Null Wals Gottfried 1595 Colonia-1638 Calabria
Paisaje con pastores y rebaños ll…
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Wals Gottfried 1595 Colonia-1638 Calabria Paisaje con pastores y rebaños lleva etiquetas de inventario antiguas y números de inventario de pincel en el reverso An 34,5 - Al 35 cm óleo sobre lienzo

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Wals Gottfried 1595 Colonia-1638 Calabria Paisaje con pastores y rebaños lleva etiquetas de inventario antiguas y números de inventario de pincel en el reverso An 34,5 - Al 35 cm óleo sobre lienzo

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Mordejai Levanon (1901-1968) - Safed, Óleo sobre lienzo. Mordejai Levanon (1901-1968) - Safed, Óleo sobre lienzo. Firmado. 68x46cm. Nació con el nombre de Mordechai Veis en un pueblo cercano a la ciudad de Najvard, en Transilvania, Imperio Austrohúngaro (actual Oradea, en Rumanía). Comenzó a estudiar pintura en Rumanía con su hermano mayor, que también era pintor. En 1921 emigró a la Tierra de Israel y se alistó en la Histadrut. Estudió durante unos meses en Bezalel. Hasta 1925 trabajó como obrero agrícola en la Brigada del Trabajo en las colonias de Galilea, y más tarde como obrero de la construcción. De 1925 a 1927 estudió pintura con el pintor Yitzhak Frankel (Fernel), y vivió en el barrio Mahloll de Tel Aviv. Después dejó todo trabajo y se dedicó a la pintura. Como hijo de un rabino de un pueblo de Transilvania, conocía Tierra Santa por los relatos de la Biblia, y cuando llegó a Israel, su percepción espiritual del lugar se fundió con los paisajes físicos. En 1929 formó parte del grupo Messad y participó en exposiciones de artistas de Palestina. En 1938 se instaló en Jerusalén. En 1963 abrió un estudio en Safed y desde entonces dividió su tiempo entre éste y Jerusalén. Presentó exposiciones individuales y participó en exposiciones colectivas en Israel y en el extranjero. Ganador del Premio Dizengoff en 1940 y 1961. Estaba casado con Rachel nee Goldfinger y tenía dos hijos y una hija. Falleció en Jerusalén en 1968 tras una larga enfermedad.

Escuela alemana del siglo XVII. "El pastor". Óleo sobre lienzo. Revestido. Presenta alguna falta en el marco. Necesita restauración. Medidas: 193 x 140 cm; 204 x 152 cm (marco). Bajo un cielo que anuncia tormenta, un pastor apoyado en el tocón de un árbol señala hacia su izquierda para indicar al rebaño de cabras que es hora de volver al establo. Vemos su mano derecha, en la que sostiene una flauta, surcada de finas venas. El naturalismo y la calidad del cuadro se expresan en este tipo de detalles y, sobre todo, en el semblante bonachón del personaje. Sus ojos son pequeños, brillantes y profundos. Su piel enrojecida y curtida brilla bajo la luz plateada del pesado cielo. Lleva pantalones bombachos y una chaqueta de cuero curtido atada con un cordón por los ojales. El pelaje lanoso de los animales también está resuelto con preciso verismo. Sentimos la agitación de las hojas oscuras de los árboles, como si presagiaran la lluvia. El auge de la pintura pastoril durante el siglo XVII en Alemania pudo estar motivado por la necesidad de evadirse de la debacle social y política de la época. Fue un periodo de conflictos y cambios repentinos, con la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) afectando profundamente a los alemanes. La pintura pastoral ofrecía una visión idealizada y escapista de la vida, en contraste con la realidad de la guerra y la devastación. Sin embargo, en esta magnífica escena con pastor, el rostro preocupado y el día electrizado por la incipiente tormenta no transmiten una imagen apacible sino que, por el contrario, nos parece una especie de trasunto del difícil momento histórico. Por otra parte, en el paisajismo germánico de la época se aprecia la influencia de los paisajistas holandeses.

Escuela española o novohispana; segunda mitad del siglo XVIII. "San Antonio de Padua y San Cristóbal". Óleo sobre lienzo. Revestido. Tiene un marco del siglo XIX, c. 1860. Medidas: 66 x 59 cm; 83 x 73 cm (marco). Durante el barroco y de forma más consolidada en épocas posteriores, se popularizaron escenas en las que varios santos protagonizaban imágenes conjuntas con una finalidad didáctica, ya que representaban conceptos análogos. En este caso concreto se trata de la representación de San Antonio de Padua sosteniendo a Jesús en sus manos y junto a él reconocemos la leyenda de San Cristóbal, aquel gigante que cargó sobre sus hombros a un niño que no conocía, sólo por bondad, para ayudarle a cruzar un río. Ese niño resultó ser Cristo, lo que le convirtió en el patrón de los viajeros. Las dos figuras monumentales y colocadas cubren toda la escena que se desarrolla en un paisaje abierto, en cuya lejanía se aprecia otra figura religiosa, situada en la zona derecha de la composición. Cabe mencionar que, durante la dominación colonial española, se desarrolló una pintura principalmente religiosa, destinada a cristianizar a los pueblos indígenas. Los pintores locales tomaron como modelo las obras españolas, a las que siguieron literalmente en cuanto a tipos e iconografía. Los modelos más frecuentes eran los ángeles arcabuceros y las vírgenes triangulares, sin embargo, no fue hasta los primeros años del siglo XIX, ya en tiempos de independencia y apertura política de algunas de las colonias, que varios artistas comenzaron a representar un nuevo modelo de pintura con identidad propia.