Null AN EQUESTRIAN PORTRAIT OF AKBAR, INDIAN SCHOOL 19TH-20TH CENTURY
Pintura al…
Descripción

AN EQUESTRIAN PORTRAIT OF AKBAR, INDIAN SCHOOL 19TH-20TH CENTURY Pintura al gouache sobre papel realzado con oro sobre papel, que representa al emperador mogol Akbar, con una aureola alrededor de la cabeza, vestido con una capa enjoyada de colores, montado a caballo con una silla de montar de colores. Cuadro: 17 x 22 cm. Miniatura: 23 por 31 cm.

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AN EQUESTRIAN PORTRAIT OF AKBAR, INDIAN SCHOOL 19TH-20TH CENTURY Pintura al gouache sobre papel realzado con oro sobre papel, que representa al emperador mogol Akbar, con una aureola alrededor de la cabeza, vestido con una capa enjoyada de colores, montado a caballo con una silla de montar de colores. Cuadro: 17 x 22 cm. Miniatura: 23 por 31 cm.

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M. DINKEL (1762-1832), Portrait of a woman, around 1800, Indian ink Markus Dinkel (1762 Roble (Argovia) - 1832 Berna): La presencia de la antigüedad, c. 1800, tinta china Técnica: Tinta china y lápiz sobre papel Marca de agua: Escudo - Cruz - Flor de Lis con corona - Fecha: Siglo XVIII Inscripción: Verso inscrito: "Dinkel Bern". Fecha: c. 1800 c. 1800 Descripción: Este dibujo de Markus Dinkel es un híbrido interesante: con una mirada anhelante, latentemente erótica, la joven mira ligeramente más allá del espectador. El pelo suelto, los mechones sueltos en la nuca y la sutil inclinación de la cabeza transmiten una vivacidad de ensueño que hechiza inmediatamente al espectador. Pero una segunda mirada a la hoja revela cierta dureza en los rasgos faciales, algo cincelados. En efecto, los amplios trazos cruzados de las mejillas y el cuello parecen marcas de cincel sobre una superficie de mármol. En ese momento, la mirada de la joven se transforma y reconocemos a la Venus medicea como modelo de este dibujo. La mano derecha, algo escondida en el borde inferior del dibujo y colocada sobre el seno izquierdo, confirma esta atribución. Sin embargo, y ésta es la particularidad de este dibujo, no se trata de una simple copia de una antigüedad, sino de una aproximación transformadora. Dinkel da vida a la imagen marmórea de su dibujo, animando literalmente la fría piedra. Esta animación, unida al motivo de la venus pudica, abre nuevas posibilidades de asociación, permitiéndonos reconocer en los rasgos faciales el retrato de un homólogo humano. Dinkel no fue el único en utilizar la postura de la estatua para crear un contexto histórico de un retrato real. Rafael ya había hecho uso de ello en su Fornarina (1) (2), aunque aquí apenas pueda hablarse de pudica, las manos de la joven revelan y subrayan más de lo que cubren. Aunque este aspecto de ocultación reveladora subyace en todas estas representaciones, Rafael lo amplía a través de la mirada autodeterminada de la modelo. Dinkel adopta un enfoque similar cuando elimina cualquier castidad del dibujo a través de su mirada deliberada. Este dibujo también oscila entre la imagen ideal y el retrato, y logra fascinar precisamente a través de esta difuminación, que dirige repetidamente la mirada del espectador a los rasgos faciales de la mujer, ya sea un ideal antiguo o una contraparte humana. ---- (1) La Fornarina, 1518-19, óleo sobre madera, 87 x 63 cm, Palazzo Barberini, Galleria Nazionale d'Arte Antica, Roma, n.º de inv. 2333. (2) Sin embargo, Rafael no tomó como modelo la Venus Medicea ni la Venus Capitolina, de diseño similar, ya que ambas no se descubrieron hasta el siglo XVII. Verso: Dibujo a lápiz del mismo motivo Palabras clave: Desnudo, Mujer, Pecho, Busto, Retrato, Dibujo, Vista, Antigüedad, Rostro, Cabello, Siglo XIX, Clasicismo, Retratos, Suiza, Tamaño: Papel: 40,7 cm x 28,8 cm (16 x 11,3 in)