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Descripción

ISMAEL GONZÁLEZ DE LA SERNA (Guadix, Granada, 1898 - París, 1968). Sin título. 1929. Óleo sobre cartón duro. Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho. Medidas: 63 x 48 cm; 87 x 74 cm (marco). En la transición de los años veinte a los treinta, la pintura de De la Serna evoluciona hacia una abstracción geométrica que se aleja de sus inicios postcubistas. La obra aquí expuesta pertenece a esta segunda etapa creativa. La paleta prioriza los tonos marrones y grises en contraste con los blancos, desarrollándose en planos cromáticos superpuestos que parecen conferir volumen a la superficie. De la Serna emplea así con audacia el color, organizándolo en composiciones equilibradas y dinámicas al mismo tiempo. Ismael González de la Serna inició sus estudios artísticos en Granada y los concluyó en Madrid, en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. En sus primeros años desarrolla un estilo pictórico ecléctico, que bebe de fuentes impresionistas, simbolistas y modernistas. Uno de los primeros ejemplos de su lenguaje juvenil lo encontramos en las ilustraciones que realizó para su amigo de la infancia Federico García Lorca, en el que sería su primer libro, "Impresiones y paisajes" (1918). Ese mismo año, Ismael de la Serna celebra su primera exposición en Granada, y poco después presenta sus obras en el Ateneo de Madrid. En 1921 se traslada a París para ampliar sus horizontes artísticos, integrándose en los círculos de la Escuela de París. Entre sus amigos parisinos se encontraba Pablo Picasso, que influyó en su obra pero fue, sobre todo, el protector del pintor granadino. El estilo de De la Serna fue, en este periodo, permeable a las influencias de las vanguardias, principalmente el cubismo y el expresionismo, que trabajó de forma muy personal. Asimismo, la influencia inicial del impresionismo fue siempre evidente en su obra. El año 1927 marcó el inicio de un periodo de fuerte proyección de su obra, que comenzó con la exposición individual que el pintor celebró en la influyente galería parisina de Paul Guillaume. A esta exposición siguieron otras muchas, tanto en París como en Berlín, Bruselas, Copenhague, Granada y México. En 1928 recibió el encargo del director de "Cahiers d'Art", Christian Zervos, de ilustrar una edición especial de veinte sonetos de Góngora. La clave de su reconocimiento hay que buscarla en su lectura sensual de las formas del cubismo, basada en la pertinencia de un dibujo de líneas sinuosas y muy decorativas, combinadas con fuertes improntas cromáticas. Con un marcado sentido espacial y sin abandonar nunca la figuración, De la Serna representó principalmente bodegones, en los que acentuó el lado sensorial de su pintura con referencias sensoriales metafóricas, como la música, la fruta o las ventanas abiertas. También trabajó el paisaje y el retrato. Tras inaugurar con una exposición individual las actividades de la Asociación de Artistas Ibéricos de Madrid en 1932, el pintor emprende nuevas vías de experimentación plástica que desembocarán, tras la Segunda Guerra Mundial, en una pintura más esquemática y simplificada, cercana a las soluciones abstractas contemporáneas. Ismael de la Serna está representado en el Museo Patio Herreriano de Valladolid, el Museo Reina Sofía de Madrid, los Museos de Bellas Artes de Granada y Sevilla, el ARTIUM, etc.

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ISMAEL GONZÁLEZ DE LA SERNA (Guadix, Granada, 1898 - París, 1968). Sin título. 1929. Óleo sobre cartón duro. Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho. Medidas: 63 x 48 cm; 87 x 74 cm (marco). En la transición de los años veinte a los treinta, la pintura de De la Serna evoluciona hacia una abstracción geométrica que se aleja de sus inicios postcubistas. La obra aquí expuesta pertenece a esta segunda etapa creativa. La paleta prioriza los tonos marrones y grises en contraste con los blancos, desarrollándose en planos cromáticos superpuestos que parecen conferir volumen a la superficie. De la Serna emplea así con audacia el color, organizándolo en composiciones equilibradas y dinámicas al mismo tiempo. Ismael González de la Serna inició sus estudios artísticos en Granada y los concluyó en Madrid, en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. En sus primeros años desarrolla un estilo pictórico ecléctico, que bebe de fuentes impresionistas, simbolistas y modernistas. Uno de los primeros ejemplos de su lenguaje juvenil lo encontramos en las ilustraciones que realizó para su amigo de la infancia Federico García Lorca, en el que sería su primer libro, "Impresiones y paisajes" (1918). Ese mismo año, Ismael de la Serna celebra su primera exposición en Granada, y poco después presenta sus obras en el Ateneo de Madrid. En 1921 se traslada a París para ampliar sus horizontes artísticos, integrándose en los círculos de la Escuela de París. Entre sus amigos parisinos se encontraba Pablo Picasso, que influyó en su obra pero fue, sobre todo, el protector del pintor granadino. El estilo de De la Serna fue, en este periodo, permeable a las influencias de las vanguardias, principalmente el cubismo y el expresionismo, que trabajó de forma muy personal. Asimismo, la influencia inicial del impresionismo fue siempre evidente en su obra. El año 1927 marcó el inicio de un periodo de fuerte proyección de su obra, que comenzó con la exposición individual que el pintor celebró en la influyente galería parisina de Paul Guillaume. A esta exposición siguieron otras muchas, tanto en París como en Berlín, Bruselas, Copenhague, Granada y México. En 1928 recibió el encargo del director de "Cahiers d'Art", Christian Zervos, de ilustrar una edición especial de veinte sonetos de Góngora. La clave de su reconocimiento hay que buscarla en su lectura sensual de las formas del cubismo, basada en la pertinencia de un dibujo de líneas sinuosas y muy decorativas, combinadas con fuertes improntas cromáticas. Con un marcado sentido espacial y sin abandonar nunca la figuración, De la Serna representó principalmente bodegones, en los que acentuó el lado sensorial de su pintura con referencias sensoriales metafóricas, como la música, la fruta o las ventanas abiertas. También trabajó el paisaje y el retrato. Tras inaugurar con una exposición individual las actividades de la Asociación de Artistas Ibéricos de Madrid en 1932, el pintor emprende nuevas vías de experimentación plástica que desembocarán, tras la Segunda Guerra Mundial, en una pintura más esquemática y simplificada, cercana a las soluciones abstractas contemporáneas. Ismael de la Serna está representado en el Museo Patio Herreriano de Valladolid, el Museo Reina Sofía de Madrid, los Museos de Bellas Artes de Granada y Sevilla, el ARTIUM, etc.

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