Null Escuela flamenca del siglo XVII. A la manera de PETER PAUL RUBENS (Siegen, …
Descripción

Escuela flamenca del siglo XVII. A la manera de PETER PAUL RUBENS (Siegen, Alemania, 1577 - Amberes, Bélgica, 1640). "Adoración de los Reyes". Óleo sobre cobre. Presenta repintes. Medidas: 72 x 55 cm; 92 x 75 cm (marco). La presente obra se inscribe en la escuela flamenca del siglo XVII y se inspira en los modelos barrocos de Pedro Pablo Rubens, mostrando la escena religiosa de la Adoración de los Reyes con multitud de personajes. Esta obra representa el momento en que los tres reyes, acompañados de su séquito, presentan sus regalos al niño Jesús, que, en brazos de su madre, parece jugar con el incienso que le presenta Gaspar, arrodillado ante él. La escena se sitúa en el exterior, con una referencia al pesebre en el lado derecho, transformado en una arquitectura clásica, definida por un arco de medio punto y una columna. Los ropajes de los reyes, con capas bordadas de rico colorido y gran riqueza, al igual que los adornos de piedras preciosas y joyas de Baltasar, muestran el lujo de esta procesión. La escena transcurre casi en penumbra, ya que podemos ver la apertura al paisaje en el último plano. Sin embargo, la luminosidad es clara y el foco surge de la figura del niño Jesús, que irradia la luz que cae sobre el resto de los personajes. La magnificencia de la obra se aprecia en la multitud de personajes. Se trata de una composición llena de movimiento y dinamismo, donde cada uno de los personajes es estudiado individualmente y en su conjunto, mostrando diferentes posturas y planos.

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Escuela flamenca del siglo XVII. A la manera de PETER PAUL RUBENS (Siegen, Alemania, 1577 - Amberes, Bélgica, 1640). "Adoración de los Reyes". Óleo sobre cobre. Presenta repintes. Medidas: 72 x 55 cm; 92 x 75 cm (marco). La presente obra se inscribe en la escuela flamenca del siglo XVII y se inspira en los modelos barrocos de Pedro Pablo Rubens, mostrando la escena religiosa de la Adoración de los Reyes con multitud de personajes. Esta obra representa el momento en que los tres reyes, acompañados de su séquito, presentan sus regalos al niño Jesús, que, en brazos de su madre, parece jugar con el incienso que le presenta Gaspar, arrodillado ante él. La escena se sitúa en el exterior, con una referencia al pesebre en el lado derecho, transformado en una arquitectura clásica, definida por un arco de medio punto y una columna. Los ropajes de los reyes, con capas bordadas de rico colorido y gran riqueza, al igual que los adornos de piedras preciosas y joyas de Baltasar, muestran el lujo de esta procesión. La escena transcurre casi en penumbra, ya que podemos ver la apertura al paisaje en el último plano. Sin embargo, la luminosidad es clara y el foco surge de la figura del niño Jesús, que irradia la luz que cae sobre el resto de los personajes. La magnificencia de la obra se aprecia en la multitud de personajes. Se trata de una composición llena de movimiento y dinamismo, donde cada uno de los personajes es estudiado individualmente y en su conjunto, mostrando diferentes posturas y planos.

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