Null Escuela española; segunda mitad del siglo XVII.

"Santo jesuita".

Óleo sob…
Descripción

Escuela española; segunda mitad del siglo XVII. "Santo jesuita". Óleo sobre lienzo. Reenmarcado. Tamaño: 60 x 42 cm; 66 x 48 cm (marco). La pintura barroca española es uno de los ejemplos más auténticos y personales de nuestro arte, porque su concepción y su forma de expresión surgieron del pueblo y de los sentimientos más profundos que anidaban en él. Con la economía del Estado en ruinas, la nobleza en decadencia y el clero fuertemente sometido a impuestos, fueron los monasterios, parroquias y cofradías de clérigos y seglares quienes impulsaron su desarrollo, financiándose las obras en ocasiones por suscripción popular. La pintura se vio así obligada a expresar los ideales imperantes en estos ambientes, que no eran otros que los religiosos, en un momento en que la doctrina de la Contrarreforma exigía al arte un lenguaje realista para que los fieles pudieran comprender e identificarse con lo representado, y una expresión dotada de un intenso contenido emocional para aumentar el fervor y la devoción del pueblo. La temática religiosa fue, por tanto, el tema principal de la escultura española de este periodo, que en las primeras décadas del siglo se basó en un interés prioritario por la captación del mundo natural, intensificándose paulatinamente a lo largo de la centuria en la representación de valores expresivos.

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Escuela española; segunda mitad del siglo XVII. "Santo jesuita". Óleo sobre lienzo. Reenmarcado. Tamaño: 60 x 42 cm; 66 x 48 cm (marco). La pintura barroca española es uno de los ejemplos más auténticos y personales de nuestro arte, porque su concepción y su forma de expresión surgieron del pueblo y de los sentimientos más profundos que anidaban en él. Con la economía del Estado en ruinas, la nobleza en decadencia y el clero fuertemente sometido a impuestos, fueron los monasterios, parroquias y cofradías de clérigos y seglares quienes impulsaron su desarrollo, financiándose las obras en ocasiones por suscripción popular. La pintura se vio así obligada a expresar los ideales imperantes en estos ambientes, que no eran otros que los religiosos, en un momento en que la doctrina de la Contrarreforma exigía al arte un lenguaje realista para que los fieles pudieran comprender e identificarse con lo representado, y una expresión dotada de un intenso contenido emocional para aumentar el fervor y la devoción del pueblo. La temática religiosa fue, por tanto, el tema principal de la escultura española de este periodo, que en las primeras décadas del siglo se basó en un interés prioritario por la captación del mundo natural, intensificándose paulatinamente a lo largo de la centuria en la representación de valores expresivos.

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