Null Escuela madrileña; primera mitad del siglo XVII.

"Orla con flores con San …
Descripción

Escuela madrileña; primera mitad del siglo XVII. "Orla con flores con San Isidro". Óleo sobre lienzo. Revestimiento. Presenta imperfecciones, faltas y repintes. Medidas: 106,5 x 81 cm. En esta imagen devocional, el autor sigue una de las modas más populares en el siglo XVII, de tradición flamenca, y que rápidamente se extendió a otras escuelas. Esta moda consistía en combinar el género de la naturaleza, a modo de guirnalda, como elemento de encuadre y realce de un tema central de carácter religioso. Esta pieza destaca por la gran profusión de flores, con una gran variedad de tonos y especies, como tulipanes, rosas, claveles, narcisos, etc. En el caso de la escena religiosa, es probable que se trate de una representación de San Isidro. San Isidro Labrador (Madrid, 1080-1172), casado con la santa María de la Cabeza, fue beatificado por Pablo V en 1619 y canonizado en 1622 por Gregorio XV. Fue declarado patrón de los agricultores españoles por Juan XXIII en 1960. A este santo se le atribuyen varios milagros, entre los más famosos el del pozo en el que, gracias a su oración, las aguas subieron para que su hijo, que se había caído, pudiera ser rescatado. Otra es aquella en la que los ángeles ayudan al santo a arar un campo, permitiéndole así detenerse a rezar en todas las parroquias por las que pasaba de camino al trabajo. Su representación iconográfica está directamente relacionada con su trabajo como agricultor, siendo sus símbolos más frecuentes las herramientas del campo, como la azada o la pala. También se le suele representar con un rosario, rejas o espigas. La escuela madrileña surgió en torno a la corte de Felipe IV y posteriormente de Carlos II, y se desarrolló a lo largo del siglo XVII. Los analistas de esta escuela han insistido en considerar su desarrollo como resultado del poder aglutinante de la corte; lo verdaderamente decisivo no es el lugar de nacimiento de los distintos artistas, sino el hecho de que se educaron y trabajaron en torno y para una clientela nobiliaria y religiosa asentada junto a la realeza. Esto permitió y fomentó una unidad estilística, aunque existieran las lógicas divergencias debidas a las personalidades de sus miembros. Los orígenes de la escuela madrileña están ligados a la subida al trono de Felipe IV, monarca que convirtió por primera vez a Madrid en un centro artístico. Esto supuso un despertar de la conciencia nacionalista, ya que permitió una liberación de los moldes italianizantes anteriores y un salto de los últimos ecos del manierismo al tenebrismo. Este fue el primer paso dado por la escuela, que progresó paulatinamente hacia un lenguaje barroco más autóctono vinculado a las concepciones políticas, religiosas y culturales de la monarquía.

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Escuela madrileña; primera mitad del siglo XVII. "Orla con flores con San Isidro". Óleo sobre lienzo. Revestimiento. Presenta imperfecciones, faltas y repintes. Medidas: 106,5 x 81 cm. En esta imagen devocional, el autor sigue una de las modas más populares en el siglo XVII, de tradición flamenca, y que rápidamente se extendió a otras escuelas. Esta moda consistía en combinar el género de la naturaleza, a modo de guirnalda, como elemento de encuadre y realce de un tema central de carácter religioso. Esta pieza destaca por la gran profusión de flores, con una gran variedad de tonos y especies, como tulipanes, rosas, claveles, narcisos, etc. En el caso de la escena religiosa, es probable que se trate de una representación de San Isidro. San Isidro Labrador (Madrid, 1080-1172), casado con la santa María de la Cabeza, fue beatificado por Pablo V en 1619 y canonizado en 1622 por Gregorio XV. Fue declarado patrón de los agricultores españoles por Juan XXIII en 1960. A este santo se le atribuyen varios milagros, entre los más famosos el del pozo en el que, gracias a su oración, las aguas subieron para que su hijo, que se había caído, pudiera ser rescatado. Otra es aquella en la que los ángeles ayudan al santo a arar un campo, permitiéndole así detenerse a rezar en todas las parroquias por las que pasaba de camino al trabajo. Su representación iconográfica está directamente relacionada con su trabajo como agricultor, siendo sus símbolos más frecuentes las herramientas del campo, como la azada o la pala. También se le suele representar con un rosario, rejas o espigas. La escuela madrileña surgió en torno a la corte de Felipe IV y posteriormente de Carlos II, y se desarrolló a lo largo del siglo XVII. Los analistas de esta escuela han insistido en considerar su desarrollo como resultado del poder aglutinante de la corte; lo verdaderamente decisivo no es el lugar de nacimiento de los distintos artistas, sino el hecho de que se educaron y trabajaron en torno y para una clientela nobiliaria y religiosa asentada junto a la realeza. Esto permitió y fomentó una unidad estilística, aunque existieran las lógicas divergencias debidas a las personalidades de sus miembros. Los orígenes de la escuela madrileña están ligados a la subida al trono de Felipe IV, monarca que convirtió por primera vez a Madrid en un centro artístico. Esto supuso un despertar de la conciencia nacionalista, ya que permitió una liberación de los moldes italianizantes anteriores y un salto de los últimos ecos del manierismo al tenebrismo. Este fue el primer paso dado por la escuela, que progresó paulatinamente hacia un lenguaje barroco más autóctono vinculado a las concepciones políticas, religiosas y culturales de la monarquía.

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