Null Tableau aborigène
SUEÑO DE FUEGO, Adam Reid 2014
Pintura aborigen contempor…
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Tableau aborigène SUEÑO DE FUEGO, Adam Reid 2014 Pintura aborigen contemporánea Acrílico sobre lienzo Certificado 109x88cm

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Tableau aborigène SUEÑO DE FUEGO, Adam Reid 2014 Pintura aborigen contemporánea Acrílico sobre lienzo Certificado 109x88cm

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Escuela napolitana del siglo XVII. Siguiendo modelos de JOSÉ DE RIBERA (Játiva, 1591-Nápoles,1652) . "La vista". Óleo sobre lienzo. Repintado en el siglo XIX. Presenta repintes. Medidas: 110,5 x 88,5 cm; 126,5 x 104 cm (marco). En la escuela napolitana, la influencia de José Ribera fue notable. Su vehemente y vigoroso naturalismo, tamizado por influencias flamencas, late con fuerza en la pintura napolitana contemporánea al pintor sevillano. Aquí tenemos un claro ejemplo de esta influencia. El autor ha reproducido fielmente el cuadro "La vista" que Ribera pintó durante su estancia en Roma (hoy en el Museo Franz Mayer). Formaba parte de una serie sobre los cinco sentidos. En esta versión, la doble ascendencia de Ribera y Caravaggio se aprecia en la luz violenta y tenebrista que irrumpe de forma oblicua. También hay que señalar que Ribera se alejó de la complejidad iconográfica de las visiones de los Cinco Sentidos producidas en los Países Bajos, en la línea de Brueghel. El artista valenciano, que retoma la versión actual, se centra en un personaje extraído de la vida cotidiana. El hombre sostiene en sus manos un catalejo que le permite contemplar el universo a través de la ventana. Unas gafas y un espejo completan la representación de la vista. La figura se sitúa en un interior y recibe el fuerte impacto de la luz en la cabeza y las manos, su cuerpo está cincelado en todos y cada uno de sus detalles. Los tonos oscuros se utilizan para centrar la atención del espectador en el rostro, cargado de intensidad emocional.

GEORGES ROUSSE (París, 1947). Sin título. Barcelona, 2003. Papel fotográfico, copia 12/30. Firmado, numerado, calcado y fechado a mano. Expuesto en la galería Carles Taché, Barcelona, 2003. Tamaño: 52 x 41 cm; 75 x 63 cm (marco). Desde principios de los años ochenta, la obra de Georges Rousse se caracteriza por las relaciones que establece entre fotografía, pintura, escultura y arquitectura. El lenguaje fotográfico, sin embargo, vertebra a los demás, dialogando con ellos y jugando con los efectos espaciales. Así se pudo comprobar en la exposición celebrada en la galería Carles Taché de Barcelona, de la que formaba parte esta obra. Desde que recibió una Kodak Brownie Flash como regalo de Navidad, cuando tenía 9 años, la cámara nunca ha abandonado las manos de Georges Rousse. Mientras estudiaba medicina en Niza, decidió aprender las técnicas de la fotografía y la impresión de la mano de un profesional, y luego creó su propio estudio de fotografía arquitectónica. Cada vez más, su pasión le llevó a dedicarse por completo a la práctica artística de este medio, siguiendo los pasos de los grandes maestros estadounidenses Edward Steichen, Alfred Stieglitz y Ansel Adams. Fue con el descubrimiento de las obras de Land art y de Cuadrado negro sobre fondo blanco de Kasimir Malevitch cuando Georges Rousse optó por intervenir en el campo de la fotografía, estableciendo una relación entre la pintura y el espacio. Se apropia de lugares abandonados que siempre le han gustado, los transforma en espacios pictóricos y construye allí una obra única y efímera que sólo la fotografía puede reproducir. Para que el espectador pueda compartir su experiencia del espacio, desde principios de los años ochenta presenta sus imágenes en impresiones de gran formato. Esta obra fuerte y singular, que desplaza las fronteras entre los medios tradicionales, se impuso inmediatamente en la escena del arte contemporáneo. Desde su primera exposición en París, en la Galerie de France en 1981, Georges Rousse ha seguido creando sus instalaciones y mostrando sus fotografías por todo el mundo, en Europa, Asia (Japón, Corea, China, Nepal), Estados Unidos, Quebec y América Latina. Ha participado en numerosas bienales (París, Venecia, Sydney) y ha recibido prestigiosos premios: 1983: Villa Medicis hors les murs, Nueva York 1985 -1987: Villa Medicis, Roma 1988: Premio del Centro Internacional de Fotografía, Nueva York 1989: Premio de Dibujo del Salón de Montrouge 1992: Beca Romain Roland, Calcuta 1993: Gran Premio Nacional de Fotografía 2008: Sucede a Sol LeWitt como miembro asociado de la Real Academia Belga. Está representado por varias galerías europeas y sus obras figuran en muchas colecciones importantes de todo el mundo.

