1 / 3

Descripción

BENJAMIN PALENCIA (Barrax, Albacete, 1894 - Madrid, 1980). "Composición", 1949. Técnica mixta sobre papel. Firmado y fechado en la esquina inferior derecha. El marco presenta ligeras imperfecciones. Medidas: 33 x 47 cm; 50 x 63 cm (marco). Benjamín Palencia trabajó géneros tradicionales con un lenguaje vanguardista, como se aprecia en este bodegón de los años cuarenta. Fundador de la Escuela de Vallecas junto al escultor Alberto Sánchez, Benjamín Palencia fue uno de los más importantes herederos de la poética del paisaje castellano característica de la Generación del 98. A los quince años Palencia abandonó su pueblo natal y se instaló en Madrid para desarrollar su formación a través de sus frecuentes visitas al Museo del Prado, ya que siempre rechazó las enseñanzas oficiales de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1925 participó en la Exposición de Artistas Ibéricos celebrada en el Palacio del Retiro de Madrid, y en 1926 viajó por primera vez a París. Ya plenamente consolidado, en 1943 obtiene la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en 1944 es seleccionado para participar en el Salón de los Once de Eugenio D'Ors en Madrid. Al año siguiente obtuvo la medalla de honor de la Exposición Nacional, aunque renunció a ella para facilitar su concesión a José Gutiérrez Solana.

Traducido automáticamente por DeepL.
Para ver la versión original, haga clic aquí.

126 
Ir al lote
<
>

BENJAMIN PALENCIA (Barrax, Albacete, 1894 - Madrid, 1980). "Composición", 1949. Técnica mixta sobre papel. Firmado y fechado en la esquina inferior derecha. El marco presenta ligeras imperfecciones. Medidas: 33 x 47 cm; 50 x 63 cm (marco). Benjamín Palencia trabajó géneros tradicionales con un lenguaje vanguardista, como se aprecia en este bodegón de los años cuarenta. Fundador de la Escuela de Vallecas junto al escultor Alberto Sánchez, Benjamín Palencia fue uno de los más importantes herederos de la poética del paisaje castellano característica de la Generación del 98. A los quince años Palencia abandonó su pueblo natal y se instaló en Madrid para desarrollar su formación a través de sus frecuentes visitas al Museo del Prado, ya que siempre rechazó las enseñanzas oficiales de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1925 participó en la Exposición de Artistas Ibéricos celebrada en el Palacio del Retiro de Madrid, y en 1926 viajó por primera vez a París. Ya plenamente consolidado, en 1943 obtiene la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en 1944 es seleccionado para participar en el Salón de los Once de Eugenio D'Ors en Madrid. Al año siguiente obtuvo la medalla de honor de la Exposición Nacional, aunque renunció a ella para facilitar su concesión a José Gutiérrez Solana.

Valoración 3 000 - 3 500 EUR
Precio de salida 1 800 EUR

* Gastos de venta no incluidos.
Consulte las condiciones de venta para calcular el precio de los gastos.

Gastos de venta: 24 %
Dejar una orden
Inscribirse en la subasta

Subasta el jueves 12 sep : 14:45 (CEST)
, pays.null
Setdart.com
+34932463241
Ver el catálogo Consultar las CGV Información sobre la subasta

Entrega en
Cambiar dirección
Esta solución de entrega es opcional..
Puede recurrir al transportista de su elección.
El precio indicado no incluye el precio del lote ni los gastos de la subasta.

