obtuvo un temprano reconocimiento, al ser nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el gobierno francés en 1959. Asimismo, en 1976 se celebró en su ciudad natal su primera exposición antológica. En 1984 recibió la Medalla de Oro de las Bellas Artes, y en 1989 fue condecorado por la Fundación Rodríguez Acosta. En 2000 se inauguró en Granada el centro de arte que lleva su nombre, creado a partir de la donación realizada por su viuda a la Diputación Provincial. También está representado en diversos museos y colecciones, como el Museo Guggenheim, el MOMA y el Metropolitan de Nueva York, el Reina Sofía de Madrid, el British Museum y el Patio Herreriano de Valladolid.

JOSÉ MANUEL BROTO GIMENO (Zaragoza, 1949). "Hierros", 2000. Acrílico sobre lienzo y madera. Firmado, fechado y titulado al dorso. Tamaño: 100 x 100 cm. Pintor aragonés enmarcado dentro de la nueva abstracción de los años setenta, siendo considerado como una de las figuras más significativas de la pintura española contemporánea, José Manuel Broto articula su lenguaje plástico utilizando el color, modulándolo en sutiles variaciones tonales que evocan sinfonías musicales. Las influencias artísticas recibidas a lo largo de su carrera le condujeron hacia una abstracción próxima a artistas como Mark Rothko, Barnett Newman, Clyfford Still, Robert Motherwell o Sam Francis, basada en el lirismo y, en algunos casos, en lo sublime. Para él fue fundamental el camino abierto por Antoni Tàpies, que rehuyó lo conceptual para practicar un arte material basado en la esencialidad de la pintura. Así, en esta obra, Broto utiliza un lenguaje abstracto, basado en una geometría irregular, libre tanto en su trazado como en sus texturas y colores. Las formas pictóricas son fruto de la dualidad, ya que se resuelven mediante una composición meditada y también mediante la experimentación. El resultado es una imagen que trasciende, indicando al espectador que estamos ante formas, ideas o sugerencias que traspasan los límites de lo puramente pictórico. José Manuel Broto estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza, y expuso por primera vez en 1968 (galería Galdeano), mostrando un estilo en línea con el constructivismo. En 1972 se traslada a Barcelona, donde funda el grupo Trama junto con Javier Rubio, Xavier Grau y Gonzalo Tena. Con este grupo presentó su obra en 1976 en la galería Maeght de Barcelona, con el apoyo de Antonio Tàpies. Trama también publicó una revista de arte del mismo nombre, de la que, sin embargo, sólo aparecieron dos números (1976-1977). Sin embargo, tras la disolución del grupo, Broto se orientó hacia un lenguaje próximo al expresionismo abstracto, que incorporaba a su obra un paisaje natural primitivo. Mostró estas nuevas obras en su primera exposición individual en París, celebrada en 1984 en la galería Adrien Maeght. Al año siguiente abandonó Barcelona y se instaló en la capital francesa, donde pasó diez años y coincidió con otros artistas españoles como Barceló, Campano y Sicilia. Durante su etapa parisina, Broto sustituyó los temas románticos por formas más austeras y abstractas, y su obra se llenó de formas orgánicas relacionadas con la tradición ascética y mística. A mediados de los ochenta regresa a España, esta vez instalándose en Mallorca. Ya un artista maduro, practica una neoabstracción directamente vinculada a la escuela catalana de los años setenta, influida en sus orígenes por los principios estéticos y plásticos del grupo francés Soporte/Superficie, que en 1966 reclamaba una vuelta a la pintura tras el desorden producido por los movimientos conceptuales. A partir de 1998, su abanico temático se amplía a figuras espaciales, transparencias, formas atmosféricas, etc., combinadas con un tratamiento colorista y una estructura rigurosa. A lo largo de su carrera, Broto ha realizado numerosas exposiciones, y ha sido galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas (1995), el Premio ARCO de la Asociación de Críticos (1997) y el Premio Aragón Goya de Grabado (2003). En 1995 el Museo Reina Sofía de Madrid le dedicó una exposición retrospectiva. Actualmente está representado en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, el FRAC (Midi-Pyrénées, Francia), la Chase Manhattan Bank Collection de Nueva York, la Fundación Juan March, el Reina Sofía, el Metropolitan Museum de Nueva York, el Fond National d'Art Contemporain de París, la Colección Kampo de Tokio, la Fundación Tàpies de Barcelona, la Colección DOVE de Zúrich, el Ateneum de Helsinki, la Fundación Peter Stuyvesant de Ámsterdam, la Maeght de Francia, la Colección La Caixa de Barcelona, la Preussag de Hannover y el IVAM de Valencia.

