Null Miguel Cabrera (Antequera de Oaxaca, México, 1695 - México, 1768)
"La Virge…
Descripción

Miguel Cabrera (Antequera de Oaxaca, México, 1695 - México, 1768) "La Virgen de Guadalupe rodeada de las apariciones al indio Diego" Óleo sobre tela. Firmado y fechado en 1762. 87 x 70 cm. Importante representación de la Virgen de Guadalupe, que incluye las apariciones y al indio Juan Diego. Porta manuscrita la leyenda en latín: "Non fecit taliter omni nationi" (No hizo nada igual con ninguna otra nación) en referencia a las palabras pronunciadas por Benedicto XIV cuando se le presentó la imagen de la Virgen de Guadalupe y admirando su belleza aprobó las obras del patronato de Guadalupe en México. Cabrera es considerado el máximo exponente de la pintura virreinal novohispana del siglo XVIII, con una producción que el Dallas Museum of Art define como "legendaria: se han documentado más de 309 obras de su gran estudio". Miguel Mateo Maldonado y Cabrera nació el 27 de febrero de 1695 en Antequera, actual ciudad de Oaxaca, México, dato conocido por el testamento del pintor en 1768. Fue hijo de padres desconocidos y ahijado de una pareja de mulatos. Se trasladó a la Ciudad de México en 1719, donde inició su preparación artística, pasando por el taller de Juan Correa en la capital del Virreinato. Cabrera pintó retablos en la iglesia jesuita de Tepotzotlán, Estado de México, en la iglesia de Santa Prisca en Taxco, Guerrero y en las catedrales de la ciudad de México y Puebla. Cabrera no sólo era pintor, sino que participó también en el intento de fundar una academia de Artes en 1753 y en 1756 se consagró como un intelectual, no sólo como artista, ya que publicó una narración sobre la imagen de la Virgen de Guadalupe en 1756 titulada "Maravilla americana y conjunto de raras maravillas observadas con la dirección de las reglas del arte de la pintura", una narración sobre la imagen de la Virgen Guadalupe en la imprenta del colegio jesuita de San Ildefonso. Su producción incluye además de la pintura de caballete, diseño de retablos, obras de gran formato, así como pequeñas obras en cobre y escudos de monja. La pintura religiosa de Cabrera produce figuras de notable belleza, una belleza entendida bajo los supuestos ideológicos de la devoción propia de la época. Es un arte refinado que posee una riqueza cromática bien dispuesta, se sostiene por un gran trabajo de composición y no menos importante, un dibujo sutil y expresivo. De todos los pintores de esa época, Cabrera fue el de mayor personalidad; el tratamiento convencional en sus figuras fue sin duda la base de su manera de pintar, pues colocaba en sus cuadros modelos que no eran ideales, sino que correspondían a personas que el artista conocía y trataba, como cuando incorporaba en algunos cuadros, retratos de donadores o de los llamados “prelados” pues tenía la necesidad de observar directamente y copiar de la naturaleza. Fue nombrado pintor de cámara del arzobispo Manuel Rubio y Salinas, quien le encargó estudiar y pintar la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, reproduciendo el ayate. La imagen fue enviada al papa Benedicto XIV, de quien obtuvo el máximo reconocimiento como pintor guadalupano. Entre los retratos que realizó, destacan el realizado a Sor JuanaInés de la Cruz, resguardado en el Museo Nacional de Historia, y el de Juan de Palafox y Mendoza, ubicado en el Museo de Arte Colonial de Morelia, Michoacán, México. Fue también pintor de la Compañía de Jesús, para cuyas iglesias realizó numerosas obras. En 1753 fue nombrado presidente vitalicio de la Academia de San Carlos. Su obra se conserva en muchas iglesias y conventos de México. También está presente en numerosas colecciones públicas y privadas. Dos de sus imágenes de la Virgen de Guadalupe se encuentran en el Museo de Vaticano. Otra, realizada en 1756, para el templo de San Francisco Javier, se conserva en el Museo Nacional del Virreinato. El Museum of Art de Dallas, conserva una Santa Gertrudis La Magna de Miguel Cabrera y otra representación de la Santa, también de Cabrera y datada en 1768, forma parte de la colección del Museo José Luis Bello y Zetina de Puebla, México. Asimismo, destacamos una importante serie de las pinturas de Castas de 1763 que se conserva en la colección del Museo de América en Madrid. En ellas se representan a las familias, padre, madre e hijo de las diversas castas y estratos sociales, en situaciones de la vida cotidiana. Por último, mencionar también a la Pinacoteca de La Profesa o la Colección Andrés Blaisten en México, como depositarias de la obra de Cabrera. Actualmente el Museo de América de Madrid está exhibiendo una importantísima retrospectiva del pintor.