Podría interesarle

BENJAMIN PALENCIA (Barrax, Albacete, 1894 - Madrid, 1980). Sin título, 1948. Acuarela y tinta sobre papel. Firmado en la esquina inferior derecha. Procedencia: Galería Ignacio Lassaletta. Certificado adjunto Medidas: 34 x 25 cm,; 65 x 56 cm. Fundador de la Escuela de Vallecas junto al escultor Alberto Sánchez, Benjamín Palencia fue uno de los más importantes herederos de la poética del paisaje castellano propia de la Generación del 98. Con sólo quince años Palencia abandona su pueblo natal y se instala en Madrid para desarrollar su formación a través de sus frecuentes visitas al Museo del Prado, ya que siempre rechazó las enseñanzas oficiales de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1925 participa en la Exposición de Artistas Ibéricos celebrada en el Palacio del Retiro de Madrid, y en 1926 viaja por primera vez a París. Allí conoce a Picasso, Gargallo y Miró y entra en contacto con la técnica del collage, que más tarde aplicará a su obra, incorporando nuevos materiales como la arena o la ceniza. Será a partir de esta estancia parisina cuando la obra de Palencia adquiera un tono surrealista, evidenciado en una cada vez mayor libertad expresiva que alcanzará su plenitud en su periodo de madurez. A su regreso a Madrid funda la Escuela de Vallecas (1927), y debuta individualmente en el Museo de Arte Moderno (1928). Palencia irá abandonando los bodegones para retomar el paisaje castellano, plasmándolo a través de una magnífica síntesis entre tradición y vanguardia. Esta personal estética del paisaje alcanzará su culminación en la Escuela de Vallecas y, tras una brillante incursión surrealista a principios de los años treinta, al estallar la Guerra Civil Palencia permanece en Madrid, sufriendo como sus compañeros de generación un periodo de profunda crisis. Tras la guerra, entre 1939 y 1940 su pintura da un giro radical; abandona las influencias cubistas y abstractas e incluso los aspectos surrealistas, en busca de un arte de fuerte impacto cromático, vinculado al fauvismo. Centrado en su labor como paisajista, en 1942 Palencia retoma la experiencia de la Escuela de Vallecas junto a los jóvenes pintores Álvar Delgado, Carlos Pascual de Lara, Gregorio del Olmo, Enrique Núñez Casteló y Francisco San José. Su obra recogerá imágenes del campo castellano y de sus campesinos y animales; su pintura se convierte en testimonio de lo rudo, lo tosco y lo rural, de la sutil expresividad de la sobriedad castellana. Ya plenamente consolidado, en 1943 obtiene la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en 1944 es seleccionado para participar en el Salón de los Once de Eugenio D'Ors en Madrid. Al año siguiente se le concede la medalla de honor de la Exposición Nacional, aunque renuncia a ella para facilitar su concesión a José Gutiérrez Solana, fallecido pocos días antes del fallo del jurado. A partir de esta década, sus exposiciones en centros de arte y galerías como el Círculo de Bellas Artes de Madrid o la galería Estilo, y en 1946 vuelve a ser seleccionado para el Salón de los Once. También comenzó a participar en exposiciones internacionales, como las de Arte Español Contemporáneo celebradas en 1947 en Buenos Aires, Río de Janeiro y Sao Paulo. También obtuvo el Gran Premio de la Bienal Hispanoamericana de Madrid (1951) y expuso en el Museo de Arte Moderno de París (1951), la Bienal de Venecia (1956), el Palacio de la Princesa de Paravinci de Roma (1965), etc. En 1973 fue nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y en 1978 ingresó en la Academia de San Jorge de Barcelona. Ese mismo año se le concedió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Benjamín Palencia está representado actualmente en el Museo Nacional Reina Sofía, en el Patio Herreriano de Valladolid y en los Museos de Bellas Artes de Valencia y Albacete, entre otros muchos.

BENJAMÍN PALENCIA (Barrax, Albacete, 1894 - Madrid, 1980). "Payaso". 1948. Tinta sobre papel. Firmado y fechado en la esquina inferior derecha. Obra verificada por Ramón Palencia Medidas: 44 x 28 cm. Fundador de la Escuela de Vallecas junto al escultor Alberto Sánchez, Benjamín Palencia fue uno de los más importantes herederos de la poética del paisaje castellano propia de la Generación del 98. Con sólo quince años, Palencia abandonó su pueblo natal y se instaló en Madrid para desarrollar su formación a través de sus frecuentes visitas al Museo del Prado, ya que siempre rechazó las enseñanzas oficiales de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1925 participó en la Exposición de Artistas Ibéricos celebrada en el Palacio del Retiro de Madrid, y en 1926 viajó por primera vez a París. Allí conoce a Picasso, Gargallo y Miró y entra en contacto con la técnica del collage, que más tarde aplicará a su obra, incorporando nuevos materiales como la arena y la ceniza. Fue durante esta estancia parisina cuando la obra de Palencia adquirió un tono surrealista, manifestado en una libertad expresiva cada vez mayor que alcanzó su punto álgido en su etapa de madurez. A su regreso a Madrid funda la Escuela de Vallecas (1927) y debuta individualmente en el Museo de Arte Moderno (1928). Palencia fue abandonando las naturalezas muertas en favor de los paisajes castellanos. Esta personal estética paisajística alcanzó su culminación en la Escuela de Vallecas y, tras una brillante incursión surrealista a principios de los años treinta, al estallar la Guerra Civil Palencia permaneció en Madrid y, como sus compañeros de generación, atravesó un periodo de profunda crisis. Finalizada la guerra, entre 1939 y 1940 su pintura dio un giro radical; abandonó las influencias cubistas en busca de un arte de fuerte impacto cromático. Centrado en su labor como paisajista, en 1942 Palencia retoma la experiencia de la Escuela de Vallecas junto a los jóvenes pintores Álvar Delgado, Carlos Pascual de Lara, Gregorio del Olmo, Enrique Núñez Casteló y Francisco San José. Su obra incluiría imágenes del campo castellano y de sus campesinos y animales; una vez plenamente consolidado, en 1943 obtuvo la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en 1944 fue seleccionado para participar en el Salón de los Once de Eugenio D'Ors en Madrid. Al año siguiente obtuvo la medalla de honor de la Exposición Nacional, aunque renunció a ella para facilitar su concesión a José Gutiérrez Solana, fallecido pocos días antes del fallo del jurado. A partir de esta década expone en centros de arte y galerías como el Círculo de Bellas Artes de Madrid y la galería Estilo, y en 1946 es seleccionado de nuevo para el Salón de los Once. También comienza a participar en exposiciones internacionales, como la de Arte Español Contemporáneo celebrada en Buenos Aires en 1947.

