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Descripción

[FERNANDO BOTERO]

Medalla conmemorativa de la exposición "Fernando Botero aux Champs-Élysées" de 1992, acuñada por la Monnaie de París. Medalla de oro de 18 quilates (750), que lleva en una cara el sello Corne d'abondance de la Monnaie de Paris y el sello fleurette del Atelier de Gravure des Monnaies et Médailles, numerada I/III y con el sello Corne d'abondance en el borde. Peso : 1,7 kg9,5 x 3 cm - 3 47/64 x 11 1/64 in. Medalla de oro de 18 quilates (750), que lleva en una cara el sello Corne d'abondance de la Monnaie de Paris y el sello del Atelier de Gravure des Monnaies et Médailles, numerada I/III y que lleva en el borde el sello Corne d'abondance Con un certificado de autenticidad de la Monnaie de París numerado I/III, una nota explicativa y su estuche original. Es imposible disociar el arte contemporáneo de la figura de Fernando Botero, tan notable ha sido su influencia en nuestra cultura. su influencia en nuestra cultura. Sus obras han traspasado con creces los límites de los museos y ahora son omnipresentes, en las calles y en los grandes interiores, así como en la cultura popular y en las redes sociales. La muerte del artista en 2023 puso fin a una carrera excepcionalmente prolífica y variada, cuyo vanguardismo, a veces incomprendido, sigue estando lejos del consenso público. A veces parodiado, a veces adulado, su obra no deja indiferente a nadie y sigue dando que hablar. Fernando Botero nació en Medellín (Colombia) en 1932. Criado por su madre y su tío en la tradición de la cultura colombiana. Se formó en la escuela taurina antes de abandonar rápidamente el capote rojo y el tercio de piqueros por el lápiz. Inspirado por el arte precolombino y español, Botero decidió emprender una carrera como artista. Ávido de aventuras, el artista se marchó a la capital, Bogotá. Allí celebró su primera exposición y vendió sus primeros cuadros, con cuyo dinero voló a Europa en 1952. Allí siguió un viaje iniciático: Botero estudió a los maestros españoles en el Prado y descubrió a los maestros antiguos en el Louvre antes de aprender el arte del fresco en Florencia. Expuso en Nueva York, trabajó con Vogue París para ilustrar las colecciones de alta costura, se trasladó a Pietrasanta (Italia) y finalmente se instaló en París en 1973. Además de sus obras pictóricas, comenzó a trabajar en la escultura. En 1992 se celebró una gran exposición de su obra escultórica en los Campos Elíseos. Del 22 de octubre de 1992 al 30 de enero de 1993 se expusieron más de 30 esculturas en la avenida, y un centenar de pinturas en el Grand Palais. Entre estas obras se encontraban varias celebridades, entre ellas un torso gigante de más de 4 metros de altura, ciclópeo a imagen de su extraordinaria producción. Inspiradas en el arte precolombino, la Venus prehistórica y el Renacimiento italiano, estas figuras calipigianas son portadoras de un inmenso bagaje cultural, herederas de una tradición iconográfica tan antigua como la propia humanidad. Este conjunto excepcional estaba destinado a marcar el regreso del artista a la palestra tras varios años de ausencia. Para celebrarlo, el artista, en colaboración con la Monnaie de París, hizo acuñar 703 ejemplares de esta medalla: 500 en bronce, 200 en plata maciza y, por último, 3 en oro. Esta medalla de oro macizo de 18 quilates está numerada I/III en el borde, donde también lleva la cornucopia, sello de la Monnaie de París que garantiza su origen y autenticidad. Este objeto extremadamente raro está firmado en la cara que lleva el autorretrato del artista, mientras que la otra cara representa una de las obras más famosas de Botero, orgullosamente expuesta delante del Arco del Triunfo. Con un relieve excepcional para este tipo de producción, se necesitaron cinco golpes consecutivos bajo una prensa de 2.500 toneladas en La Monnaie de París para obtener un resultado tan contrastado. Testimonio de la consagración artística de Botero, esta medalla marca un acontecimiento sin precedentes en la carrera de una de las personalidades más célebres del siglo. Inspirado por las representaciones míticas, acabó convirtiéndose él mismo en un símbolo, y su estética visionaria sigue trastocando las ideas preconcebidas. Es imposible disociar el arte contemporáneo de la figura de Fernando Botero, tal ha sido su influencia en nuestra cultura. Su influencia en nuestra cultura ha sido tan notable, que hoy en día, sus obras son omnipresentes, tanto en las calles y grandes como en la cultura popular y en las redes sociales. La muerte del artista en 2023 puso fin a una carrera excepcionalmente prolífica y variada, cuya

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[FERNANDO BOTERO]

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