ROUSSELIN (Alexandre). Vida de Lazare Hoche, general de los ejércitos de la Repú…
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ROUSSELIN (Alexandre). Vida de Lazare Hoche, general de los ejércitos de la República. París, Desene, Théophile Barrois, An VI. 2 volúmenes en 8, media lomera leonado moteado, lomo liso decorado, título rojo y tomaison verde, bordes moteados (encuadernación de época). Primera edición, decorada con un retrato grabado del general Hoche. Daños en las cabezadas y lomo partido, por lo demás un ejemplar agradable.

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ROUSSELIN (Alexandre). Vida de Lazare Hoche, general de los ejércitos de la República. París, Desene, Théophile Barrois, An VI. 2 volúmenes en 8, media lomera leonado moteado, lomo liso decorado, título rojo y tomaison verde, bordes moteados (encuadernación de época). Primera edición, decorada con un retrato grabado del general Hoche. Daños en las cabezadas y lomo partido, por lo demás un ejemplar agradable.

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Escuela napolitana; hacia 1700. "La Resurrección de Lázaro". Óleo sobre lienzo. Repintado. Presenta faltas y repintes. Medidas: 100 x 156 cm; 110 x 165 cm (marco). Hay en esta imagen un efecto dramático generado por la iluminación de herencia tenebrista y por la composición que el artista ha utilizado para narrar el tema de la resurrección de Lázaro. Basándose en una estructura clásica a modo de friso, el artista recorta el formato, centrándose únicamente en los bustos de las figuras y eliminando cualquier elemento anecdótico o profundidad innecesaria que pudiera distraer al espectador del tema. Es cierto que la figura de Cristo destaca por las tonalidades con las que ha sido retratado, pero el protagonista indiscutible de esta obra es Lázaro y su exasperante cuerpo, marcado por una musculatura que deja al descubierto su estructura ósea, revelando cómo la carne es consumida por la muerte. El autor lleva al extremo la anatomía de esta figura religiosa, heredera de la forma de la pintura barroca napolitana. El tema de la resurrección de Lázaro puede identificarse iconográficamente en esta obra. En la Biblia, según Juan 11: 1-44, Jesús recibe el mensaje de que Lázaro está enfermo y sus dos hermanas buscan su ayuda. Jesús dice a sus seguidores: "Esta enfermedad no acabará en muerte. Jesús retrasa su partida dos días. Los discípulos tienen miedo de volver a Judea, pero Jesús dice: "Nuestro amigo Lázaro duerme, pero voy a despertarle". Como los apóstoles no entienden, les aclara: "Lázaro está muerto y, por vuestro bien, me alegro de no haber estado allí para que podáis creer". Cuando llegan a Betania, Lázaro lleva cuatro días muerto y enterrado. Antes de que entren en el pueblo, Marta, la hermana de Lázaro, se encuentra con Jesús y le dice: "Si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto". Jesús asegura a Marta que su hermano resucitará y le dice: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Creéis en esto?" Afirmación de Marta de que realmente cree: "Sí, Señor. Creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que ha de venir al mundo", es sólo la segunda vez (después de Natanael) que alguien declara que Jesús es el Hijo de Dios y la primera vez que alguien lo compara como 'Mesías' e 'Hijo de Dios' juntos. La única otra vez que esto ocurre en todo el Evangelio es en la explicación que el autor del Evangelio da al final para escribir su Evangelio. Al entrar en la aldea, Jesús se encuentra con María y la gente que ha venido a consolarla. Al ver su dolor y su llanto, Jesús se conmueve profundamente. Después de preguntarle dónde estaba enterrado, se encuentra el versículo más corto de los cuatro Evangelios y la escritura dice: Jesús lloró. Después, Jesús pide que se quite la piedra del sepulcro, pero Marta insiste en que habrá olor. A lo que Jesús responde: "¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?". Entonces Jesús levanta la mirada y dice: "Padre, te doy las gracias por haberme escuchado. Sabía que siempre me escuchas, pero he dicho esto por la gente que está aquí, para que crean que tú me has enviado". Dicho esto, Jesús gritó en alta voz: "¡Lázaro, sal!". Entonces salió Lázaro, con las manos y los pies envueltos en tiras de lino y un paño alrededor de la cara. Jesús les dijo: "Quitaos las vendas y dejadle ir. " Lázaro vuelve a ser mencionado en el capítulo 12 del Evangelio de Juan. Seis días antes de la Pascua en la que Jesús es crucificado, Jesús regresa a Betania y Lázaro asiste a una cena en la que participa Marta, su hermana.