JULIAN GRAU SANTOS Canfranc, Huesca (1937) "Garden in winter"
Oil on canvas Sign…
Descripción

JULIAN GRAU SANTOS Canfranc, Huesca (1937) "Garden in winter" Oil on canvas Signed in the lower left corner. On the back signed and titled Measurements: 65 x 81 cm

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JULIAN GRAU SANTOS Canfranc, Huesca (1937) "Garden in winter" Oil on canvas Signed in the lower left corner. On the back signed and titled Measurements: 65 x 81 cm

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EMILIO GRAU SALA (Barcelona, 1911 - 1977). "En el Hipódromo", París, 1963. Óleo sobre lienzo. Firmado en la esquina inferior izquierda. Firmado, fechado y localizado al dorso. Medidas: 27 x 22 cm; 48,5 x 40 cm (marco). Grau Sala parte en esta obra del modelo natural para construir una composición dinámica caracterizada por la libertad casi absoluta del color y por la fuerza expresiva de las texturas. Aplica su personalísimo cromatismo de herencia fauve, con planos de varias tonalidades aplicados de forma expresiva y libre, a base de pinceladas superpuestas y secas, de manera que los colores no se tapan unos a otros. Al mismo tiempo, confieren al paisaje una cierta vibración que multiplica los reflejos del sol bajo una luz clara y uniforme, evitando sombras densas e iluminando vivamente los colores. Hijo del dibujante Juan Grau Miró, Grau Sala compaginó su asistencia a la Escuela de Bellas Artes de Barcelona con una formación esencialmente autodidacta. En 1930 realizó su primera exposición en la galería Badriñas de Barcelona. Al comienzo de la Guerra Civil, en 1936, se traslada a París, donde se instala en la colonia de artistas españoles de Montparnasse. Ese mismo año recibe el primer Premio Carnegie. En los veinticinco años que permaneció allí, conoció de cerca las vanguardias, aunque siempre optó por una figuración colorista, derivada del impresionismo y el fauvismo. Era un camino ya recorrido por el circuito comercial, superado en cuanto a novedad por el cubismo y el surrealismo, pero que se mantuvo vivo a un alto nivel gracias a maestros como Bonnard, Chagall y Dufy. De hecho, pronto se dio a conocer en París como el sucesor del espíritu y los valores impresionistas, directamente relacionados con Bonnard y Vuillard. Esta elección estilística de Grau Sala condicionó la de su esposa, Ángeles Santos, que abandonó su singular surrealismo por un paisaje más convencional, decisión que la crítica no dudó en lamentar. El éxito de su estilo llevó a Grau Sala a dedicarse también a la obra gráfica (grabados, litografías, ilustraciones para novelas, carteles...), así como a la escenografía teatral. La gracia y finura de sus personajes, la viveza de los colores y la elegante atmósfera de los ambientes que plasmaba le hicieron cosechar un gran éxito y reconocimiento en todo el mundo. Realizó varias exposiciones individuales, principalmente en Barcelona y París, pero también en ciudades como Nueva York, Toulouse, Londres y Los Ángeles. En 1963 regresó a Barcelona, cuando la figuración anquilosada de la España franquista empezaba a ser cuestionada por Oteiza, Chillida, Tàpies y el colectivo "El Paso". Sin embargo, se mantuvo fiel a su estilo, y hasta su muerte en 1975 trabajó dentro de su línea personal, centrada en sus temas favoritos, figuras femeninas, interiores y paisajes, en una ambientación temporal vagamente clásica y nostálgica del siglo XIX. Tras su muerte, y durante más de una década, Grau Sala quedó eclipsado por las múltiples novedades que surgían en la España democrática, pero a partir de los años noventa, el nuevo auge del coleccionismo de nivel medio relanzó a Grau Sala, al ser entendido como un intérprete del Impresionismo en clave española. Obras de Emilio Grau Sala se conservan en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente y el Instituto de Arte y Cultura Contemporáneos Óscar Domínguez.

