Angelo Inganni (Brescia 1807-Gussago 1880) - Vista de la Piazza dei Mercanti o E…
Descripción

Angelo Inganni (Brescia 1807-Gussago 1880) - Vista de la Piazza dei Mercanti o El pasaje de la Piazza dei Mercanti a la Pescheria Vecchia H cm 46,5x36 - en bastidor H cm 57x45 Óleo sobre lienzo Firmado y fechado abajo a la derecha Peritaje del profesor Claudio Strinati: "La finísima pintura está firmada por Angelo Inganni y es una obra típica de su época tardía, es decir, ejecutada durante la octava década del siglo XIX, cuando el maestro, tras varios interesantes acontecimientos entre Milán y Viena, se dedicó con gran empeño y fervor a la representación de la vida cotidiana en la ciudad, con un acertado sentido de la perspectiva y una magnífica aptitud para la pintura narrativa llena de figurines siempre fuertemente caracterizados, salpicando sus cuadros de anécdotas y episodios de todo tipo que retratan lo mejor posible el tumulto de una vida viva y bulliciosa. Desde su juventud, a decir verdad, Inganni había seguido este tipo de planteamiento, pero con el tiempo su estilo se hizo más minucioso y delicado, y nuestro cuadro, aquí examinado, refleja plenamente este cambio estilístico extremo. La influencia, que había sido decisiva en su primera etapa, de los grandes "pintores de ciudad" de la generación que le precedió, como el piamontés Giovanni Migliara o el veneciano Giuseppe Canella, aún puede sentirse muy vivamente en esta obra. De estos artistas Inganni tomó, precisamente, ese gusto por la narrativa urbana que caracterizó tantos momentos memorables de la pintura europea de la primera mitad del siglo XIX. Pero, en comparación con sus predecesores, Inganni tiene más derecho que nunca a ser considerado (como demuestra suficientemente nuestro cuadro) el pintor por excelencia del popolo minuto y de la pequeña burguesía. En nuestro cuadro, los unos se codean con los otros con naturalidad y sencilla espontaneidad, pero al mismo tiempo el ojo del artista se involucra amablemente en las alegrías y sufrimientos de la vida cotidiana. Todo ello se enmarca en una estructura de perspectiva muy precisa en la que la mirada barre hacia horizontes lejanos que se ciernen sobre la maraña cerrada de callejuelas y plazoletas. La zona de Milán representada en el cuadro que aquí se examina es aquella en la que el pintor ejerció su oficio durante décadas, los alrededores de la iglesia de San Marcos, que sigue existiendo aunque haya sido profundamente transformada por el urbanismo moderno. Un bello testimonio de un pintor verdaderamente insigne con una obra, además, perfectamente conservada".

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Angelo Inganni (Brescia 1807-Gussago 1880) - Vista de la Piazza dei Mercanti o El pasaje de la Piazza dei Mercanti a la Pescheria Vecchia H cm 46,5x36 - en bastidor H cm 57x45 Óleo sobre lienzo Firmado y fechado abajo a la derecha Peritaje del profesor Claudio Strinati: "La finísima pintura está firmada por Angelo Inganni y es una obra típica de su época tardía, es decir, ejecutada durante la octava década del siglo XIX, cuando el maestro, tras varios interesantes acontecimientos entre Milán y Viena, se dedicó con gran empeño y fervor a la representación de la vida cotidiana en la ciudad, con un acertado sentido de la perspectiva y una magnífica aptitud para la pintura narrativa llena de figurines siempre fuertemente caracterizados, salpicando sus cuadros de anécdotas y episodios de todo tipo que retratan lo mejor posible el tumulto de una vida viva y bulliciosa. Desde su juventud, a decir verdad, Inganni había seguido este tipo de planteamiento, pero con el tiempo su estilo se hizo más minucioso y delicado, y nuestro cuadro, aquí examinado, refleja plenamente este cambio estilístico extremo. La influencia, que había sido decisiva en su primera etapa, de los grandes "pintores de ciudad" de la generación que le precedió, como el piamontés Giovanni Migliara o el veneciano Giuseppe Canella, aún puede sentirse muy vivamente en esta obra. De estos artistas Inganni tomó, precisamente, ese gusto por la narrativa urbana que caracterizó tantos momentos memorables de la pintura europea de la primera mitad del siglo XIX. Pero, en comparación con sus predecesores, Inganni tiene más derecho que nunca a ser considerado (como demuestra suficientemente nuestro cuadro) el pintor por excelencia del popolo minuto y de la pequeña burguesía. En nuestro cuadro, los unos se codean con los otros con naturalidad y sencilla espontaneidad, pero al mismo tiempo el ojo del artista se involucra amablemente en las alegrías y sufrimientos de la vida cotidiana. Todo ello se enmarca en una estructura de perspectiva muy precisa en la que la mirada barre hacia horizontes lejanos que se ciernen sobre la maraña cerrada de callejuelas y plazoletas. La zona de Milán representada en el cuadro que aquí se examina es aquella en la que el pintor ejerció su oficio durante décadas, los alrededores de la iglesia de San Marcos, que sigue existiendo aunque haya sido profundamente transformada por el urbanismo moderno. Un bello testimonio de un pintor verdaderamente insigne con una obra, además, perfectamente conservada".

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