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Italian coins

SALERNO Ruggero Borsa (1085-1111) Follaro - MIR 555 AE (g 4,49). MB

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JOAQUIN MIR TRINXET (Barcelona, 1873 - 1940). "Miravet". Óleo sobre lienzo. Firmado en la esquina inferior derecha. Con etiqueta de Barrachina & Ramoneda al dorso. Adjunto certificado de autenticidad expedido por Barrachina. Medidas: 54 x 70 cm; 80 x 94 cm (marco). Joaquim Mir dedicó a Miravet, el bello pueblo de la Ribera del Ebro, algunos de sus cuadros más apreciados. El castillo templario que perfila la colina parece fundirse con la roca en esta magnífica composición. También las otras casas que se adhieren como moluscos a la piedra parecen mimetizarse con ella gracias al uso de una pincelada sintética y rotunda que esparce sus reflejos sobre el río de aguas transparentes. El maestro impresionista pone en diálogo el cielo con el mar, y el follaje con la tierra seca. Las nubes se deslizan sobre la superficie reflectante del agua. Asimismo, los arbustos verde esmeralda sortean la preeminencia de los ocres, sienas y tostados que vibran con luz propia. Mir despliega toda su personalidad en este paisaje. Joaquim Mir estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Jordi de Barcelona y en el taller del pintor Luis Graner. Su estilo también se vio influido por la Escuela de Olot, ciudad natal de su padre. Pronto se sintió incómodo con la enseñanza oficial, anclada en una concepción de la pintura realista, por lo que en 1893 fundó junto con otros compañeros (Nonell, Canals, Pichot, Vallmitjana y Gual) la "Colla del Safrà", para investigar juntos en las iniciativas pictóricas de fin de siglo. En 1896 llegaron a participar como grupo en la III Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas, a la que Mir presentó dos obras que nos dan una clara idea de los ideales del grupo: "La huerta del rector" y "El vendedor de naranjas". Además, desde 1897 frecuentó el ambiente artístico de "Els Quatre Gats", donde se reunían todos los artistas que conocían la vanguardia europea, lo que le ayudó a madurar en el estudio compositivo de paisajes con figuras en diferentes planos de profundidad. De esta época son "Laderas de Montjuic" (1897) y "La Catedral de los Pobres" (1898), las dos obras maestras de su juventud. En estos años participa en las Exposiciones de Bellas Artes de Barcelona, en sus ediciones de 1894, 1896 y 1898. Ganador de una segunda medalla en la Exposición de Madrid de 1899, ese mismo año se trasladó a la capital para competir por una beca en Roma. Al no conseguirlo, se marchó con Santiago Rusiñol a Mallorca, en un viaje que supondría un punto de inflexión definitivo en su carrera. Mir quedó deslumbrado por el paisaje mallorquín, concretamente por Sa Calobra, que fue para él una fuente inagotable de inspiración. A partir de entonces, el artista desplegó toda una combinación de colores imposibles, fruto de su personal interpretación de la majestuosa naturaleza de la isla. Las pinceladas se alargaron y se convirtieron en manchas que casi hacían desaparecer los objetos y las referencias espaciales. En 1901 expuso individualmente el fruto de esta primera etapa mallorquina en la Sala Parés de Barcelona, y volvió a obtener una segunda medalla en la Exposición Nacional. Tras un periodo de enfermedad que le obligó a trasladarse a Reus, en 1907 obtuvo la primera medalla en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Barcelona. Desde entonces, afincado en el Camp de Tarragona, no se movería del género del paisaje, pero ahora serían los pueblos de los alrededores los protagonistas de su pintura. Consolidado ya como figura destacada del panorama catalán, adquirió el definitivo reconocimiento nacional en 1917, cuando le fue concedido el Premio Nacional de Bellas Artes. Cuatro años más tarde contrajo matrimonio y se instaló definitivamente en Vilanova i la Geltrú. Los éxitos se suceden y en 1929 obtiene la primera medalla en la Exposición Internacional de Barcelona. Al año siguiente obtuvo la medalla de honor de la Exposición Nacional de Madrid, galardón al que aspiraba desde 1922. Aunque era principalmente un pintor nativo, realizó exposiciones individuales y colectivas en Washington, París, Pittsburg, Nueva York, Filadelfia, Amsterdam, Buenos Aires y Venecia. Mir está considerado hoy el más destacado representante del paisajismo postimpresionista español. Su obra se conserva en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofía de Madrid, entre muchos otros.

