Escuela española; siglo XVII. "San Bernardo de Claraval abrazando a Cristo". Óleo sobre lienzo. Repintado. Presenta importantes faltas y repintes. Medidas: 165 x 102 cm. Escena de carácter devocional en la que se representa a San Bernardo de Claraval, arrodillado, ante la figura de Cristo, que acerca sus brazos hacia el santo en actitud cercana, con intención de abrazarse. Ambas figuras están situadas en el centro de la composición, en el fondo, ya que la mitra del santo está en primer plano. Es interesante observar que Jesús está en la cruz, por lo que se trata de una representación de un milagro, en el que, mientras Claraval rezaba a Cristo, éste se acerca a él, desenganchando sus brazos del madero y acercándolos al santo. San Bernardo de Claraval (1091-1153) fue un reformador monástico francés. En 1112 se retiró a la abadía de Cîteaux y tres años después comenzó a dirigir el monasterio de Claraval. Fue el responsable de las prácticas de la Orden del Císter, basadas en la disciplina, la austeridad, la oración y la sencillez. Estos ideales le hicieron entrar en conflicto con Pedro el Venerable, abad de Cluny, ya que suponían un ataque directo a la riqueza de los monasterios. En 1128, Bernardo participó en el Concilio de Troyes, convocado por el papa Honorio II y presidido por el cardenal Mateo de Albano. El propósito de este concilio era resolver ciertas disputas de los obispos de París, y regular otros asuntos de la Iglesia de Francia. Los obispos nombraron a Bernardo secretario del concilio y le encargaron la redacción de los estatutos sinodales. Bernardo fue denunciado, incluso en Roma. Se le acusó de entrometido. El cardenal Harmeric, en nombre del Papa, escribió a Bernardo una dura carta de protesta en la que decía: "No es conveniente que ranas ruidosas y molestas salgan de sus pantanos para molestar a la Santa Sede y a los cardenales".