FRANCIS BACON (Dublín, 1909- Madrid, 1992). "Tres estudios para un autorretrato". Litografía sobre papel Arches, copia E.A. Firmada y justificada a mano. Obra adquirida en la Galería Coskun de Londres en 2008. Tamaño: 52 x 94 cm; 79 x 121 cm (marco). Francis Bacon es autor de algunas de las pinturas más impactantes e inéditas del arte contemporáneo. Su estilo, obsesivo, atormentado y desgarrador, es un claro documento de las penurias vividas en Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Sus obras alcanzan actualmente sumas estratosféricas en las subastas internacionales, lo que le convierte en uno de los artistas más cotizados del mercado del arte actual. Reflejo de ello es el tríptico "Tres estudios de Lucian Freud (1969)", que en 2013 alcanzó un precio de venta récord de 142 millones de dólares en subasta pública, convirtiéndose en una de las tres obras más caras de la historia. Algunas de sus obras pueden verse en las pinacotecas más importantes del mundo, como la Tate Britain de Londres (que posee una de las colecciones más extensas del artista), el MET y el Moma de Nueva York, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofía. "Tres estudios para un autorretrato" define con rotundidad lo que fue el arte de Bacon. Figuras descompuestas, aisladas, inquietantes y espirituales que, lejos de buscar un parecido concreto con la persona representada, ahondan en la espiritualidad del retratado. Aquí vemos la abstracción, fragmentación y distorsión del rostro del pintor, un aspecto clave en el desarrollo artístico de Bacon, consecuencia de los acontecimientos vitales que hicieron de su existencia una ferviente bomba de relojería a punto de estallar. A través de su obra expresa su condición vital, ligada también a su faceta autodestructiva, consiguiendo así expresar la soledad, la violencia y la degradación. Nacido en Dublín, aunque de padres ingleses, Francis Bacon comenzó a pintar de forma autodidacta. Cuando sólo tenía 17 años, en 1927, la galería Paul Rosemberg abrió sus puertas al pintor. Allí conoció la obra de Pablo Picasso, artista al que admiraría durante toda su carrera. Al igual que Picasso, otros pintores dejaron huella en la obra de Bacon: Velázquez (cuya versión del Papa Inocencio X pintó, produciendo al menos 40 "papas") y Nicolas Poussin, cuya "Masacre de los Inocentes", hoy en el Museo Condé, despertó en él una intensa emoción. En 1945 expuso en Londres, junto con los artistas ingleses Henry Moore y Graham Sutherland, su cuadro Tres estudios para figuras al pie de una crucifixión (c. 1944), un tríptico que, según el propio Bacon, marcó el punto de partida de su carrera. En 1945, Bacon había desarrollado un estilo propio e inconfundible. En 1949, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) compró una impresionante obra de Bacon titulada Painting 1946. En 1956 fue invitado a representar a Gran Bretaña en la Bienal de Venecia junto a Ben Nicholson y Lucian Freud. Con su obra, Bacon decidió que el tema de sus cuadros sería tanto la vida en la muerte como la muerte en la vida. Buscaba expresar su condición vital, que también estaba ligada a su lado autodestructivo. Michel Leiris le sugirió que el masoquismo, el sadismo y manifestaciones similares eran en realidad formas de sentirse más humano. Los retratos y autorretratos constituyen una parte importante de los cuadros de Bacon, entre ellos George Dyer en un espejo, de 1968, obra en la que el pintor sugiere la vulnerabilidad y fragilidad del yo. Bacon hizo retratos sin poses tomados del natural, revelados a partir de fotografías. Retrató tanto a sus compañeros íntimos y amigos como a personajes famosos: Peter Lacy, George Dyer y John Edwards, Henrietta Moraes, Isabel Rawsthorne, Muriel Belcher, Lucian Freud, Peter Beard y Michel Leiris, así como Hitler, Pío XII y Mick Jagger. Algunas de sus obras pueden verse en las galerías de arte más importantes del mundo, como la Tate Britain de Londres (que posee una de las colecciones más extensas del artista), el MET y el Moma de Nueva York, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Muse