Null Atribuido a EDGAR BRANDT (París, 1880-Collonge-Bellerive, Suiza, 1960). Fra…
Descripción

Atribuido a EDGAR BRANDT (París, 1880-Collonge-Bellerive, Suiza, 1960). Francia, hacia 1925. Cenicero en forma de gruya real. Hierro forjado. Base de mármol de Siena. Medidas: 100 x 35 x 14,5 cm. Cenicero de recibidor de hierro forjado martillado decorado con un pájaro estilizado de largas patas sobre base de mármol amarillo. Forjador francés, Edgar Brandt fue uno de los artesanos del hierro más importantes del periodo Art Déco francés, dando el salto internacional y extendiendo su fama por todo el mundo. Realizó enrejados y lámparas para numerosas casas particulares y hoteles; también recibió encargos públicos, como el monumento a la Primera Guerra Mundial. Brandt exponía en los Salones anuales, donde presentaba una gran variedad de objetos metálicos no arquitectónicos, como rejas, cubreradiadores, lámparas o consolas. La Exposición de 1925 brindó a Brandt numerosas oportunidades para mostrar su obra, empezando por la imponente entrada a la Exposición, la Puerta de Honor. Siempre tuvo una gran facilidad para combinar materiales: generalmente hierro forjado y bronce, pero también cobre dorado y, más tarde, acero, aluminio o la aleación "Studal" de la que era seguidor Raymond Subes.

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Atribuido a EDGAR BRANDT (París, 1880-Collonge-Bellerive, Suiza, 1960). Francia, hacia 1925. Cenicero en forma de gruya real. Hierro forjado. Base de mármol de Siena. Medidas: 100 x 35 x 14,5 cm. Cenicero de recibidor de hierro forjado martillado decorado con un pájaro estilizado de largas patas sobre base de mármol amarillo. Forjador francés, Edgar Brandt fue uno de los artesanos del hierro más importantes del periodo Art Déco francés, dando el salto internacional y extendiendo su fama por todo el mundo. Realizó enrejados y lámparas para numerosas casas particulares y hoteles; también recibió encargos públicos, como el monumento a la Primera Guerra Mundial. Brandt exponía en los Salones anuales, donde presentaba una gran variedad de objetos metálicos no arquitectónicos, como rejas, cubreradiadores, lámparas o consolas. La Exposición de 1925 brindó a Brandt numerosas oportunidades para mostrar su obra, empezando por la imponente entrada a la Exposición, la Puerta de Honor. Siempre tuvo una gran facilidad para combinar materiales: generalmente hierro forjado y bronce, pero también cobre dorado y, más tarde, acero, aluminio o la aleación "Studal" de la que era seguidor Raymond Subes.

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