Null MIQUEL BARCELÓ ARTIGUES (Felanitx, Mallorca, 1957). 

"Crânes Papaie", 1999…
Descripción

MIQUEL BARCELÓ ARTIGUES (Felanitx, Mallorca, 1957). "Crânes Papaie", 1999. Acuarela sobre papel. Firmada y fechada en la parte inferior. Medidas: 56 x 76 cm; 76 x 96 cm (marco). Esta obra muestra aspectos totalmente personales de Barceló, imposibles de relacionar con sus influencias o predecesores, entre los que destaca su ruptura con la tradición a través de su incansable búsqueda de nuevas fórmulas y su fascinación por diferentes aspectos de la naturaleza. Un ejemplo de ello es esta acuarela, ya que el artista parte de la tradicional "vanitas", pero su técnica y la tendencia hacia lo telúrico nos acercan a una imagen completamente orgánica que no transmite la fugacidad de la vida, sino una concepción cíclica de la misma. En esta obra, el mallorquín crea una obra de gran expresividad, firmemente enraizada en la naturaleza y en la tradición arcaica, que al mismo tiempo revela una sorprendente y brillante modernidad. Pintor y escultor, Barceló inició su formación en la Escuela de Artes y Oficios de Palma de Mallorca, donde estudió entre 1972 y 1973. En 1974 debuta individualmente, a los diecisiete años, en la Galería Picarol de Mallorca. Ese mismo año se traslada a Barcelona, donde se matricula en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi, y realiza su primer viaje a París. En la capital francesa descubre la obra de Paul Klee, Fautrier, Wols y Dubuffet, así como el "art brut", estilo que ejercerá una importante influencia en sus primeras pinturas. Durante estos años lee mucho y se enriquece con obras tan diversas como los escritos de Breton y los surrealistas, el "Manifiesto Blanco" de Lucio Fontana o la "Historia Social de la Literatura y el Arte" de Arnold Hauser. En 1976 celebra su primera exposición individual en un museo: "Cadaverina 15" en el Museo de Mallorca, consistente en un montaje de 225 cajas de madera con tapas de cristal, con materiales orgánicos en descomposición en su interior. Ese mismo año, de vuelta en Mallorca, se une al grupo Taller Lunàtic y participa en sus actos sociales, políticos y culturales. En 1977 realiza un segundo viaje a París, y visita también Londres y Amsterdam. Ese mismo año expone por primera vez en Barcelona y conoce a Javier Mariscal, que se convertirá en uno de sus mejores amigos en la ciudad. Junto a él y al fotógrafo Antoni Catany participa, como miembro del grupo "Neón de Suro", en exposiciones en Canadá y California, y colabora en la publicación de la revista del mismo nombre. Es también en 1977 cuando recibe su primer encargo pictórico de gran formato: un mural para el comedor de un hotel en Cala Millor, Mallorca. Al año siguiente, con veintiún años, vende sus primeras obras a algunos coleccionistas y galerías, y finalmente se traslada a Barcelona. Su reconocimiento internacional comienza a principios de los ochenta, impulsando definitivamente su carrera tras su participación en la Bienal de São Paulo (1981) y en la Documenta de Kassel (1982). En 1986 fue galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas, y desde entonces su obra ha recibido numerosos reconocimientos, como el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (2003) y el Premio Sorolla de la Hispanic Society of America de Nueva York (2007). En la actualidad, Barceló está representado en los museos de arte más importantes del mundo, como el MoMA de Nueva York, el Centro Pompidou de París, el Guggenheim de Bilbao, etc.

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MIQUEL BARCELÓ ARTIGUES (Felanitx, Mallorca, 1957). "Crânes Papaie", 1999. Acuarela sobre papel. Firmada y fechada en la parte inferior. Medidas: 56 x 76 cm; 76 x 96 cm (marco). Esta obra muestra aspectos totalmente personales de Barceló, imposibles de relacionar con sus influencias o predecesores, entre los que destaca su ruptura con la tradición a través de su incansable búsqueda de nuevas fórmulas y su fascinación por diferentes aspectos de la naturaleza. Un ejemplo de ello es esta acuarela, ya que el artista parte de la tradicional "vanitas", pero su técnica y la tendencia hacia lo telúrico nos acercan a una imagen completamente orgánica que no transmite la fugacidad de la vida, sino una concepción cíclica de la misma. En esta obra, el mallorquín crea una obra de gran expresividad, firmemente enraizada en la naturaleza y en la tradición arcaica, que al mismo tiempo revela una sorprendente y brillante modernidad. Pintor y escultor, Barceló inició su formación en la Escuela de Artes y Oficios de Palma de Mallorca, donde estudió entre 1972 y 1973. En 1974 debuta individualmente, a los diecisiete años, en la Galería Picarol de Mallorca. Ese mismo año se traslada a Barcelona, donde se matricula en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi, y realiza su primer viaje a París. En la capital francesa descubre la obra de Paul Klee, Fautrier, Wols y Dubuffet, así como el "art brut", estilo que ejercerá una importante influencia en sus primeras pinturas. Durante estos años lee mucho y se enriquece con obras tan diversas como los escritos de Breton y los surrealistas, el "Manifiesto Blanco" de Lucio Fontana o la "Historia Social de la Literatura y el Arte" de Arnold Hauser. En 1976 celebra su primera exposición individual en un museo: "Cadaverina 15" en el Museo de Mallorca, consistente en un montaje de 225 cajas de madera con tapas de cristal, con materiales orgánicos en descomposición en su interior. Ese mismo año, de vuelta en Mallorca, se une al grupo Taller Lunàtic y participa en sus actos sociales, políticos y culturales. En 1977 realiza un segundo viaje a París, y visita también Londres y Amsterdam. Ese mismo año expone por primera vez en Barcelona y conoce a Javier Mariscal, que se convertirá en uno de sus mejores amigos en la ciudad. Junto a él y al fotógrafo Antoni Catany participa, como miembro del grupo "Neón de Suro", en exposiciones en Canadá y California, y colabora en la publicación de la revista del mismo nombre. Es también en 1977 cuando recibe su primer encargo pictórico de gran formato: un mural para el comedor de un hotel en Cala Millor, Mallorca. Al año siguiente, con veintiún años, vende sus primeras obras a algunos coleccionistas y galerías, y finalmente se traslada a Barcelona. Su reconocimiento internacional comienza a principios de los ochenta, impulsando definitivamente su carrera tras su participación en la Bienal de São Paulo (1981) y en la Documenta de Kassel (1982). En 1986 fue galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas, y desde entonces su obra ha recibido numerosos reconocimientos, como el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (2003) y el Premio Sorolla de la Hispanic Society of America de Nueva York (2007). En la actualidad, Barceló está representado en los museos de arte más importantes del mundo, como el MoMA de Nueva York, el Centro Pompidou de París, el Guggenheim de Bilbao, etc.

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