Descripción
JORGE OTEIZA (Orio, Guipúzcoa, 1908 - San Sebastián, 2003). Sin título. Tiza sobre papel. Obra reproducida en Jorge Oteiza "Dibujos, bocetos, colegio" II Volumen, 2007, p.25. Tamaño: 39 x 31 cm; 77 x 69 cm (marco). Huyendo del habitual constructivismo que le caracteriza, en esta obra concibe un retrato, a base de líneas simples, que tienen una cualidad geométrica. Mediante trazos de libro configura un rostro masculino, como un boceto, una práctica o un juego. Las líneas son aparentemente aleatorias, pero precisas, ya que determinan un rostro con rasgos marcados, un bigote y una protuberancia en la zona superior, que bien puede representar la txapela. Jorge Oteiza es uno de los artistas vascos fundamentales del siglo XX, así como uno de los más influyentes. Los ecos de su obra son perceptibles, desde los años 50 hasta la actualidad, en el trabajo de numerosos escultores, pintores y arquitectos. Autodidacta, Oteiza comenzó su carrera creando esculturas en el ámbito del expresionismo o primitivismo iniciado por Gauguin, Picasso y Derain. Tras una larga estancia en Sudamérica, el escultor desarrolló, tanto teórica como prácticamente, los fundamentos de su estética, y sacó a relucir el escultor "natural" que llevaba dentro, dando los pasos necesarios para convertirse en un artista dueño de sus mecanismos y herramientas. Esta aventura intelectual se reflejó en textos como "Carta a los artistas de América" (1944) y "La interpretación estética de la estatuaria megalítica americana" (1952). Durante estos años fue profesor en la Escuela de Cerámica de Buenos Aires. A finales de la década de 1940 regresó a España, y en su obra la influencia de la escultura masiva y monolítica sufrió un proceso de desmaterialización. A principios de los años 50, Oteiza se sumerge en la investigación abstracta e inicia lo que denominó su "Propósito Experimental" (1955), experimentando en la línea del constructivismo. En 1957 presentó su obra en la Bienal de São Paulo y recibió el premio especial de escultura. Dos años más tarde, creyendo que había llegado a su fase conclusiva, Oteiza abandonó la escultura. Durante los años sesenta y setenta se dedicó a la investigación de la lengua vasca y de las manifestaciones populares de su pueblo. En 1988 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Actualmente está representado en la Fundación Museo Jorge Oteiza de Alzuza, el Centro Nacional de Arte Reina Sofía, el MACBA, el Guggenheim de Bilbao y Nueva York, las Fundaciones Telefónica y Caixa Galicia y el Museo Patio Herreriano de Valladolid, entre otras colecciones públicas y privadas.
113
JORGE OTEIZA (Orio, Guipúzcoa, 1908 - San Sebastián, 2003). Sin título. Tiza sobre papel. Obra reproducida en Jorge Oteiza "Dibujos, bocetos, colegio" II Volumen, 2007, p.25. Tamaño: 39 x 31 cm; 77 x 69 cm (marco). Huyendo del habitual constructivismo que le caracteriza, en esta obra concibe un retrato, a base de líneas simples, que tienen una cualidad geométrica. Mediante trazos de libro configura un rostro masculino, como un boceto, una práctica o un juego. Las líneas son aparentemente aleatorias, pero precisas, ya que determinan un rostro con rasgos marcados, un bigote y una protuberancia en la zona superior, que bien puede representar la txapela. Jorge Oteiza es uno de los artistas vascos fundamentales del siglo XX, así como uno de los más influyentes. Los ecos de su obra son perceptibles, desde los años 50 hasta la actualidad, en el trabajo de numerosos escultores, pintores y arquitectos. Autodidacta, Oteiza comenzó su carrera creando esculturas en el ámbito del expresionismo o primitivismo iniciado por Gauguin, Picasso y Derain. Tras una larga estancia en Sudamérica, el escultor desarrolló, tanto teórica como prácticamente, los fundamentos de su estética, y sacó a relucir el escultor "natural" que llevaba dentro, dando los pasos necesarios para convertirse en un artista dueño de sus mecanismos y herramientas. Esta aventura intelectual se reflejó en textos como "Carta a los artistas de América" (1944) y "La interpretación estética de la estatuaria megalítica americana" (1952). Durante estos años fue profesor en la Escuela de Cerámica de Buenos Aires. A finales de la década de 1940 regresó a España, y en su obra la influencia de la escultura masiva y monolítica sufrió un proceso de desmaterialización. A principios de los años 50, Oteiza se sumerge en la investigación abstracta e inicia lo que denominó su "Propósito Experimental" (1955), experimentando en la línea del constructivismo. En 1957 presentó su obra en la Bienal de São Paulo y recibió el premio especial de escultura. Dos años más tarde, creyendo que había llegado a su fase conclusiva, Oteiza abandonó la escultura. Durante los años sesenta y setenta se dedicó a la investigación de la lengua vasca y de las manifestaciones populares de su pueblo. En 1988 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Actualmente está representado en la Fundación Museo Jorge Oteiza de Alzuza, el Centro Nacional de Arte Reina Sofía, el MACBA, el Guggenheim de Bilbao y Nueva York, las Fundaciones Telefónica y Caixa Galicia y el Museo Patio Herreriano de Valladolid, entre otras colecciones públicas y privadas.
Podría interesarle