Null Manolo Hugué (Barcelona, 1872-Caldes de Montbui, Barcelona, 1945)
San Franc…
Descripción

Manolo Hugué (Barcelona, 1872-Caldes de Montbui, Barcelona, 1945) San Francisco de Asís. Escultura en terracota. Firmada. 32 x 15 x 9 cm. Presenta restauración antigua.

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Manolo Hugué (Barcelona, 1872-Caldes de Montbui, Barcelona, 1945) San Francisco de Asís. Escultura en terracota. Firmada. 32 x 15 x 9 cm. Presenta restauración antigua.

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RICARDO OPISSO I SALA (Tarragona, 1880 - Barcelona, 1966). "Día de playa". Lápices de color sobre papel. Firmado en la esquina inferior derecha. Medidas: 26 x 35 cm; 40,5 x 48,5 cm (marco). Opisso fue pintor, dibujante y caricaturista. En su juventud participó en el ambiente modernista de Barcelona, y de hecho en 1894 empezó a trabajar como aprendiz con Antoni Gaudí en las obras de la Sagrada Familia. Dos años más tarde, apoyado por el arquitecto, entró a formar parte del Círculo Artístico de Sant Lluc, con el que más tarde expondría en la Sala Parés. Estuvo vinculado al grupo Els Quatre Gats, junto a Ramón Casas, Manuel Hugué, Isidre Nonell y Pablo Picasso, entre otros. En 1901 realizó un viaje a París, donde ya se encontraban Picasso y Hugué. Trabajó como ilustrador en publicaciones como "Cu-cut!" y "L'Esquella de la Torratxa", firmando dibujos orientados a la sátira política, en un estilo cercano al art nouveau. En 1907 participó en la Exposición de Bellas Artes de Barcelona, y recibió una medalla de tercera clase. Debido a la dictadura de Miguel Primo de Rivera, Opisso abandonó la sátira política y sus dibujos se acercaron a la temática costumbrista, especializándose en escenas populares. Sus obras de esta época se caracterizan por presentar multitudes abigarradas en escenas populares barcelonesas. Tras haber expuesto varias veces seguidas en la Sala Parés, celebró su primera exposición individual en 1935, en las galerías Syra de Barcelona. Durante la posguerra siguió exponiendo en diversas galerías de Barcelona, cosechando un gran éxito de crítica y público. En 1953 recibió el reconocimiento de su ciudad natal en la IV Feria de Arte de Tarragona. Durante sus primeros años, además de con su apellido, Opisso solía firmar sus obras con una "O" de Opisso, que contiene la "R" de su nombre. La mayor parte de su obra se conserva en el Museo Opisso de Barcelona, pero también está presente en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Estrasburgo. En cuanto a exposiciones, destaca la celebrada en el Museo Thyssen-Bornemisza en 2004, bajo el título "Pintura catalana, del naturalismo al novecentismo", en la que se exhibió su obra "Carnaval". Asimismo, el Saló del Tinell (1979), el Palau de la Virreina (1980), el Salón Náutico Internacional de Barcelona (1973), la Fundació La Caixa (1988, 2004, 2008) y la Caixa Tarragona (2003) le han dedicado exposiciones antológicas.

MANOLO HUGUÉ (Barcelona, 1872 - Caldas de Montbui, Barcelona, 1945). "Plaza de Toros". Acuarela sobre papel. Medidas: 17 x 23 cm; 45 x 50 cm (marco). Lo que llamamos inmovilidad no es más que un caso límite de lentitud en el movimiento, un límite ideal que la naturaleza nunca alcanza. Lo escribió el filósofo francés Henri Bergson, y este mismo principio lo materializan estos toreros de Manolo Hugué, cuyas posturas traducen la densa tensión del instante en el ruedo. Manuel Martínez Hugué, Manolo Hugué, se formó en la Escuela de la Lonja de Barcelona. Participante habitual en las tertulias de "Els Quatre Gats", entabló amistad con Picasso, Rusiñol, Mir y Nonell. En 1900 se traslada a París, donde vive diez años. Allí reanuda su relación con Picasso y entabla amistad con otros teóricos de la vanguardia como Apollinaire, Modigliani, Braque y Derain. En la capital francesa trabajó en el diseño de joyas y pequeñas esculturas, influido por la obra de su amigo, el escultor y orfebre Paco Durrio. En 1892 trabajó con Torcuato Tasso en obras decorativas para las celebraciones del centenario del Descubrimiento de América. Entre 1910 y 1917, dedicado por completo a la escultura, trabajó en Ceret, donde reunió a un heterogéneo grupo de artistas entre los que destacaron Juan Gris, Joaquín Sunyer y, de nuevo, Picasso. Durante estos años realizó exposiciones en Barcelona, París y Nueva York. En 1932 fue nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Jorge de Barcelona. En la obra de Hugué, lo esencial es la relación con la naturaleza, teniendo en cuenta la figura humana como elemento integrado en ella. Esta es una característica del clasicismo novecentista, pero en manos de Hugué va más allá de sus limitados orígenes. Suele representar campesinos, aunque también toreros y bailarinas -como puede verse en esta ocasión-, siempre retratados con un nivel de detalle y una apreciación de las texturas que revelan su antigua formación como orfebre. En su producción artística conviven la tradición mediterránea, el clasicismo y el arcaísmo griegos, y el arte del antiguo Egipto y Mesopotamia, con las vanguardias europeas que asimiló y conoció de primera mano, concretamente el fauvismo y el cubismo de Matisse. Se conservan obras de Hugué en el MACBA, el Centro Georges Pompidou de París, el Museo Nacional de Arte de Cataluña y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, entre muchos otros.