Null LÁMPARA DE MESA DE PORCELANA Y LATÓN FUNDIDO DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX CON…
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LÁMPARA DE MESA DE PORCELANA Y LATÓN FUNDIDO DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX CON FORMA DE PERRO, con un colorido pájaro posado sobre un montículo rocoso y una base de hojas con roleos fundidos. (36 cm de altura)

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LÁMPARA DE MESA DE PORCELANA Y LATÓN FUNDIDO DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX CON FORMA DE PERRO, con un colorido pájaro posado sobre un montículo rocoso y una base de hojas con roleos fundidos. (36 cm de altura)

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Reloj de sobremesa; Francia, finales del siglo XIX. Bronce bruñido y cincelado y porcelana esmaltada. Faltan piezas de maquinaria y algunos bronces están sueltos. Maquinaria firmada "Vassy Jeure Paris". Medidas: 68 x 50,5 x 14,5 cm. Reloj de sobremesa de bronce bruñido y cincelado con taza de porcelana esmaltada "Beau bleu" a la manera de Sèvres. La pieza se asienta sobre una base de pedestal dorada, inspirada en su diseño en motivos clásicos antiguos. Sobre la base se asientan dos figuras redondas que flanquean los laterales y representan a una pareja de niños. En el centro se alza la copa con base de bronce y cuerpo de porcelana adornado con dos cabezas de cabra a modo de asa, cada una de ellas en los laterales. La parte frontal del cuerpo alberga la esfera del reloj con números romanos en negro y agujas caladas de color dorado. Por último, la taza tiene un remate de bronce dorado. Este tipo de trabajo era muy común en la decoración interior de casas y palacios de la clase alta en el siglo XIX. Utilizadas para decorar estancias colocándolas sobre mesas, cómodas, etc., eran muy apreciadas tanto por la nobleza como por cierta parte de la burguesía (los que aspiraban a emular a la aristocracia, sobre todo) y se realizaban en prácticamente todas las escuelas artísticas importantes de la época. Sin embargo, las creaciones más valoradas fueron las francesas por varias razones. En primer lugar, por la calidad de su diseño, siempre inspirado en las innovaciones artísticas de la época y evitando la repetición excesiva, con una gran variedad de modelos extraídos de distintas fuentes (esculturas griegas, temas mitológicos, obras contemporáneas, etc.). En segundo lugar, por la calidad de los materiales empleados: porcelanas de gran calidad, bronces bien trabajados, de buena fundición y excelente dorado (técnicas que el propio gobierno francés tuvo siempre muy controladas para no rebajar su calidad ni, en consecuencia, la categoría de su producción), metales, maderas a veces talladas y policromadas, etc. Faltan partes de la maquinaria y algunos bronces están sueltos.

Pareja de candelabros; Francia, S. XIX. Bronce cincelado y bruñido con cuerpo esmaltado en porcelana. Medidas: 87 x 43 x 40 cm (x2). Pareja formada por dos candelabros de siete luces cada uno, todos ellos realizados en bronce combinado con porcelana al estilo Sèvres. Ambos tienen el mismo diseño que parte de una base redonda que se asienta sobre cuatro patas en forma de garra felina. La pieza de bronce termina con una decoración de hojas estilizadas y sintéticas. De la base parten apliques de bronce en forma de putti, que dan paso a las asas. El cuerpo central de formato periforme es de porcelana esmaltada en azul. Este tipo de obra era muy común en la decoración interior de casas y palacios de clase alta en el siglo XIX. Utilizadas para decorar estancias colocándolas sobre mesas, cómodas, etc., eran muy apreciadas tanto por la nobleza como por cierta parte de la burguesía (los que aspiraban a emular a la aristocracia, sobre todo) y se realizaban en prácticamente todas las escuelas artísticas importantes de la época. Sin embargo, las creaciones más valoradas fueron las francesas por varias razones. En primer lugar, por la calidad de su diseño, siempre inspirado en las innovaciones artísticas de la época y evitando la repetición excesiva, con una gran variedad de modelos extraídos de distintas fuentes (esculturas griegas, temas mitológicos, obras contemporáneas, etc.). En segundo lugar, por la calidad de los materiales empleados: porcelanas de gran calidad, bronces bien trabajados, de buena fundición y excelente dorado (técnicas que el propio gobierno francés tuvo siempre muy controladas para no rebajar su calidad ni, en consecuencia, la categoría de su producción), metales, maderas a veces talladas y policromadas, etc.