Null Théodore ROUSSEAU (1812-1867)
Abedul en Écouettes; Efecto del invierno (183…
Descripción

Théodore ROUSSEAU (1812-1867) Abedul en Écouettes; Efecto del invierno (1838) Dibujo a pluma Sello de venta del taller abajo a la izquierda (L.2436) Dibujo a lápiz y anotaciones al dorso 19,5 x 27,5 cm Con passe partout: 31 x 38 cm Dibujo a tinta, sello del estudio del artista abajo a la izquierda, 7,6 x 10,8 in, soporte del dibujo : 12,2 x 14,9 in

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Théodore ROUSSEAU (1812-1867) Abedul en Écouettes; Efecto del invierno (1838) Dibujo a pluma Sello de venta del taller abajo a la izquierda (L.2436) Dibujo a lápiz y anotaciones al dorso 19,5 x 27,5 cm Con passe partout: 31 x 38 cm Dibujo a tinta, sello del estudio del artista abajo a la izquierda, 7,6 x 10,8 in, soporte del dibujo : 12,2 x 14,9 in

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Atribuido a THÉODORE ROUSSEAU (Francia, 1812 - 1867). "La siega". Óleo sobre lienzo. Etiqueta firmada al dorso. Medidas: 28 x 41 cm; 42,5 x 56 cm (marco). Un segador lleva un haz de heno a la espalda y se dirige hacia un carro ya lleno de paja prensada. Un buey está parado en medio del camino y otro busca sombra bajo las montañas de heno. Detrás de las figuras, un amplio cielo azul está salpicado de tenues nubes. La pincelada es vibrante y el trazo grueso, dando lugar a un lenguaje impresionista comparable al de la Escuela de Barbizon. Uno de los principales representantes de la Escuela de Barbizon, caracterizada por una visión realista del paisaje, Théodore Rousseau compartió las dificultades de los pintores románticos de 1830 para conseguir un lugar para sus cuadros en el Salón de París. Tras ser rechazado en el Salón de 1836, se retiró a Barbizon y formó, junto con otros artistas como Corot o Millet, la llamada Escuela de Barbizon. Allí cultivó la pintura de paisajes al aire libre, con un tratamiento de la naturaleza cercano al de los maestros holandeses del siglo XVII, especialmente centrado en los fenómenos atmosféricos y naturales. No fue hasta 1848 cuando su obra se presentó adecuadamente al público, al ser admitido finalmente en el Salón de París. Ese mismo año se instaló definitivamente en Barbizon, donde pasaría el resto de su vida. En la Exposición Universal de 1853, donde se reunieron todos los cuadros de Rousseau rechazados anteriormente y se le dedicó una sala, fue reconocido por el público y la crítica como uno de los mejores participantes en la muestra. Sus obras se caracterizan por su carácter sobrio, con un aire de exquisita melancolía que atrae poderosamente al espectador. Actualmente, Rousseau está representado en los principales museos del mundo, como el Louvre y el Orsay de París, el Hermitage de San Petersburgo, la National Gallery de Londres, el Rijksmuseum de Amsterdam, la Frick Collection de Nueva York, el Thyssen-Bornemisza de Madrid y el Albertina de Viena, entre muchos otros.