Null VIGNY Alfred de (1797-1863) 
L.A.S. A Adolphe de Saint Valry, (s.L.), 7 de …
Descripción

VIGNY Alfred de (1797-1863) L.A.S. a Adolphe de Saint Valry, (s.l.), 7 de noviembre de 1826. 3 pp. in-4. Discurso. "[] Cansado de esperarte, no puedo resistir el deseo que hay en mí de expresarte el placer que me han producido tus dos poemas, y como no puedo decírtelo, te escribo que están llenos de una gracia ingenua que sólo te pertenece a ti en la familia de los poetas; tu abandono nunca es negligente y eso es lo que me sorprendería si tuviera tiempo, pero al decírtelo, la poesía me transporta y olvido mis planes de hacer comentarios, cada vez que cojo tu libro demasiado pequeño pero precursor, ¡espero de algún otro y te pasarías suavemente la vida oyéndote contar cosas tan bonitas! Me haces soñar con Lafontaine y Perrault, [] Ayer pasé un rato con Sir Walter Scott. El tío de mi esposa, su compatriota, me lo presentó. Os diré todo lo que observé en este ilustre anciano, sería demasiado largo escribirlo; lo encontré afectuoso y modesto, casi tímido; pero sufriente, pero afligido, pero demasiado viejo, lo que no esperaba. Me dolió. El 7 de noviembre de 1826, Walter Scott abandonó París, habiendo recibido el día anterior un ejemplar autografiado de Cinq-Mars de manos de su autor.

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VIGNY Alfred de (1797-1863) L.A.S. a Adolphe de Saint Valry, (s.l.), 7 de noviembre de 1826. 3 pp. in-4. Discurso. "[] Cansado de esperarte, no puedo resistir el deseo que hay en mí de expresarte el placer que me han producido tus dos poemas, y como no puedo decírtelo, te escribo que están llenos de una gracia ingenua que sólo te pertenece a ti en la familia de los poetas; tu abandono nunca es negligente y eso es lo que me sorprendería si tuviera tiempo, pero al decírtelo, la poesía me transporta y olvido mis planes de hacer comentarios, cada vez que cojo tu libro demasiado pequeño pero precursor, ¡espero de algún otro y te pasarías suavemente la vida oyéndote contar cosas tan bonitas! Me haces soñar con Lafontaine y Perrault, [] Ayer pasé un rato con Sir Walter Scott. El tío de mi esposa, su compatriota, me lo presentó. Os diré todo lo que observé en este ilustre anciano, sería demasiado largo escribirlo; lo encontré afectuoso y modesto, casi tímido; pero sufriente, pero afligido, pero demasiado viejo, lo que no esperaba. Me dolió. El 7 de noviembre de 1826, Walter Scott abandonó París, habiendo recibido el día anterior un ejemplar autografiado de Cinq-Mars de manos de su autor.

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