ISIDRE ODENA DAURA (1910-2008) "PONT DE SANT PERE", Tarrasa.
Oil on canvas.
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Descripción

ISIDRE ODENA DAURA (1910-2008) "PONT DE SANT PERE", Tarrasa. Oil on canvas. Signed and titled on the back, where a restoration of the canvas can be seen. 70 x 93 cm; 81 x 104.5 cm (frame).

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ISIDRE ODENA DAURA (1910-2008) "PONT DE SANT PERE", Tarrasa. Oil on canvas. Signed and titled on the back, where a restoration of the canvas can be seen. 70 x 93 cm; 81 x 104.5 cm (frame).

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RICARDO OPISSO I SALA (Tarragona, 1880 - Barcelona, 1966). "Día de playa". Lápices de color sobre papel. Firmado en la esquina inferior derecha. Medidas: 26 x 35 cm; 40,5 x 48,5 cm (marco). Opisso fue pintor, dibujante y caricaturista. En su juventud participó en el ambiente modernista de Barcelona, y de hecho en 1894 empezó a trabajar como aprendiz con Antoni Gaudí en las obras de la Sagrada Familia. Dos años más tarde, apoyado por el arquitecto, entró a formar parte del Círculo Artístico de Sant Lluc, con el que más tarde expondría en la Sala Parés. Estuvo vinculado al grupo Els Quatre Gats, junto a Ramón Casas, Manuel Hugué, Isidre Nonell y Pablo Picasso, entre otros. En 1901 realizó un viaje a París, donde ya se encontraban Picasso y Hugué. Trabajó como ilustrador en publicaciones como "Cu-cut!" y "L'Esquella de la Torratxa", firmando dibujos orientados a la sátira política, en un estilo cercano al art nouveau. En 1907 participó en la Exposición de Bellas Artes de Barcelona, y recibió una medalla de tercera clase. Debido a la dictadura de Miguel Primo de Rivera, Opisso abandonó la sátira política y sus dibujos se acercaron a la temática costumbrista, especializándose en escenas populares. Sus obras de esta época se caracterizan por presentar multitudes abigarradas en escenas populares barcelonesas. Tras haber expuesto varias veces seguidas en la Sala Parés, celebró su primera exposición individual en 1935, en las galerías Syra de Barcelona. Durante la posguerra siguió exponiendo en diversas galerías de Barcelona, cosechando un gran éxito de crítica y público. En 1953 recibió el reconocimiento de su ciudad natal en la IV Feria de Arte de Tarragona. Durante sus primeros años, además de con su apellido, Opisso solía firmar sus obras con una "O" de Opisso, que contiene la "R" de su nombre. La mayor parte de su obra se conserva en el Museo Opisso de Barcelona, pero también está presente en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Estrasburgo. En cuanto a exposiciones, destaca la celebrada en el Museo Thyssen-Bornemisza en 2004, bajo el título "Pintura catalana, del naturalismo al novecentismo", en la que se exhibió su obra "Carnaval". Asimismo, el Saló del Tinell (1979), el Palau de la Virreina (1980), el Salón Náutico Internacional de Barcelona (1973), la Fundació La Caixa (1988, 2004, 2008) y la Caixa Tarragona (2003) le han dedicado exposiciones antológicas.

RICARDO OPISSO I SALA (Tarragona, 1880 - Barcelona, 1966). "Toulouse-Lautrec en el café". Lápiz sobre papel. Firmado en la esquina inferior derecha. El papel presenta restos de antiguas pegatinas. Tamaño: 15 x 11 cm; 30 x 27 cm (marco). Opisso fue pintor, dibujante y caricaturista. En su juventud participó en el ambiente modernista de Barcelona, y de hecho en 1894 empezó a trabajar como aprendiz con Antoni Gaudí en las obras de la Sagrada Familia. Dos años más tarde, apoyado por el arquitecto, entró a formar parte del Círculo Artístico de Sant Lluc, con el que más tarde expondría en la Sala Parés. Estuvo vinculado al grupo Els Quatre Gats, junto a Ramon Casas, Manuel Hugué, Isidre Nonell y Pablo Picasso, entre otros. A finales del siglo XIX y principios del XX realizó un viaje a París, donde ya se encontraban Picasso y Hugué. A lo largo de su carrera Opisso trabajó como ilustrador en publicaciones como "Cu-cut!" y "L'Esquella de la Torratxa", firmando dibujos orientados a la sátira política, en un estilo cercano al Art Nouveau. En 1907 participó en la Exposición de Bellas Artes de Barcelona y obtuvo una medalla de tercera clase. Debido a la dictadura de Miguel Primo de Rivera, Opisso abandonó la sátira política y sus dibujos se orientaron hacia temas de género, especializándose en escenas populares. Sus obras de esta época se caracterizan por la presentación de abigarradas multitudes en ambientes populares barceloneses. Tras exponer varias veces seguidas en la Sala Parés, en 1935 celebró su primera exposición individual en las galerías Syra de Barcelona. Durante la posguerra continuó exponiendo en diversas galerías de Barcelona y cosechó un considerable éxito de crítica y público. En 1953 recibió el reconocimiento de su ciudad natal en la IV Feria de Arte de Tarragona. La mayor parte de su obra se conserva en el Museo Opisso de Barcelona, pero también está presente en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Estrasburgo. En cuanto a exposiciones, destaca la celebrada en el Museo Thyssen-Bornemisza en 2004 bajo el título "Pintura catalana, del naturalismo al novecentismo", en la que se expuso su obra "Carnaval".