36 

Miguel Cabrera (Antequera de Oaxaca, México, 1695 - México, 1768) "La Virgen de Guadalupe rodeada de las apariciones al indio Diego" Óleo sobre tela. Firmado y fechado en 1762. 87 x 70 cm. Importante representación de la Virgen de Guadalupe, que incluye las apariciones y al indio Juan Diego. Porta manuscrita la leyenda en latín: "Non fecit taliter omni nationi" (No hizo nada igual con ninguna otra nación) en referencia a las palabras pronunciadas por Benedicto XIV cuando se le presentó la imagen de la Virgen de Guadalupe y admirando su belleza aprobó las obras del patronato de Guadalupe en México. Cabrera es considerado el máximo exponente de la pintura virreinal novohispana del siglo XVIII, con una producción que el Dallas Museum of Art define como "legendaria: se han documentado más de 309 obras de su gran estudio". Miguel Mateo Maldonado y Cabrera nació el 27 de febrero de 1695 en Antequera, actual ciudad de Oaxaca, México, dato conocido por el testamento del pintor en 1768. Fue hijo de padres desconocidos y ahijado de una pareja de mulatos. Se trasladó a la Ciudad de México en 1719, donde inició su preparación artística, pasando por el taller de Juan Correa en la capital del Virreinato. Cabrera pintó retablos en la iglesia jesuita de Tepotzotlán, Estado de México, en la iglesia de Santa Prisca en Taxco, Guerrero y en las catedrales de la ciudad de México y Puebla. Cabrera no sólo era pintor, sino que participó también en el intento de fundar una academia de Artes en 1753 y en 1756 se consagró como un intelectual, no sólo como artista, ya que publicó una narración sobre la imagen de la Virgen de Guadalupe en 1756 titulada "Maravilla americana y conjunto de raras maravillas observadas con la dirección de las reglas del arte de la pintura", una narración sobre la imagen de la Virgen Guadalupe en la imprenta del colegio jesuita de San Ildefonso. Su producción incluye además de la pintura de caballete, diseño de retablos, obras de gran formato, así como pequeñas obras en cobre y escudos de monja. La pintura religiosa de Cabrera produce figuras de notable belleza, una belleza entendida bajo los supuestos ideológicos de la devoción propia de la época. Es un arte refinado que posee una riqueza cromática bien dispuesta, se sostiene por un gran trabajo de composición y no menos importante, un dibujo sutil y expresivo. De todos los pintores de esa época, Cabrera fue el de mayor personalidad; el tratamiento convencional en sus figuras fue sin duda la base de su manera de pintar, pues colocaba en sus cuadros modelos que no eran ideales, sino que correspondían a personas que el artista conocía y trataba, como cuando incorporaba en algunos cuadros, retratos de donadores o de los llamados “prelados” pues tenía la necesidad de observar directamente y copiar de la naturaleza. Fue nombrado pintor de cámara del arzobispo Manuel Rubio y Salinas, quien le encargó estudiar y pintar la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, reproduciendo el ayate. La imagen fue enviada al papa Benedicto XIV, de quien obtuvo el máximo reconocimiento como pintor guadalupano. Entre los retratos que realizó, destacan el realizado a Sor JuanaInés de la Cruz, resguardado en el Museo Nacional de Historia, y el de Juan de Palafox y Mendoza, ubicado en el Museo de Arte Colonial de Morelia, Michoacán, México. Fue también pintor de la Compañía de Jesús, para cuyas iglesias realizó numerosas obras. En 1753 fue nombrado presidente vitalicio de la Academia de San Carlos. Su obra se conserva en muchas iglesias y conventos de México. También está presente en numerosas colecciones públicas y privadas. Dos de sus imágenes de la Virgen de Guadalupe se encuentran en el Museo de Vaticano. Otra, realizada en 1756, para el templo de San Francisco Javier, se conserva en el Museo Nacional del Virreinato. El Museum of Art de Dallas, conserva una Santa Gertrudis La Magna de Miguel Cabrera y otra representación de la Santa, también de Cabrera y datada en 1768, forma parte de la colección del Museo José Luis Bello y Zetina de Puebla, México. Asimismo, destacamos una importante serie de las pinturas de Castas de 1763 que se conserva en la colección del Museo de América en Madrid. En ellas se representan a las familias, padre, madre e hijo de las diversas castas y estratos sociales, en situaciones de la vida cotidiana. Por último, mencionar también a la Pinacoteca de La Profesa o la Colección Andrés Blaisten en México, como depositarias de la obra de Cabrera. Actualmente el Museo de América de Madrid está exhibiendo una importantísima retrospectiva del pintor.

Las pujas estan cerradas para este lote. Ver los resultados