Null SERBIA Milan Obrenovich IV
1868-1889
Orden de San Sava.
Insignia de caballe…
Descripción

SERBIA Milan Obrenovich IV 1868-1889 Orden de San Sava. Insignia de caballero con cinta blanca y azul, dorada con esmalte blanco y azul. Cruz de Malta esmaltada en blanco y bordeada de azul; en los cuatro ángulos, águilas bicéfalas coronadas; en el centro, co

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SERBIA Milan Obrenovich IV 1868-1889 Orden de San Sava. Insignia de caballero con cinta blanca y azul, dorada con esmalte blanco y azul. Cruz de Malta esmaltada en blanco y bordeada de azul; en los cuatro ángulos, águilas bicéfalas coronadas; en el centro, co

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Atribuido a ANTONIO MARIA ESQUIVEL Y SUÁREZ DE URBINA (Sevilla, 1806 - Madrid, 1857). "Estudio académico". Óleo sobre lienzo. Revestido. Procedencia: Colección privada en Bélgica. Con permiso de exportación. Medidas: 103 x 82 cm; 126 x 104 cm (marco). El retrato muestra una fisonomía del caballero caracterizada por el verismo y la pincelada detallada, con pulso de miniaturista. Una hoja de higuera cubre sus partes íntimas. La postura en movimiento insufla vida al cuerpo, a lo que contribuyen la pronunciada musculatura y el rostro concentrado, ya que cada elemento está resuelto con extrema precisión. Esquivel fue el pintor más representativo y prolífico del Romanticismo sevillano y uno de los más destacados de su época en España. Su vida fue un verdadero alegato romántico; perdió su fortuna tras la muerte de su padre, quedó huérfano y pobre, y a los diecisiete años se alistó contra la causa absolutista del duque de Angulema, y no vivió cómodamente hasta que se trasladó a Madrid en 1831. Sin embargo, en 1838 regresó a Sevilla, donde poco después perdió la vista. Curado en 1840, regresó a Madrid, donde trabajó hasta su muerte. Formado en la Academia de Bellas Artes de Sevilla, fue nombrado pintor de cámara en 1843 y miembro de la Real Academia de San Fernando en 1847, colaboró en las publicaciones "El siglo XIX" y "El Panorama" y fue miembro del Liceo Artístico y Literario. Fue profesor de la Academia de San Fernando de Madrid, lo que le llevó a publicar las monografías de José Elbo y Herrera el Viejo (1847) y su "Tratado de anatomía práctica" (1848). También fue crítico de arte y escribió sobre pintura histórica y los nazarenos alemanes. Como pintor se identificó plenamente con el Romanticismo, que expresó a través del sentimiento y la corrección estética de su obra. Su estilo, en parte ecléctico, se caracteriza por una gran maestría técnica que consigue equilibrar armoniosamente la corrección del dibujo y la calidad de los colores. Aunque trató temas muy variados, el retrato constituye una parte esencial de su carrera. Además de su mérito artístico, sus retratos ilustran la sociedad de su tiempo con rigor histórico, sin descuidar los valores afectivos. Recibió numerosos encargos de retratos en diversos formatos, y también realizó varios autorretratos, uno de los cuales se encuentra en el Museo del Prado. También realizó retratos de grupo, que reflejan su fascinación por el barroco holandés y sus retratos de empresa. En cuanto a los temas religiosos, fue seguidor de Murillo, en relación con su propia condición de sevillano. Sus cuadros de historia tenían un carácter muy personal, literario y teatral, fruto del ambiente romántico en el que vivió. Entre sus distinciones oficiales destacan la placa del Sitio de Cádiz y la Cruz de Comendador de la Orden de Isabel la Católica. En 2006, en conmemoración de su segundo centenario, la Academia de Bellas Artes de Sevilla, en colaboración con la Fundación El Monte, celebró una exposición retrospectiva dedicada a su obra. Está representado en el Museo del Prado, el Ayuntamiento de Huesca, el Museo Lázaro Galdiano, el Museo de Bellas Artes de Sevilla, los Museos Romántico y Naval de Madrid, la Biblioteca Nacional y el Museo de Santa Cruz de Toledo, entre otros muchos.