JOAQUIN MIR TRINXET (Barcelona, 1873 - 1940). "Barcas al sol". Óleo sobre lienzo. Adjunta estudio de Doña Teresa Campas y certificado de autenticidad expedido por Miralles. Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho. Medidas: 55,3 x 60,3 cm; 82 x 87 cm (marco). Esta obra es característica del lenguaje hedonista y audaz de Joaquim Mir en su interpretación de la pintura. La reduce a sus elementos básicos mediante un excelente manejo de la luz y el color, pero al mismo tiempo evita la abstracción pura, sugiriendo siempre el pulso que late bajo las formas. Así, las formas flamean, pura agitación cromática y las luces cambiantes del día se conjugan en cadencias sinfónicas. Joaquim Mir estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Jordi de Barcelona y en el taller del pintor Luis Graner. Pronto se sintió incómodo con la enseñanza oficial, anclada en una concepción de la pintura realista, por lo que en 1893 fundó con otros compañeros la "Colla del Safrà", para investigar juntos en las iniciativas pictóricas de fin de siglo. En 1896 incluso participaron como grupo en la III Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas, a la que Mir presentó dos obras: "La huerta del rector" y "El vendedor de naranjas". Asimismo, desde 1897 frecuentó el ambiente artístico de "Els Quatre Gats", que le ayudó a madurar en el estudio compositivo de paisajes con figuras en diferentes planos de profundidad. Durante estos años participó en las Exposiciones de Bellas Artes de Barcelona, en sus ediciones de 1894, 1896 y 1898. Ganador de una segunda medalla en la Exposición de Madrid de 1899, ese mismo año se traslada a la capital para optar a una beca en Roma. Al no conseguirlo, se marchó con Santiago Rusiñol a Mallorca, en un viaje que supondría un punto de inflexión definitivo en su carrera. Mir quedó deslumbrado por el paisaje mallorquín, que fue para él una fuente inagotable de inspiración. A partir de entonces, el artista desplegó toda una combinación de colores imposibles, fruto de su personal interpretación de la majestuosa naturaleza de la isla. Las pinceladas se alargaron y se convirtieron en manchas que casi hacían desaparecer los objetos y las referencias espaciales. En 1901 expone individualmente el fruto de esta primera etapa mallorquina en la Sala Parés de Barcelona, y vuelve a obtener una segunda medalla en la Exposición Nacional. En 1907 obtiene la primera medalla en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Barcelona. Desde entonces, instalado en el Camp de Tarragona, no se moverá del género del paisaje, pero ahora serán los pueblos de los alrededores los protagonistas de su pintura. En 1917, con la concesión del Premio Nacional de Bellas Artes, recibe el reconocimiento nacional definitivo. En 1929 obtiene la primera medalla en la Exposición Internacional de Barcelona. Al año siguiente obtuvo la medalla de honor en la Exposición Nacional de Madrid, galardón que perseguía desde 1922. Aunque era principalmente un pintor nativo, realizó exposiciones individuales y colectivas en Washington, París, Pittsburg, Nueva York, Filadelfia, Amsterdam, Buenos Aires y Venecia. Mir está considerado hoy el más destacado representante del paisajismo postimpresionista español. Su obra se conserva en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofía de Madrid, entre muchos otros.

JOAQUIM MIR TRINXET (Barcelona, 1873 - 1940). "Entorno de una masía", Mollet, c.1914. Óleo sobre lienzo. Firmado en la esquina inferior derecha. Adjunto certificado de D. Francesc Miralles. Medidas: 40 x 65 cm; 50 x 75 cm (marco). Con una pincelada atrevida e intuitiva, Mir capta, con una vibrante paleta mediterránea, el bullicio de unos campesinos frente a una casona rodeada de pajares. Bajo la luz del mediodía, unos gansos picotean en un gran corral abierto. Las figuras se integran en la naturaleza exultante y el cielo azul reverbera sobre la paja ambarina. A través de un lenguaje puramente personal, Mir sintetiza los elementos básicos para hacer reconocible la escena, de particular estructura compositiva, al tiempo que la hace vibrar con su imaginación. En esta obra, Mir demuestra un absoluto dominio técnico y atmosférico, que pone al servicio de una concepción casi animista del elemento natural. Joaquín Mir estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Jordi de Barcelona y en el taller del pintor Luis Graner. Su estilo también se vio influido por la Escuela de Olot, ciudad natal de su padre. En 1893 formó la "Colla del Safrà" junto a artistas como Isidro Nonell, Ricard Canals y Ramón Pichot, y en los últimos años del siglo se vinculó al ambiente artístico de "Els Quatre Gats". Completó su formación en 1895, cuando pasó una temporada en Madrid copiando obras de Velázquez. Durante estos años participa en las Exposiciones de Bellas Artes de Barcelona de 1894, 1896 y 1898. Ganador de una segunda medalla en la Exposición de Madrid de 1899, ese mismo año se traslada a la capital para competir por una beca en Roma. Al no conseguirlo, se marchó con Santiago Rusiñol a Mallorca, en un viaje que supondría un punto de inflexión definitivo en su carrera. Mir quedó deslumbrado por el paisaje mallorquín, concretamente por el de Sa Calobra, que fue para él una fuente inagotable de inspiración. En 1901 expuso el fruto de esta primera etapa mallorquina en la Sala Parés de Barcelona, y volvió a ganar una segunda medalla en la Exposición Nacional. Tras un periodo de enfermedad que le obligó a trasladarse a Reus, en 1907 obtuvo la primera medalla en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Barcelona. Consolidado ya como figura destacada del panorama catalán, adquiere el reconocimiento definitivo a nivel nacional en 1917, cuando se le concede el Premio Nacional de Bellas Artes. Cuatro años más tarde contrae matrimonio y se instala definitivamente en Vilanova i la Geltrú. Los éxitos se suceden y en 1929 obtiene la primera medalla en la Exposición Internacional de Barcelona. Al año siguiente obtuvo la medalla de honor de la Exposición Nacional de Madrid, galardón al que aspiraba desde 1922. Aunque era principalmente un pintor nativo, realizó exposiciones individuales y colectivas en Washington, París, Pittsburg, Nueva York, Filadelfia, Amsterdam, Buenos Aires y Venecia. Mir está considerado hoy el más destacado representante del paisajismo postimpresionista español. Su obra se conserva en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofía de Madrid, entre muchos otros.