JUAN DE LA ABADÍA (documentado en Aragón en el último tercio del siglo XV). "San Juan Bautista conducido a prisión". Óleo sobre madera. Medidas: 111 x 69 cm. En esta escena se representa a San Juan Bautista entrando en la prisión, un tema poco representado que a veces tiene una composición similar a la de la Prisión de Cristo. Juan Bautista está representado con sus homenajes habituales: va descalzo y cubre su cuerpo con la característica piel de camello. Entra en la prisión donde fue encarcelado por el rey Herodes Antipas. Los soldados intercambian impresiones entre ellos, mostrando diversas actitudes ante el acontecimiento. Pintor español perteneciente al estilo hispano-flamenco en Aragón. Documentado en Huesca, donde abrió su taller entre 1469 y 1498, fecha de su muerte. A partir de 1489, su hijo Juan de la Abadía "el Joven" colaboró con él en el taller y ambos llegaron a contratar los retablos de Lastanosa (1490) y San Pedro de Biescas (1493). Gudiol establece la hipótesis de la formación catalana de Juan de la Abadía "el Viejo" y de su colaboración en algunos retablos de Barcelona con Pedro García de Benabarre, con quien el estilo de Juan de la Abadía "el Viejo" muestra puntos de contacto, así como con el de Jaume Huguet. El periodo más conocido de su actividad corresponde a las dos últimas décadas de su vida, de las que se conservan un mayor número de obras documentadas, entre ellas los "Retablos de Sorripas", de El Salvador de Broto, Huesca (Museo de Zaragoza) o de "Santa Catalina" de la iglesia de la Magdalena de Huesca (muy dispersos). De esos últimos años data también el "Retablo de Santo Domingo" de la ermita de Almudévar, Huesca (1490), que sirvió de punto de partida para que Correos designara en 1941 a este pintor como Maestro de Almudévar, pocos años antes de que Ricardo del Arco diera a conocer su identidad en 1945. Desde las primeras obras documentadas en Huesca, como el "Retablo de Santa Quiteria" de la iglesia del castillo de Alquézar, se aprecia el interés de Juan de la Abadía por representar los pliegues angulosos de las telas, mucho más duros en sus obras posteriores, al igual que el modelado más intenso. El pintor muestra las figuras con un carácter algo tosco, aisladas y fuertemente modeladas, con sus rostros realistas dotados de gran expresividad. Sus obras se encuentran en el Museo del Prado.

JUAN DE LA ABADÍA (documentado en Aragón en el último tercio del siglo XV). "San Juan Bautista predicando". Óleo sobre madera. Medidas: 111 x 69 cm. Esta escena representa a San Juan Bautista predicando en el desierto de Palestina. Según la leyenda evangélica, los habitantes de Judea acudían a él para escucharle y bautizarse. Juan Bautista está representado con sus tributos habituales: va descalzo y cubre su cuerpo con la característica piel de camello. Los discípulos y oyentes intercambian impresiones entre sí, mostrando diversas actitudes ante las palabras de Juan. Pintor español perteneciente al estilo hispano-flamenco en Aragón. Documentado en Huesca, donde abrió su taller entre 1469 y 1498, fecha de su muerte. A partir de 1489, su hijo Juan de la Abadía "el Joven" colaboró con él en el taller y ambos llegaron a contratar los retablos de Lastanosa (1490) y San Pedro de Biescas (1493). Gudiol establece la hipótesis de la formación catalana de Juan de la Abadía "el Viejo" y de su colaboración en algunos retablos de Barcelona con Pedro García de Benabarre, con quien el estilo de Juan de la Abadía "el Viejo" muestra puntos de contacto, así como con el de Jaume Huguet. El periodo más conocido de su actividad corresponde a las dos últimas décadas de su vida, de las que se conserva un mayor número de obras documentadas, entre ellas los "Retablos de Sorripas" de El Salvador de Broto, Huesca (Museo de Zaragoza) o el de "Santa Catalina" de la iglesia de la Magdalena de Huesca (muy disperso). De esos últimos años data también el "Retablo de Santo Domingo" de la ermita de Almudévar, Huesca (1490), que sirvió de punto de partida para que Correos designara en 1941 a este pintor como Maestro de Almudévar, pocos años antes de que Ricardo del Arco diera a conocer su identidad en 1945. Desde las primeras obras documentadas en Huesca, como el "Retablo de Santa Quiteria" de la iglesia del castillo de Alquézar, se aprecia el interés de Juan de la Abadía por representar los pliegues angulosos de las telas, mucho más duros en sus obras posteriores, al igual que el modelado más intenso. El pintor muestra las figuras con un carácter algo tosco, aisladas y fuertemente modeladas, con sus rostros realistas dotados de gran expresividad. Sus obras se encuentran en el Museo del Prado.