Null Seis grabados sobre el tema de la caza
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Seis grabados sobre el tema de la caza

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Seis grabados sobre el tema de la caza

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ANTONIO CARNICERO (Salamanca, 1748 - Madrid, 1814). "Retrato femenino" y "Retrato masculino". Lápiz carbón y carboncillo sobre papel. El retrato femenino lleva una numeración roja correspondiente al Servicio de Recuperación Artística. Medidas: 42,5 x 33 cm; 59 x 51,5 cm (marco). Antonio Carnicero alcanzó gran fama como retratista, llegando a inmortalizar a monarcas como Fernando VII. En esta ocasión nos ofrece un retrato masculino y otro femenino que comparten rasgos comunes: sus miradas serenas, fijas en el espectador, sin más símbolos de su rango que la dignidad de sus rostros y la riqueza de sus ropajes, que siguen la moda española imperante en la Europa de la época. Pintor y grabador, hijo del escultor barroco Alejandro Carnicero, fue también un excelente miniaturista. Ingresó en la Academia de San Fernando de Madrid a los diez años, y acompañó a su hermano Isidro a Roma. Permaneció en la capital italiana durante seis años, perfeccionando su arte y participando en diversos concursos artísticos, siendo premiado en varios de ellos. A su regreso a España completa su formación en la Academia de Madrid. Durante estos años inició su colaboración con José del Castillo, con quien trabajó a partir de 1775 en cartones para tapices de la Real Fábrica, destinados a decorar las habitaciones de la Princesa de Asturias en el palacio de El Pardo. Como dibujante ilustró las ediciones del "Quijote" publicadas por la Real Academia Española en 1780 y 1782. En 1790 realiza dibujos preparatorios para grabados, entre los que destaca su serie titulada "Tauromaquia". En 1796 y tras anteriores intentos fallidos, es nombrado Pintor de Cámara de Carlos IV. Entre esa fecha y 1799 realizó las ilustraciones del libro "El Real Picadero", encargado por Manuel Godoy, que no pudo terminar. También colaboró con la "Colección de trajes", una serie sobre los tipos populares en España, realizando entre 1778 y 1784 siete ilustraciones con personajes típicos de las Islas Baleares. Sus escenas de bailes y paseos, o los vuelos de los globos Montgolfier, se adscriben al estilo rococó. Sin embargo, en sus retratos se aprecia un mayor clasicismo, como se aprecia en su "Retrato de Carlos IV con armadura" y en el "Retrato de Manuel Godoy". Entre la variedad de estilos y géneros tratados por el artista se encuentra una obra de carácter excepcional, "La Alegoría de la Vigilancia", de tema moral, pintada con tintes dramáticos de luces y sombras que anticipan la estética romántica de lo sublime. En la década de 1780 Carnicero trabajó en una serie de óleos con vistas de caminos y puertos, encargados originalmente por Carlos III a Mariano Ramón Sánchez, que reflejan el sofisticado interés cultural e ilustrado de la época por el patrimonio histórico, arqueológico y geográfico del país. Durante estos años el pintor fue enviado a Aranjuez como profesor de dibujo del príncipe Fernando. En relación con esto cumplió un mes de prisión en 1806, tras los incidentes del llamado "proceso del Príncipe". Sin embargo, tras su encarcelamiento aceptó permanecer en su puesto de Pintor del Rey. La usurpación de José I Bonaparte supuso su caída en desgracia, pero tras la restauración del gobierno de Fernando VII fue restituido en su puesto. Carnicero está representado en el Museo del Prado, el Museo Municipal de Madrid, la Academia de San Fernando, el Lázaro Galdiano de Madrid y el Museo de Bellas Artes de Bilbao, entre otros.