ANTONIO CARNICERO (Salamanca, 1748 - Madrid, 1814). "Retrato femenino" y "Retrato masculino". Lápiz carbón y carboncillo sobre papel. El retrato femenino lleva una numeración roja correspondiente al Servicio de Recuperación Artística. Medidas: 42,5 x 33 cm; 59 x 51,5 cm (marco). Antonio Carnicero alcanzó gran fama como retratista, llegando a inmortalizar a monarcas como Fernando VII. En esta ocasión nos ofrece un retrato masculino y otro femenino que comparten rasgos comunes: sus miradas serenas, fijas en el espectador, sin más símbolos de su rango que la dignidad de sus rostros y la riqueza de sus ropajes, que siguen la moda española imperante en la Europa de la época. Pintor y grabador, hijo del escultor barroco Alejandro Carnicero, fue también un excelente miniaturista. Ingresó en la Academia de San Fernando de Madrid a los diez años, y acompañó a su hermano Isidro a Roma. Permaneció en la capital italiana durante seis años, perfeccionando su arte y participando en diversos concursos artísticos, siendo premiado en varios de ellos. A su regreso a España completa su formación en la Academia de Madrid. Durante estos años inició su colaboración con José del Castillo, con quien trabajó a partir de 1775 en cartones para tapices de la Real Fábrica, destinados a decorar las habitaciones de la Princesa de Asturias en el palacio de El Pardo. Como dibujante ilustró las ediciones del "Quijote" publicadas por la Real Academia Española en 1780 y 1782. En 1790 realiza dibujos preparatorios para grabados, entre los que destaca su serie titulada "Tauromaquia". En 1796 y tras anteriores intentos fallidos, es nombrado Pintor de Cámara de Carlos IV. Entre esa fecha y 1799 realizó las ilustraciones del libro "El Real Picadero", encargado por Manuel Godoy, que no pudo terminar. También colaboró con la "Colección de trajes", una serie sobre los tipos populares en España, realizando entre 1778 y 1784 siete ilustraciones con personajes típicos de las Islas Baleares. Sus escenas de bailes y paseos, o los vuelos de los globos Montgolfier, se adscriben al estilo rococó. Sin embargo, en sus retratos se aprecia un mayor clasicismo, como se aprecia en su "Retrato de Carlos IV con armadura" y en el "Retrato de Manuel Godoy". Entre la variedad de estilos y géneros tratados por el artista se encuentra una obra de carácter excepcional, "La Alegoría de la Vigilancia", de tema moral, pintada con tintes dramáticos de luces y sombras que anticipan la estética romántica de lo sublime. En la década de 1780 Carnicero trabajó en una serie de óleos con vistas de caminos y puertos, encargados originalmente por Carlos III a Mariano Ramón Sánchez, que reflejan el sofisticado interés cultural e ilustrado de la época por el patrimonio histórico, arqueológico y geográfico del país. Durante estos años el pintor fue enviado a Aranjuez como profesor de dibujo del príncipe Fernando. En relación con esto cumplió un mes de prisión en 1806, tras los incidentes del llamado "proceso del Príncipe". Sin embargo, tras su encarcelamiento aceptó permanecer en su puesto de Pintor del Rey. La usurpación de José I Bonaparte supuso su caída en desgracia, pero tras la restauración del gobierno de Fernando VII fue restituido en su puesto. Carnicero está representado en el Museo del Prado, el Museo Municipal de Madrid, la Academia de San Fernando, el Lázaro Galdiano de Madrid y el Museo de Bellas Artes de Bilbao, entre otros.