Null Escuela española; segunda mitad del siglo XVII.

"San Jacinto de Polonia".
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Descripción

Escuela española; segunda mitad del siglo XVII. "San Jacinto de Polonia". Óleo sobre lienzo. Repintado. Presenta faltas, repintes y nuevas zonas de estuco. Medidas: 121 x 99 cm. San Jacinto de Polonia fue un sacerdote dominico polaco y misionero que trabajó en la reforma de los monasterios de mujeres en su Polonia natal. Fue doctor en estudios sagrados, educado en París y Bolonia. Llamado el "Apóstol del Norte", durante su estancia en Roma fue testigo de un milagro realizado por Domingo de Osma y se hizo fraile dominico. En 1219, el Papa Honorio III invitó a Domingo y a sus seguidores a instalarse en la antigua basílica romana de Santa Sabina, lo que hicieron a principios de 1220. La tradición sostiene que evangelizó en Suecia, Noruega, Dinamarca, Prusia, Escocia, Rusia, Turquía y Grecia. Uno de los mayores milagros atribuidos a Jacinto ocurrió durante un ataque mongol a Kiev. Cuando los frailes se preparaban para huir de las fuerzas invasoras, Jacinto fue a salvar el copón que contenía el Santísimo Sacramento del tabernáculo de la capilla del monasterio, cuando oyó la voz de María, la madre de Jesús, pidiéndole que lo cogiera también. Jacinto recogió la gran estatua de piedra de María, así como el copón. Pudo llevar ambos con facilidad, a pesar de que la estatua pesaba mucho más de lo que normalmente podía levantar. Así salvó a ambos. Por esta razón, se le suele mostrar sosteniendo una custodia y una estatua de María. La obra recuerda a la pintura de Vicente Carducho, que fue un pintor y tratadista de origen italiano, aunque su actividad artística se desarrolló en España, concretamente en la escuela madrileña. Se formó como pintor de frescos y retablos, en los que reflejó su lenguaje a medio camino entre el clasicismo y el manierismo posrenacentista. Su primera obra importante, la Predicación de San Juan Bautista para el Monasterio de San Francisco de Madrid, fue considerada una pieza muy atrevida para la época, hecho que indica la importancia de Carducho en la compleja historia del arte. Tras la muerte de su hermano Bartolomé Carducho, pintor de la corte de Felipe II en España, Vicente recibió el encargo de decorar una de las galerías del Palacio Real de El Pardo, donde pintó las obras que representaban las hazañas de Aquiles.

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Escuela española; segunda mitad del siglo XVII. "San Jacinto de Polonia". Óleo sobre lienzo. Repintado. Presenta faltas, repintes y nuevas zonas de estuco. Medidas: 121 x 99 cm. San Jacinto de Polonia fue un sacerdote dominico polaco y misionero que trabajó en la reforma de los monasterios de mujeres en su Polonia natal. Fue doctor en estudios sagrados, educado en París y Bolonia. Llamado el "Apóstol del Norte", durante su estancia en Roma fue testigo de un milagro realizado por Domingo de Osma y se hizo fraile dominico. En 1219, el Papa Honorio III invitó a Domingo y a sus seguidores a instalarse en la antigua basílica romana de Santa Sabina, lo que hicieron a principios de 1220. La tradición sostiene que evangelizó en Suecia, Noruega, Dinamarca, Prusia, Escocia, Rusia, Turquía y Grecia. Uno de los mayores milagros atribuidos a Jacinto ocurrió durante un ataque mongol a Kiev. Cuando los frailes se preparaban para huir de las fuerzas invasoras, Jacinto fue a salvar el copón que contenía el Santísimo Sacramento del tabernáculo de la capilla del monasterio, cuando oyó la voz de María, la madre de Jesús, pidiéndole que lo cogiera también. Jacinto recogió la gran estatua de piedra de María, así como el copón. Pudo llevar ambos con facilidad, a pesar de que la estatua pesaba mucho más de lo que normalmente podía levantar. Así salvó a ambos. Por esta razón, se le suele mostrar sosteniendo una custodia y una estatua de María. La obra recuerda a la pintura de Vicente Carducho, que fue un pintor y tratadista de origen italiano, aunque su actividad artística se desarrolló en España, concretamente en la escuela madrileña. Se formó como pintor de frescos y retablos, en los que reflejó su lenguaje a medio camino entre el clasicismo y el manierismo posrenacentista. Su primera obra importante, la Predicación de San Juan Bautista para el Monasterio de San Francisco de Madrid, fue considerada una pieza muy atrevida para la época, hecho que indica la importancia de Carducho en la compleja historia del arte. Tras la muerte de su hermano Bartolomé Carducho, pintor de la corte de Felipe II en España, Vicente recibió el encargo de decorar una de las galerías del Palacio Real de El Pardo, donde pintó las obras que representaban las hazañas de Aquiles.

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