Null Escuela rusa, primera mitad del siglo XVI.


"San Jorge matando al dragón".…
Descripción

Escuela rusa, primera mitad del siglo XVI. "San Jorge matando al dragón". Témpera sobre tabla. Medidas: 35,5 x 31 cm. La leyenda de San Jorge es uno de los pasajes más recurrentes en la literatura y la iconografía cristianas. Las primeras menciones de San Jorge como mártir aparecen ya en el siglo V, y se limitan inicialmente a un territorio concreto: Capadocia (la leyenda dice que fue su lugar de nacimiento), Nicomedia y Diospolis (Lidia). Según las primeras versiones de la hagiografía, Jorge sufrió torturas a manos del rey persa Dadian; esta figura fue sustituida posteriormente por la del emperador Diocleciano. En el periodo posterior a la época iconoclasta, en torno al siglo XI, la historia de las numerosas torturas de Jorge se complementó con un desarrollado ciclo de milagros. Se cree que se creó principalmente en los círculos monásticos orientales. El más popular de los milagros, "El milagro con el dragón", es el que se representa en nuestro icono del cuadro central. Esta leyenda se remonta a la tradición oral del siglo VIII; no se recoge por primera vez en manuscritos hasta el siglo XII. Sin embargo, estas fechas pueden variar en las distintas fuentes históricas. En Rusia, el culto a San Jorge comenzó a ganar popularidad hacia el siglo XI, coincidiendo con el reinado de Yaroslav el Sabio. La iconografía del icono subastado representa a San Jorge con todos los atributos de un mártir guerrero, incluida la corona de palmas bajada del cielo por un ángel, un detalle inusual y, por tanto, curioso. El simbolismo de San Jorge matando al dragón se remonta a las primeras creencias cristianas, que constituyen la base de prácticamente todo el cristianismo, de la lucha entre el bien y el mal. Hacia finales del siglo XV el prototipo iconográfico comenzó a enriquecerse con nuevos detalles, como los ángeles, la representación del Pantocrátor, los motivos arquitectónicos y la doncella. El icono de interés narra uno de los pasajes más legendarios de la vida de San Jorge. Según la tradición cristiana en general, este milagro ocurrió después de la muerte del santo. Hay diferentes versiones del milagro, la tradicional relata que en un lago cercano a cierta ciudad se instaló un dragón que destruyó la ciudad con su aliento venenoso. El gobernante de esta ciudad pagana invocó a los dioses y éstos le aconsejaron que sacrificara cada día un joven o una mujer a la bestia. El gobernante prometió que si el destino era su única hija, compartiría la suerte de las demás víctimas. Cuando le llegó el turno, fue conducido a la orilla del lago, donde vivía el monstruo. De repente, apareció un jinete en un caballo blanco y se abalanzó sobre la serpiente que había salido del lago. Apretó la laringe del monstruo contra el suelo con su lanza, y el caballo comenzó a pisotearla con sus cascos. Entonces el guerrero ordenó a la doncella que le pusiera una faja a la serpiente sometida y la llevara al pueblo. La gente del pueblo, al ver que la bestia era conducida como un perro dócil, se quedó quieta de asombro. San Jorge les explicó entonces que había vencido a la serpiente por el poder de Cristo. En agradecimiento por lo ocurrido, los habitantes se bautizaron. Desde el punto de vista de la composición, el icono presenta ciertas características típicas de la pintura de iconos ortodoxa. El santo aparece en primer plano, más grande que todas las demás figuras, y también marca la jerarquía. Los motivos arquitectónicos están pintados en perspectiva inversa, mostrando al espectador los edificios tanto desde arriba como desde abajo, con el fin de proporcionar la máxima información sobre la escena. El icono llama la atención por su amplia gama de colores y el gran detalle conseguido por este pintor anónimo.

Escuela rusa, primera mitad del siglo XVI. "San Jorge matando al dragón". Témpera sobre tabla. Medidas: 35,5 x 31 cm. La leyenda de San Jorge es uno de los pasajes más recurrentes en la literatura y la iconografía cristianas. Las primeras menciones de San Jorge como mártir aparecen ya en el siglo V, y se limitan inicialmente a un territorio concreto: Capadocia (la leyenda dice que fue su lugar de nacimiento), Nicomedia y Diospolis (Lidia). Según las primeras versiones de la hagiografía, Jorge sufrió torturas a manos del rey persa Dadian; esta figura fue sustituida posteriormente por la del emperador Diocleciano. En el periodo posterior a la época iconoclasta, en torno al siglo XI, la historia de las numerosas torturas de Jorge se complementó con un desarrollado ciclo de milagros. Se cree que se creó principalmente en los círculos monásticos orientales. El más popular de los milagros, "El milagro con el dragón", es el que se representa en nuestro icono del cuadro central. Esta leyenda se remonta a la tradición oral del siglo VIII; no se recoge por primera vez en manuscritos hasta el siglo XII. Sin embargo, estas fechas pueden variar en las distintas fuentes históricas. En Rusia, el culto a San Jorge comenzó a ganar popularidad hacia el siglo XI, coincidiendo con el reinado de Yaroslav el Sabio. La iconografía del icono subastado representa a San Jorge con todos los atributos de un mártir guerrero, incluida la corona de palmas bajada del cielo por un ángel, un detalle inusual y, por tanto, curioso. El simbolismo de San Jorge matando al dragón se remonta a las primeras creencias cristianas, que constituyen la base de prácticamente todo el cristianismo, de la lucha entre el bien y el mal. Hacia finales del siglo XV el prototipo iconográfico comenzó a enriquecerse con nuevos detalles, como los ángeles, la representación del Pantocrátor, los motivos arquitectónicos y la doncella. El icono de interés narra uno de los pasajes más legendarios de la vida de San Jorge. Según la tradición cristiana en general, este milagro ocurrió después de la muerte del santo. Hay diferentes versiones del milagro, la tradicional relata que en un lago cercano a cierta ciudad se instaló un dragón que destruyó la ciudad con su aliento venenoso. El gobernante de esta ciudad pagana invocó a los dioses y éstos le aconsejaron que sacrificara cada día un joven o una mujer a la bestia. El gobernante prometió que si el destino era su única hija, compartiría la suerte de las demás víctimas. Cuando le llegó el turno, fue conducido a la orilla del lago, donde vivía el monstruo. De repente, apareció un jinete en un caballo blanco y se abalanzó sobre la serpiente que había salido del lago. Apretó la laringe del monstruo contra el suelo con su lanza, y el caballo comenzó a pisotearla con sus cascos. Entonces el guerrero ordenó a la doncella que le pusiera una faja a la serpiente sometida y la llevara al pueblo. La gente del pueblo, al ver que la bestia era conducida como un perro dócil, se quedó quieta de asombro. San Jorge les explicó entonces que había vencido a la serpiente por el poder de Cristo. En agradecimiento por lo ocurrido, los habitantes se bautizaron. Desde el punto de vista de la composición, el icono presenta ciertas características típicas de la pintura de iconos ortodoxa. El santo aparece en primer plano, más grande que todas las demás figuras, y también marca la jerarquía. Los motivos arquitectónicos están pintados en perspectiva inversa, mostrando al espectador los edificios tanto desde arriba como desde abajo, con el fin de proporcionar la máxima información sobre la escena. El icono llama la atención por su amplia gama de colores y el gran detalle conseguido por este pintor anónimo.

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