Null Escuela sevillana; segundo tercio del siglo XVIII.

"Retrato del canónigo d…
Descripción

Escuela sevillana; segundo tercio del siglo XVIII. "Retrato del canónigo de la Catedral de Sevilla, Don Nicolás Antonio de Cominco". Óleo sobre lienzo. Redibujado. Presenta repintes. Medidas: 105 x 83,5 cm. Retrato en el que se aprecia al religioso Nicolás Antonio de Cominco, al que acompaña una orla que indica su nombre y su cargo, así como el escudo familiar que justifica su linaje. El sacerdote se encuentra en un interior oscuro, que se abre a la derecha, revelando la arquitectura del interior de una iglesia. Este tipo de retrato, conocido como verae effigues, fue muy popular en la época en América Latina, especialmente tras la colonización de América. Estos retratos se realizaban con la intención de mostrar a aquellos personajes dignos de ser venerados. Por ello, los retratos solían realizarse no sólo en vida del protagonista, sino también post mortem. La intención de estas obras era conmover al público, fomentar los actos piadosos y, al mismo tiempo, perpetuar la memoria de una figura de santidad, creando así toda una tradición histórica. Cabe destacar que este género de "verae effigie" no siempre seguía el título literal, ya que en muchas ocasiones los retratos de estos personajes religiosos no reflejaban sus rasgos personales, sino que el artista componía la escena según el encargo recibido.

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Escuela sevillana; segundo tercio del siglo XVIII. "Retrato del canónigo de la Catedral de Sevilla, Don Nicolás Antonio de Cominco". Óleo sobre lienzo. Redibujado. Presenta repintes. Medidas: 105 x 83,5 cm. Retrato en el que se aprecia al religioso Nicolás Antonio de Cominco, al que acompaña una orla que indica su nombre y su cargo, así como el escudo familiar que justifica su linaje. El sacerdote se encuentra en un interior oscuro, que se abre a la derecha, revelando la arquitectura del interior de una iglesia. Este tipo de retrato, conocido como verae effigues, fue muy popular en la época en América Latina, especialmente tras la colonización de América. Estos retratos se realizaban con la intención de mostrar a aquellos personajes dignos de ser venerados. Por ello, los retratos solían realizarse no sólo en vida del protagonista, sino también post mortem. La intención de estas obras era conmover al público, fomentar los actos piadosos y, al mismo tiempo, perpetuar la memoria de una figura de santidad, creando así toda una tradición histórica. Cabe destacar que este género de "verae effigie" no siempre seguía el título literal, ya que en muchas ocasiones los retratos de estos personajes religiosos no reflejaban sus rasgos personales, sino que el artista componía la escena según el encargo recibido.

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