Un buffet de bisutería y objetos diversos de metales comunes, desde el monedero de fragancia metálica hasta los múltiples cambios de cadena, desde la petaca cuya embriaguez es lo único que importa hasta el estuche de agujas libres para perseguir el ojo, desde la lupa monóculo hasta el signo de la vida, desde la pulsera teatral hasta el ciclo de tres vías de los sueños de un hidalgo, desde los broches benévolos hasta los alfileres urticantes, de la obra del hueso cuya virginidad descubrimos, a los pendientes suavizados, a las pulseras rígidas, al gato de espaldas que gira ante el altar de los gemelos, a veces en pareja, a veces huérfanos, y de los botones dispares a la mariposa de ayer, cruces y medallas nos recuerdan que nacimos para vivir y que debemos recordarlo, del eslabón débil a la herradura, o la equidad, del caballo al humano. Eche un vistazo a la foto adjunta para más información.