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AUSTRIA - BILLETE: 100 SCHILLING JOHANN STRAUSS 1960. su retrato, en el reverso Palacio de Schönbrunn - TTB +.

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AUSTRIA - BILLETE: 100 SCHILLING JOHANN STRAUSS 1960. su retrato, en el reverso Palacio de Schönbrunn - TTB +.

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ENTRADAS : 100 Francos Delacroix ; 100 Francos Corneille ; 50 Francos Racine ; 20 Francos Debussy ; 10 francos Voltaire y 10 francos Berlioz (4). Se adjunta un "préstamo" de oro al 3% de 1891 500 Francos n°574806. Muy usado. Usado. Bien. 20 euros Recordatorio histórico sobre los préstamos rusos Ha habido varios préstamos rusos. El primer préstamo data de 1888. El préstamo ruso de junio de 1906 fue un préstamo internacional firmado por Rusia para restablecer sus finanzas tras la guerra ruso-japonesa (2.250 millones de francos, la mitad de los cuales fueron cubiertos por Francia). El ahorro fue muy popular, hasta que desapareció en 1918. En los últimos años, el Estado ruso ha efectuado un "reembolso simbólico" a los titulares de estos préstamos. En la segunda mitad del siglo XIX, Francia estaba aislada en todos los sentidos en Europa. Las tensiones con su vecino alemán crecían día a día. Lógicamente, Francia buscó desarrollar una alianza poderosa en Europa. Rusia se convirtió en este "salvavidas" diplomático. En 1867, las compañías ferroviarias rusas lanzaron en Francia un empréstito llamado "Nicolas" para la construcción de nuevos ferrocarriles en Rusia. En aquella época, Rusia tenía una gran necesidad de capital, ligada a inversiones muy costosas. Este préstamo no fue el primero. En 1822, el gobierno ruso había emitido un préstamo en su propio nombre en Francia. En 1870, Francia estaba en guerra con Alemania. Las tensiones entre ambos países se agudizan con la anexión de Alsacia-Lorena a Alemania. Además de esta anexión militar (Tratado de Francfort - mayo de 1871), Francia se vio obligada a pagar a Alemania cinco mil millones de francos oro en concepto de indemnizaciones de guerra. En aquella época, era costumbre humillar al perdedor. Francia hizo lo mismo con Alemania tras la Primera Guerra Mundial. Esta derrota militar y el deseo de recuperar Alsacia-Lorena impulsaron a los sucesivos gobiernos franceses a buscar los favores de Rusia. Rusia se mostró tanto más receptiva cuanto que su principal fuente de capital, Alemania, se había agotado. Los alemanes invertían ahora en su territorio y las exportaciones de capital eran cada vez más escasas. En aquella época, las autoridades también consideraban a Rusia un país con una solvencia muy baja. En 1882 se firmó la alianza tripartita de Alemania, Austria-Hungría e Italia. Francia quedó definitivamente aislada en la Europa continental. Tenía que conseguir a toda costa una alianza con Rusia para evitar un conflicto armado que sería devastador para su territorio. Este acercamiento condujo a la firma de un acuerdo militar entre Rusia y Francia en 1892. En caso de invasión de Francia por Alemania, Rusia tendría que abrir un frente en el Este. A finales del siglo XIX, el gobierno francés hizo todo lo posible por establecer buenas relaciones con el Estado ruso, pero sin prestar a Rusia grandes sumas de dinero con cargo al presupuesto del Estado francés. El Estado francés, que en aquella época tenía que apoyar su propio desarrollo económico, optó por consolidar las relaciones con Rusia con el dinero de los ahorradores franceses. Rusia iba a emitir un número incalculable de bonos en territorio francés, incluidos bonos del Estado, bonos de las autoridades locales y bonos ferroviarios. Estos préstamos permitieron a Rusia crear decenas de miles de kilómetros de líneas ferroviarias, abrir el ferrocarril transiberiano y desarrollar nuevas industrias (química) y otras más antiguas (minería). Renombradas empresas francesas invirtieron en los estados satélites de Rusia, un mercado de futuro. El dinero francés permitió a Rusia desarrollarse muy fuertemente en pocos años. Sin este dinero, el Estado ruso no habría podido alcanzar su nivel tecnológico. Durante treinta años, el gobierno y los medios de comunicación franceses animaron a los ahorradores franceses a invertir en Rusia casi un tercio de los ahorros franceses. Un tercio del ahorro francés se invirtió en Rusia, lo que supuso unos 15.000 millones de francos oro. Entre 1887 y 1913, las exportaciones netas de capital correspondieron al 3,5% del PNB francés. "¡Prestar a Rusia es prestar a Francia! Esta frase procede de los carteles publicitarios que incitan a los ahorradores a comprar bonos rusos. Los riesgos para la solvencia del Estado ruso, que habían llevado a Alemania a suspender todo préstamo a Rusia, no parecían apagar el optimismo de los gobiernos franceses.