Null Un mechón de cabello del Emperador Napoleón I, 
contenido en un papel dobla…
Descripción

Un mechón de cabello del Emperador Napoleón I, contenido en un papel doblado anotado a pluma "N.B" contenido en otro papel doblado anotado de puño y letra del Conde MARCHAND "Cabello del Emperador". 9 x 4 cm. B.E. Procedencia : -Obsequio de Louis Joseph Marchand, primer ayuda de cámara del emperador Napoleón I. -Colección del académico Robert de Flers, luego descendencia. Biografía: Louis-Joseph-Narcisse Marchand (1791-1876). Entró al servicio de la Casa Imperial en 1811 como mozo de piso, donde su inteligencia y dedicación fueron rápidamente apreciadas. Más tarde siguió al Emperador a Santa Elena. Sirvió como enfermero, cuidando del aseo, la ropa y la comida de su amo, y también fue lector, copista y secretario. Ya en 1817, preocupado por el estado del soberano depuesto, escribió que la salud del emperador se estaba deteriorando visiblemente y que sólo su gran fuerza moral le permitía soportar los problemas del cautiverio. "Eficaz y profundamente devoto, los servicios que me prestó fueron los de un amigo", escribió Napoleón en su testamento. Tanto es así que, en su lecho de muerte, Napoleón le concedió el título de conde, título que fue confirmado en 1869 por Napoleón III.

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Un mechón de cabello del Emperador Napoleón I, contenido en un papel doblado anotado a pluma "N.B" contenido en otro papel doblado anotado de puño y letra del Conde MARCHAND "Cabello del Emperador". 9 x 4 cm. B.E. Procedencia : -Obsequio de Louis Joseph Marchand, primer ayuda de cámara del emperador Napoleón I. -Colección del académico Robert de Flers, luego descendencia. Biografía: Louis-Joseph-Narcisse Marchand (1791-1876). Entró al servicio de la Casa Imperial en 1811 como mozo de piso, donde su inteligencia y dedicación fueron rápidamente apreciadas. Más tarde siguió al Emperador a Santa Elena. Sirvió como enfermero, cuidando del aseo, la ropa y la comida de su amo, y también fue lector, copista y secretario. Ya en 1817, preocupado por el estado del soberano depuesto, escribió que la salud del emperador se estaba deteriorando visiblemente y que sólo su gran fuerza moral le permitía soportar los problemas del cautiverio. "Eficaz y profundamente devoto, los servicios que me prestó fueron los de un amigo", escribió Napoleón en su testamento. Tanto es así que, en su lecho de muerte, Napoleón le concedió el título de conde, título que fue confirmado en 1869 por Napoleón III.

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