Null Retrato de dama vestida de azul . Pintura S.XX . Óleo sobre lienzo firmado.…
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Retrato de dama vestida de azul . Pintura S.XX . Óleo sobre lienzo firmado. Medidas: 100 x 85 cm

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Retrato de dama vestida de azul . Pintura S.XX . Óleo sobre lienzo firmado. Medidas: 100 x 85 cm

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Círculo de NICOLÁS DE LARGILLIÈRE; principios del siglo XVIII. "Retrato de una dama Óleo sobre lienzo. Redibujado. Tiene faltas. Tiene un marco con faltas del siglo XIX. Medidas: 82 x 61 cm; 113 x 94 cm (marco). Retrato sobre fondo indeterminado de una elegante dama de clase alta, como cabe suponer tanto por el vestido, de escote bajo, adornado con fino encaje, como por su peluca empolvada. La mirada de la dama está firmemente fija en el espectador, lo que añade carácter a la obra y transmite al espectador un rasgo sobre el aspecto psicológico de la dama que va más allá de lo meramente pictórico. La calidad del maestro responsable del cuadro también es evidente: en primer lugar, en la economía de medios, que mantiene la atención del espectador centrada en la dama (algo a lo que también contribuyen el fondo neutro del cuadro y el juego tonal entre el vestido y la piel pálida de la dama); en segundo lugar, en la calidad del dibujo utilizado, especialmente en el rostro (dibujo que predomina sobre el color y la pincelada, como era habitual en el arte del siglo XIX derivado del Neoclasicismo de las Academias de Bellas Artes). Estas obras debieron de ser ejecutadas por un pintor perteneciente al círculo del maestro Nicolas de Largilliere, uno de los retratistas franceses más importantes de la época. En ambas obras podemos reconocer varios rasgos estilísticos similares a los del artista y su círculo, como el cuidado detalle del peinado y su pedrería, así como en los dibujos de las telas, los cabellos y los encajes de los ropajes. Largillière pintó principalmente retratos, aunque también realizó ocasionalmente cuadros históricos, religiosos, paisajes y naturalezas muertas, temas que trabajó con la misma maestría técnica que sus retratos. Largillière, uno de los más grandes pintores de la Regencia y del reinado de Luis XV, está representado en el Louvre, la National Gallery y la National Portrait Gallery de Londres, el Museo del Hermitage de San Petersburgo, el Rijksmuseum de Ámsterdam y el Art Institute de Chicago, entre otras importantes pinacotecas de todo el mundo.

Escuela francesa; primer tercio del siglo XVIII. "Retrato de una dama". Óleo sobre lienzo. Revestido. Presenta faltas y pérdidas en la superficie pictórica y en el marco. Necesita consolidación. Medidas: 116 x 95,5 cm; 134 x 113 cm (marco). Retrato femenino en el que el autor retrata a una dama de mediana edad, que luce un suntuoso vestido de amplio escote adornado con encaje blanco en la parte superior del corsé. La tersura de la piel y el ligero rubor de las mejillas armonizan con el resto, sin dejar lugar a detalles con precisos toques pictóricos. El fondo oscuro realza la figura y la elegancia de su atuendo, los grandes drapeados habituales en este tipo de composiciones añaden suntuosidad a la escena al tiempo que aportan profundidad y tridimensionalidad al espacio en el que se sitúa la protagonista. La dama mira directamente al espectador con una leve sonrisa, pero sin perder una actitud regia y altiva, a pesar de que sonríe levemente. En un gesto aparentemente espontáneo, sujeta coquetamente uno de los adornos dorados de su vestido. Esta actitud demuestra el interés del artista por captar la personalidad de la modelo. El género del retrato fue especialmente popular durante el periodo rococó. Pintores franceses como Fragonard, Vigée Lebrun, Boucher, Watteau... dieron al género cadencias refinadas con sus toques irisados de color. Este retrato femenino se atribuye al gusto rococó por extraer las cualidades justas de los ropajes y dotar a los tonos de la carne de una delicadeza marfileña. La dama apoya el brazo derecho sobre un cojín de terciopelo. El pintor capta hábilmente los materiales y las prendas: el terciopelo azul marino del vestido, el rosa del satén, los encajes y pasamanerías, el tocado empolvado a la moda aristocrática de la época y los apliques de perlas y oro que cuelgan de su vestido. Presenta faltas y pérdidas en la superficie pictórica y en el marco. Necesita consolidación.