BENJAMIN PALENCIA (Barrax, Albacete, 1894 - Madrid, 1980). "Vallecas", 1948. Acuarela sobre papel. Firmada, titulada y fechada en el ángulo inferior derecho. Presenta ligeras faltas en el marco. Medidas: 38 x 60 cm; 66 x 88 cm (marco). En esta magnífica escena festiva, la comunión con la naturaleza y el hedonismo de los cuerpos se expresa de manera similar a la famosa danza de Matisse. Pertenece al periodo más vanguardista de Benjamín Palencia, cuando formó el vibrante grupo de surrealistas en torno al pueblo que da título a este cuadro. Fundador de la Escuela de Vallecas junto al escultor Alberto Sánchez, Benjamín Palencia fue uno de los más importantes herederos de la poética del paisaje castellano característica de la Generación del 98. A los quince años Palencia abandonó su pueblo natal y se instaló en Madrid para desarrollar su formación a través de sus frecuentes visitas al Museo del Prado, ya que siempre rechazó las enseñanzas oficiales de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1925 participó en la Exposición de Artistas Ibéricos celebrada en el Palacio del Retiro de Madrid, y en 1926 viajó por primera vez a París. Ya plenamente consolidado, en 1943 obtiene la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en 1944 es seleccionado para participar en el Salón de los Once de Eugenio D'Ors en Madrid. Al año siguiente obtuvo la medalla de honor de la Exposición Nacional, aunque renunció a ella para facilitar su concesión a José Gutiérrez Solana.

BENJAMIN PALENCIA (Barrax, Albacete, 1894 - Madrid, 1980). "Fiesta. 1948. Técnica mixta sobre papel. Firmado y fechado en la esquina inferior derecha. Presenta ligera falta de policromía en el marco. Medidas: 45 x 60 cm; 73 x 87 cm (marco). Este cuadro pertenece al periodo más vanguardista de la producción de Benjamín Palencia. Con una vibrante paleta de colores "fauve" y un esquematismo lineal que casi llega a la reducción simbólica, consigue transmitir la energía contagiosa de un ambiente festivo. Con un lenguaje deliberadamente naïf, reinventa el costumbrismo en clave moderna. Fundador de la Escuela de Vallecas junto al escultor Alberto Sánchez, Benjamín Palencia fue uno de los más importantes herederos de la poética del paisaje castellano característica de la Generación del 98. A los quince años Palencia abandonó su pueblo natal y se instaló en Madrid para desarrollar su formación a través de sus frecuentes visitas al Museo del Prado, ya que siempre rechazó las enseñanzas oficiales de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1925 participó en la Exposición de Artistas Ibéricos celebrada en el Palacio del Retiro de Madrid, y en 1926 viajó por primera vez a París. Ya plenamente consolidado, en 1943 obtiene la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en 1944 es seleccionado para participar en el Salón de los Once de Eugenio D'Ors en Madrid. Al año siguiente obtuvo la medalla de honor de la Exposición Nacional, aunque renunció a ella para facilitar su concesión a José Gutiérrez Solana.