MIGUEL ÁNGEL CAMPANO (Madrid, 1948 - 2018). Sin título.1993. Óleo y acrílico sobre lino. Firmado y fechado al dorso. Obra reproducida en: -Santiago Olmo, "Miguel Ángel Campano. Pinturas 1993", Ed. Galería Juana de Aizpuru, Madrid 1993, p. 12 -Santiago Olmo, "Campano", Ed. Association Fortant de France, Setè 1994, p. 45. -Santiago Olmo, "Miguel Ángel Campano", Ed. Sa Nostra, Obra Social y Cultural, Palma de Mallorca 1997, p. 19". Medidas: 266 x 195 cm. Estamos ante una composición de gran formato que conjuga el efecto visual que resulta del contraste cromático y conceptual entre dos colores opuestos, el blanco y el negro, al tiempo que explora la imperfección de las formas mínimas engañosamente geométricas: el óvalo deformado, el punto que se expande en mancha. Estas formas ahuecadas son características de las obras realizadas por Campano a principios de los noventa, que ya había empezado a explorar cuando abandonó la figuración. El artista afirmaba estar influido por sus viajes a países asiáticos. En los noventa, sólo utilizó óleo negro. Campano se reinventa una y otra vez. A partir de los años noventa, la obra de Campano sufrió diferentes procesos de despojamiento: por un lado, se recortaron las referencias a la tradición y, por otro, se excluyó el color de su pintura, trabajando sólo en negro sobre lienzo desnudo. Por otro lado, la reflexión sobre la geometría se convirtió en un aspecto clave de su producción. Miguel Ángel Campano es uno de los referentes de la llamada renovación de la pintura española, que tuvo lugar en los años ochenta y en la que también participaron Ferrán García Sevilla, José Manuel Broto, José María Sicilia y Miquel Barceló. En los años 70 se trasladó a París gracias a una beca; el año previsto se convirtió en una estancia de más de diez, allí vivió y desarrolló su brillante carrera pictórica. Después se fue a vivir a Mallorca. En 1980 formó parte de la exposición Madrid DF, en el Museo Municipal de Madrid, junto a varios artistas entre los que se encontraban los mismos que hoy -salvo García Sevilla- le acompañan en el Palacio de Velázquez. Cinco años más tarde fue seleccionado, junto a otros compañeros de generación, entonces todos jóvenes pintores, como Miquel Barceló, que ya era una figura destacada, y José María Sicilia, para una exposición colectiva en Nueva York. En 1996 le conceden el Premio Nacional de Artes Plásticas. Acababa de sufrir un grave derrame cerebral y fue operado en Madrid. Esto le obligó a pasar varios meses sin pintar. Entonces pintó "sólo en negro", un color muy simbólico según sus propias palabras. Tres años más tarde, el Museo Reina Sofía organizó en este mismo Palacio de Velázquez una exposición dedicada a su obra reciente entonces, la de los años 90. Sus obras se exponen en los museos más importantes, como el British Museum de Londres, el Centro Pompidou de París y el Centro de Arte Contemporáneo Reina Sofía de Madrid.