Círculo de BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO (Sevilla, 1617 - Cádiz, 1682). "San Francisco de Paula". Óleo sobre lienzo. Conserva el lienzo original. Presenta ligeros desperfectos y pérdidas en la superficie pictórica. Medidas: 118 x 88 cm; 146 x 116 cm (marco). La caracterización del protagonista de esta obra representado como un anciano de barba cana vestido con hábito, apoyado en un bastón, indica que se trata de la representación de San Francisco de Paula. Tanto el modelo del santo como el fondo en el que está inscrito indican que el autor de esta obra se basa en el modelo creado por Murillo (P000991), actualmente en la colección del Museo del Prado de Madrid. San Francisco de Paula (1416-1507) fue un eremita italiano, fundador de la Orden de los Mínimos. Muy joven comenzó su vida de ermitaño en las afueras de su ciudad natal, Paula. Poco a poco fue adquiriendo fama por sus prodigios, y hacia 1450 ya había un grupo de seguidores en torno a su figura. Su comunidad creció, y en 1470 la Congregación de Ermitaños (la futura Orden de los Mínimos) recibió la aprobación diocesana del arzobispo de Consenza. Cuatro años más tarde, el Papa Sixto IV les concedió la aprobación pontificia. En 1483 Francisco de Paula viajó a Francia por orden del Papa y a petición del rey Luis XI. Allí desarrolló una labor diplomática a favor de la Santa Sede, al tiempo que intentaba obtener la aprobación de una Regla para su congregación, que finalmente consiguió en 1493. Hasta su muerte, Francisco de Paula contaría con el apoyo y la protección de los monarcas franceses, y pocos años después de su muerte se iniciarían los procesos para su canonización en Calabria, Tourse y Amiens, en los que testificaron numerosos testigos de su vida y milagros. Finalmente fue beatificado en 1513 y canonizado en 1519. Presenta ligeros desperfectos y pérdidas en la superficie pictórica.

Escuela española o italiana; siglo XVII. "San Francisco de Paula". Óleo sobre lienzo. Medidas: 29 x 23 cm; 37 x 31 cm (marco). San Francisco de Paula (1416-1507) fue un eremita italiano, fundador de la Orden de los Mínimos. Desde muy joven comenzó su vida como ermitaño en las afueras de su ciudad natal, Paula. Poco a poco fue ganando fama por sus milagros, y hacia 1450 ya había un grupo de seguidores a su alrededor. Su comunidad creció, y en 1470 la Congregación de Ermitaños (la futura Orden de los Mínimos) recibió la aprobación diocesana del arzobispo de Consenza. Cuatro años más tarde, el Papa Sixto IV les concedió la aprobación pontificia. En 1483, Francisco de Paula viajó a Francia por orden del Papa y a petición del rey Luis XI. Allí realizó algunos trabajos diplomáticos en nombre de la Santa Sede, al tiempo que intentaba obtener su aprobación para una Regla para su congregación, lo que finalmente consiguió en 1493. Hasta su muerte, Francisco de Paula gozó del apoyo y la protección de los monarcas franceses, y pocos años después de su muerte se iniciaron procesos para su canonización en Calabria, Tourse y Amiens, en los que testificaron numerosos testigos de su vida y milagros. Finalmente fue beatificado en 1513 y canonizado en 1519. La iconografía de este santo es abundante. La efigie más conocida, que ha inspirado a numerosos pintores, es la de Jean Bourdichon, pintor francés contemporáneo de Francisco de Paula. En ella, el santo aparece con hábito, anciano de rostro grave y poblada barba gris, apoyado en un sencillo bastón.