Escuela rusa, siglo XVIII. "San Pedro y San Pablo". Témpera sobre tabla. Medidas: 30,5 x 25 cm. Los apóstoles Pedro y Pablo son unos de los santos más antiguos, más representados y más reconocidos de toda la iconografía cristiana. La tradición iconográfica de estos dos apóstoles llega a la pintura medieval rusa desde el Imperio bizantino, donde ya se les representaba en las catacumbas protocristianas en el siglo III. En la iconografía canónica se distinguen no sólo por el aspecto característico de los apóstoles. El apóstol Pablo sostiene un libro cerrado en un precioso estuche, Pedro tiene un pergamino enrollado como símbolo de sus escritos apostólicos, un largo bastón de oro y llaves de oro, pero también se aceptan variaciones cuando su mano está envuelta en el quitón, como en el icono subastado. Justo encima de los apóstoles, en el registro superior central, hay una imagen del Salvador bendiciendo con el Evangelio en su mano izquierda. El apóstol Pedro repite el gesto de la bendición de Cristo, y la mano derecha del apóstol Pablo está a la altura del pecho, como si se bendijera con la señal de la cruz. Las figuras de los apóstoles están ligeramente giradas entre sí y hacia el Salvador entre ellos. La representación clásica es la de una figura de pie de cuerpo entero. El icono de interés sigue el prototipo establecido en Rusia hacia mediados del siglo XI, siguiendo el prototipo del icono de la catedral de Santa Sofía de Nóvgorod, uno de los iconos rusos más antiguos y de mayor tamaño conocidos hasta hoy, y conservado en el Museo Histórico de Nóvgorod. El color verdoso del fondo sitúa el icono cronológicamente en torno al siglo XVIII, cuando este tono comenzó a hacerse popular entre los pintores, precisamente para policromar grandes fondos.