Null Escuela andaluza; segunda mitad del siglo XVII.

"La caída de San Pablo".

…
Descripción

Escuela andaluza; segunda mitad del siglo XVII. "La caída de San Pablo". Óleo sobre lienzo. Retocado. El lienzo está desprendido del bastidor y tiene algunas faltas. Medidas: 82,5 x 102,5 cm. En esta obra vemos la tradicional representación de la conversión de San Pablo, con el santo ya caído del caballo, en una interesante representación escenográfica, poblada por multitud de personajes, que rodean a la figura principal del santo. Todos ellos están colocados en primer plano, a modo de friso, aunque la posición central de San Pablo, junto con la claridad de su vestimenta, dirige completamente la mirada del espectador. La obra se completa con un plano celeste, en cuyo centro se aprecia la presencia de Jesucristo con la cruz, observando atentamente la escena. Pablo era un judío helenizado de la diáspora, nacido en Tarso. Era, pues, judío por etnia, griego por cultura y romano por nacionalidad. Recibió el nombre de Saulo, que cambió por el de Pablo tras su conversión. Nacido a principios del siglo I, estudió en Jerusalén con el rabino Gamaliel, que se caracterizaba por su odio a los cristianos. Un día, cuando iba de Jerusalén a Damasco, hacia el año 35, fue deslumbrado por un rayo y cayó del caballo. Entonces oyó la voz de Jesús que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? A raíz de esta experiencia, el santo cambió bruscamente de perseguidor a fanático del cristianismo. El siglo XVII supuso la llegada del Barroco a la escuela andaluza, con el triunfo del naturalismo sobre el idealismo manierista, un estilo suelto y muchas otras libertades estéticas. En esta época la escuela alcanzó su mayor esplendor, tanto por la calidad de sus obras como por el estatus primordial de la pintura barroca sevillana. Así, en la transición al Barroco encontramos a Juan del Castillo, Antonio Mohedano y Francisco Herrera el Viejo, cuyas obras ya muestran la pincelada rápida y el crudo realismo del estilo, y a Juan de Roelas, que introduce el colorismo veneciano. A mediados de siglo se produce la plenitud del periodo, con figuras como Zurbarán, un joven Alonso Cano y Velázquez. Finalmente, en el último tercio del siglo encontramos a Murillo y Valdés Leal, fundadores en 1660 de una Academia en la que se formaron muchos de los pintores activos durante el primer cuarto del siglo XVIII, como Meneses Osorio, Sebastián Gómez y Lucas Valdés, entre otros.

18 

Escuela andaluza; segunda mitad del siglo XVII. "La caída de San Pablo". Óleo sobre lienzo. Retocado. El lienzo está desprendido del bastidor y tiene algunas faltas. Medidas: 82,5 x 102,5 cm. En esta obra vemos la tradicional representación de la conversión de San Pablo, con el santo ya caído del caballo, en una interesante representación escenográfica, poblada por multitud de personajes, que rodean a la figura principal del santo. Todos ellos están colocados en primer plano, a modo de friso, aunque la posición central de San Pablo, junto con la claridad de su vestimenta, dirige completamente la mirada del espectador. La obra se completa con un plano celeste, en cuyo centro se aprecia la presencia de Jesucristo con la cruz, observando atentamente la escena. Pablo era un judío helenizado de la diáspora, nacido en Tarso. Era, pues, judío por etnia, griego por cultura y romano por nacionalidad. Recibió el nombre de Saulo, que cambió por el de Pablo tras su conversión. Nacido a principios del siglo I, estudió en Jerusalén con el rabino Gamaliel, que se caracterizaba por su odio a los cristianos. Un día, cuando iba de Jerusalén a Damasco, hacia el año 35, fue deslumbrado por un rayo y cayó del caballo. Entonces oyó la voz de Jesús que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? A raíz de esta experiencia, el santo cambió bruscamente de perseguidor a fanático del cristianismo. El siglo XVII supuso la llegada del Barroco a la escuela andaluza, con el triunfo del naturalismo sobre el idealismo manierista, un estilo suelto y muchas otras libertades estéticas. En esta época la escuela alcanzó su mayor esplendor, tanto por la calidad de sus obras como por el estatus primordial de la pintura barroca sevillana. Así, en la transición al Barroco encontramos a Juan del Castillo, Antonio Mohedano y Francisco Herrera el Viejo, cuyas obras ya muestran la pincelada rápida y el crudo realismo del estilo, y a Juan de Roelas, que introduce el colorismo veneciano. A mediados de siglo se produce la plenitud del periodo, con figuras como Zurbarán, un joven Alonso Cano y Velázquez. Finalmente, en el último tercio del siglo encontramos a Murillo y Valdés Leal, fundadores en 1660 de una Academia en la que se formaron muchos de los pintores activos durante el primer cuarto del siglo XVIII, como Meneses Osorio, Sebastián Gómez y Lucas Valdés, entre otros.

Las pujas estan cerradas para este lote. Ver los resultados