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Descripción

JOSÉ FRAU (Vigo, 1898 - Madrid, 1976). "Venus del espejo". Óleo sobre tabla. Firmado y fechado en la esquina inferior izquierda. Medidas: 85 x 126 cm; 98 x 139 cm (marco). José Frau coqueteó con diferentes movimientos vanguardistas, sintiéndose especialmente próximo al expresionismo, como queda patente en este cuadro en el que una mujer se recoge el pelo frente a un pequeño espejo colgado en la pared. Lejos de ser una Venus, como anuncia el irónico título, se trata de una muchacha cuyos humildes orígenes se adivinan por el aspecto desaliñado y espartano de su habitación. La escena se resuelve con un trazo impetuoso. El exuberante cuerpo parece tallado en madera, cincelado en ébano. Su piel oscura armoniza con las paredes verdeazuladas y la colcha roja. José Frau comenzó su formación con Antonio de la Torre y Eugenio Hermoso, y luego ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde recibió clases de José Muñoz de Degrain. A partir de 1917 se dio a conocer a través de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, obteniendo la tercera medalla en 1924, la segunda en 1932 y la primera en 1943. Realizó su primera exposición individual, en las Galerías Layetanas de Barcelona, y en 1925 fue uno de los participantes en la exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos, con la que también expuso en el Jeu de Paume de París en 1936. Anteriormente, Frau también había mostrado su obra en las exposiciones de artistas españoles organizadas por el Carnegie Institute de Pittsburg en 1933 y 1935. A partir de la década de 1940 vivió en Buenos Aires, Montevideo y México, antes de regresar definitivamente a España en 1946. Actualmente está representado en la Fundación Novacaixa de Galicia, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el Museo de Huelva, el Castrelos de Vigo y otras colecciones, tanto públicas como privadas. Estilísticamente, comenzó con obras figurativas, evolucionando a partir de 1930 hacia un estilo postimpresionista para centrarse posteriormente en paisajes con figuras, recreados en ambientes mágicos y fantásticos. En sus últimas obras utilizó un cromatismo fauvista con predominio de verdes, azules, tierras y negros de gran contraste, mostrando, al mismo tiempo, una progresiva estilización, dejando de tener la figura humana el protagonismo que le había dado en sus cuadros anteriores.

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JOSÉ FRAU (Vigo, 1898 - Madrid, 1976).

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JOSÉ FRAU (Vigo, 1898 - Madrid, 1976). "Agua en el prado", 1974. Óleo sobre lienzo. En el catálogo "Blue thoughts", 1978. Firmado en la esquina inferior derecha. Fechado, titulado y con inscripción al dorso. Medidas: 92 x 73 cm; 89,5 x 108 cm (marco). José Frau inició su formación con Antonio de la Torre y Eugenio Hermoso, ingresando posteriormente en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde recibió clases de José Muñoz de Degrain. A partir de 1917 se dio a conocer a través de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, obteniendo la tercera medalla en 1924, la segunda en 1932 y la primera en 1943. Realizó su primera exposición individual, en las Galerías Layetanas de Barcelona, y en 1925 fue uno de los participantes en la exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos, con la que también expuso en el Jeu de Paume de París en 1936. Anteriormente, Frau también había mostrado su obra en las exposiciones de artistas españoles organizadas por el Carnegie Institute de Pittsburg en 1933 y 1935. A partir de la década de 1940 vivió en Buenos Aires, Montevideo y México, antes de regresar definitivamente a España en 1946. Actualmente está representado en la Fundación Novacaixa de Galicia, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el Museo de Huelva, el Castrelos de Vigo y otras colecciones, tanto públicas como privadas. Estilísticamente, comenzó con obras figurativas, evolucionando a partir de 1930 hacia un estilo postimpresionista para centrarse posteriormente en paisajes con figuras, recreados en ambientes mágicos y fantásticos. En sus últimas obras utilizó un cromatismo fauvista con predominio de verdes, azules, tierras y negros de gran contraste, mostrando, al mismo tiempo, una progresiva estilización, dejando de tener la figura humana el protagonismo que le había dado en sus cuadros anteriores.