Null QUAGLINO MASSIMO
Refrancore (AT) 1899 - 1982 Turín
"Hombre sentado" 1928
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Descripción

QUAGLINO MASSIMO Refrancore (AT) 1899 - 1982 Turín "Hombre sentado" 1928 36,5x24, carboncillo sobre papel Obra firmada y fechada abajo a la izquierda

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QUAGLINO MASSIMO Refrancore (AT) 1899 - 1982 Turín "Hombre sentado" 1928 36,5x24, carboncillo sobre papel Obra firmada y fechada abajo a la izquierda

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Copas de vino Apple 'One Billion Sales' (1982) Impresionante juego completo de cuatro copas de vino de tallo largo (copas) grabadas con el icónico logotipo de Apple Computer, cada una de 9,75″ de altura, que se regalaron a los empleados de Apple en diciembre de 1982 cuando la empresa celebró haber superado los mil millones de dólares en ventas. Incluye su raro estuche de presentación original con embalaje interior de espuma de poliestireno; en el anverso de la caja se lee: "Por un logro de mil millones de dólares, diciembre de 1982", y en el reverso figura una declaración impresa del consejero delegado de Apple, Mike 'A. C.' Markkula, que dice: "A todos los empleados: Las copas de vino adjuntas han sido diseñadas especialmente para los empleados de Apple Computer con el fin de conmemorar que nuestra empresa ha alcanzado la cifra de ventas de UN BILLÓN DE DÓLARES. Rastal Corporation es, con diferencia, el nombre más destacado del cristal alemán y una de las casas artesanas más distinguidas de toda Europa. El estudio de diseño está bajo la dirección del mundialmente conocido diseñador Hermann Hoffmann, galardonado con treinta y cinco premios internacionales de diseño en los últimos cinco años. Cada copa de vino de cristal emplomado ha sido soplada individualmente en una sola pieza y es un ejemplo de la mejor artesanía. Ligeras imperfecciones, como pequeñas burbujas y diferentes grosores del tallo, son testimonio de la calidad individual de cada pieza hecha a mano. La calidad de este regalo está en consonancia con nuestra filosofía de excelencia en todo lo que hacemos. Espero que estas copas de vino le proporcionen muchos años de disfrute. Gracias por seguir contribuyendo al éxito de Apple". En buen estado en general, con un notable desgaste en el estuche, que incluye rozaduras y pequeñas abolladuras y rasgaduras.

GODOFREDO ORTEGA MUÑOZ (San Vicente de Alcántara, Badajoz, 1899 - Madrid, 1982). "Paisaje del Lago Mayor", ca.1920. Óleo sobre cartón. Procedencia: -Colección privada, Massimo Uccelli, Italia. Heredado de sus abuelos, a su vez, lo recibió del pintor mientras vivía en su casa de Via Antonio Rosmini, en Stresa, cerca del lago Mayor (Italia). -Colección privada, Turín. Con certificado de la Fundación Ortega Muñoz. Con permiso de exportación de Italia y España. Medidas: 34 x 43 cm. Ortega Muñoz inmortaliza en este cuadro una amplia panorámica del idílico paisaje montañoso del lago Maggiore, perfilado al fondo por las motañas azuladas de las cumbres nevadas. Ortega vivió en esta zona del norte de Italia, próxima a la frontera suiza, por lo que la retrató en numerosas ocasiones, mostrando un gran manejo de las tonalidades y luces de esta gélida región. Ortega, heredero de la escuela de Vallecas, priorizó a menudo este tipo de paisajes descarnados, realistas pero alejados de lo académico, un espacio solitario con el que buscaba despertar las emociones del espectador. Ortega Muñoz fue uno de los grandes creadores del paisaje español contemporáneo. Se inició en el arte siendo aún un niño, de forma autodidacta, y a pesar de los consejos de su padre, en 1919, con veinte años, decide trasladarse a Madrid para dedicarse a la pintura. Allí se dedicará desde el primer momento a realizar copias de los grandes maestros en el Museo del Prado y en el antiguo Museo de Arte Moderno. Continúa su formación autodidacta y comienza a pintar al aire libre en los alrededores de la Dehesa de la Villa, acompañado de otros jóvenes artistas como el filipino Fernando Amorsolo. Un año más tarde decidió trasladarse a París, donde conoció a su amigo de toda la vida, el poeta Gil Bel. En París también conoció la obra de Van Gogh, Gauguin y Cézanne, pero al mismo tiempo experimentó la crisis formal e ideológica que se estaba gestando en este periodo de entreguerras, lo que le llevaría a abandonar Francia para viajar al sur, a Italia, donde encontraría en los maestros del pasado valores más auténticos de espiritualidad, sencillez y pureza. Ortega Muñoz recorrerá Italia de norte a sur entre 1921 y 1922, y en Lago Maggiore conoce al pintor inglés Edward Rowley Smart, con quien pasará un breve periodo de aprendizaje. Con él Ortega Muñoz llega a la conclusión de que, frente a la aparente sinrazón del arte contemporáneo, es necesario volver a la naturaleza y retornar a son la autenticidad de las verdades espirituales y de las emociones sencillas. En 1926 regresa a España, donde protagoniza una de las excursiones fundacionales de la Escuela de Vallecas. Poco después, en 1927, realiza su primera exposición en el Círculo Mercantil de Zaragoza. Vuelve a salir de España, y esta vez viaja por Centroeuropa, pasando por Zurich, Bruselas y varias ciudades alemanas. En 1928, en Worpswede, entra en contacto con una colonia de artistas de lenguaje expresionista, interesados por el paisaje y la vida campesina, como reacción contra los sofisticados artificios y refinamientos de las vanguardias. Notablemente influido por su experiencia en Worpswede, Ortega Muñoz regresa a Francia en 1928, y entre 1930 y 1933 continúa viajando entre Centroeuropa y el norte de Italia; finalmente llega a El Cairo en 1933, fecha en la que sus habilidades como retratista le han proporcionado un cómodo tren de vida e importantes contactos. Expone en Alejandría con un enorme éxito, lo que le llevará a repetir la experiencia un año después, presentando una exposición casi antológica en la que ya se aprecia su amor por la naturaleza, el equilibrio entre color y humor, y la atmósfera de quietud y tristeza característica de su lenguaje. En 1935 regresa a España y al año siguiente presenta una exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Sin embargo, la Guerra Civil le obliga a abandonar España; tras la contienda regresa a su ciudad natal, reencontrándose por fin con la extensión silenciosa y solitaria de su paisaje y con la realidad cercana de ese mundo que siente como auténticamente suyo.