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Objeto: +/-154 sílex tallados de Murs (Chatemuye) Francia Musteriense incluyendo lascas, raspadores, herramientas.

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Objeto: +/-154 sílex tallados de Murs (Chatemuye) Francia Musteriense incluyendo lascas, raspadores, herramientas.

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Alberto SAVINIO (1891-1952) Máquina para abonar árboles, 1929 Óleo sobre lienzo firmado y fechado abajo a la izquierda. Pequeños desconchones y faltas, restauración. 81 x 65 cm Procedencia: Colección Jeanne Castel, París; colección privada, París Bibliografía: Fagiolo, 1980, p. 221; Vivarelli, catalogo Verona, 1990-1991, p.154?; Pia Vivarelli, Alberto Savinio, catalogo generale, Electa, Milano, 1996 reproducido y descrito p. 65, nº 1929 7. Agradecemos al Archivio Alberto Savinio la confirmación de la autenticidad de esta obra. Se entregará al comprador un certificado del Archivio Alberto Savinio. "La estancia parisina: en la primera exposición de Savinio, inaugurada el 20 de octubre de 1927 en la Galería Jacques Bernheim de París, se presentaron nada menos que veintiséis cuadros y un número indeterminado de dibujos... La primera exposición de Savinio tuvo una buena acogida. Sin embargo, no fue hasta 1929 -un año de intenso trabajo, con no menos de sesenta y seis cuadros, casi todos fechados por el artista- cuando las obras de Savinio se expusieron en la colección personal de Paul Guillaume, en exposiciones colectivas de artistas en torno a Léonce Rosenberg, en la galería L'Effort Moderne, y en exposiciones de pintores italianos, en la galería Zak y en la galería Bonaparte... Por último, no hay pruebas documentales de una exposición individual, también en 1929, en la galería Jeanne Castel, lo que indican varias fuentes: una hoja informativa, fechada el 15 de diciembre de 1932, redactada por el propio Savinio y enviada a la Bienal de Venecia (A.S.A.C. de Venecia) y en la nota biográfica incluida en el ensayo de Costantini de 1934. Aunque es muy probable que el galerista con el que el artista tenía un contrato de exclusividad organizara una exposición individual de sus cuadros, no se ha encontrado rastro de ella en las revistas de arte de la época, ni en las de 1929 ni en las posteriores ......." en Alberto Savinio, catalogo generale, Pia Vivarelli, Electa, Milán, 1996. "A partir de 1928, la tensión narrativa de Savinio por un mundo complejo y primordial y, según el principio heracliteano, un mundo en continuo devenir, se hizo más clara. En la rica iconografía de su producción parisina, caracterizada por una imaginería polimorfa y apariciones cambiantes y fantásticas, aparece en 1927-1928 el tema de los juguetes. A partir de los años treinta, el ciclo es tratado como una acumulación de objetos abandonados en el bosque o en la playa, un monumento piramidal de dudosa estabilidad montado sobre rocas y plataformas, un monumento funerario, el preciado botín de un pirata abandonado en el mar, una máquina universal o una máquina para fertilizar árboles" en Nicoletta Cardano, Alberto Savinio, la Comedia dell'Arte, Milano Palazzo Reale, 2011, cat. "Jeanne Castel, secretaria del director de la galería Paul Guillaume y marchante de arte, fue una de las primeras marchantes de París en interesarse por los cuadros de Savinio. Ella y Savinio firmaron un contrato a finales de 1927, documentado en una carta que Savinio escribió a Lionello Fiumi el 5 de noviembre del mismo año (publicada en Realtà, noviembre-diciembre de 1954)" en Alberto Savinio, pinturas y dibujos, 1925-1952, Accademia Italiana delle Arti e dellle Arti Applicate, Londres, 1992, cat.

ALBERT RÀFOLS CASAMADA (Barcelona, 1923 - 2009). "Atanor", 1989. Acrílico sobre lienzo. Firmado, fechado y titulado al dorso. Presenta etiqueta de la galería Soledad Lorenzo. Medidas: 150 x 150 cm; 154 x 154 cm (marco). El término "Atanor" tiene claras connotaciones alquímicas. Al utilizarlo como título, Ràfols-Casamada puede estar sugiriendo una transformación interna y espiritual, un proceso de creación y cambio que vertebra tanto el arte como la vida. Sobre un fondo marrón con trazos siena diferentes conductos y pequeños orificios describen una cartografía críptica que puede evocar el sistema de tubos, crisoles y atanores de arcilla utilizado por los alquimistas. La abstracción de Ràfols Casamada se empapa aquí de cadencias líricas, y despierta emociones profundas con los mínimos elementos. Los colores terrosos, siena y ámbar, interrumpidos por azules moteados, nos remiten a la idea de la combustión alquímica y al fuego que transmuta y purifica los materiales. Pintor, pedagogo, escritor y artista gráfico, Ràfols Casamada goza hoy de gran prestigio internacional. Se inició en el mundo del dibujo y la pintura con su padre, Albert Ràfols Cullerés. En 1942 inició estudios de arquitectura, aunque pronto los abandonó para dedicarse a las artes plásticas. La influencia paterna postimpresionista y su particular cézannismo marcan las obras presentadas en su primera exposición, celebrada en 1946 en las galerías Pictòria de Barcelona, donde expuso con el grupo Els Vuit. Posteriormente, elaborará una abstracción poética, amorfa en su configuración, libre e inteligente, fruto de una lenta gestación y basada en ambientes, temas, objetos o grafismos de la vida cotidiana. Ràfols Casamada trabaja con estos fragmentos de realidad, de vida, en un proceso de desfiguración, jugando con las connotaciones, los valores plásticos y la riqueza visual de las diferentes lecturas posibles, en un intento de fijar la fugacidad de la realidad. En 1950 obtuvo una beca para viajar a Francia, y se instaló en París hasta 1954. Allí conoció la pintura figurativa postcubista, así como la obra de Picasso, Matisse, Braque y Miró, entre otros. Estas influencias se unieron en su pintura a la del expresionismo abstracto americano, que se desarrollaba al mismo tiempo. Cuando finalmente regresó a Barcelona, emprendió su propio camino artístico, con un estilo caracterizado por la elegancia compositiva, basado en estructuras ortogonales combinadas con un cromatismo emotivo y luminoso. Tras mostrar una interesante relación, en los años sesenta y setenta, con el neodada y el nuevo realismo, su obra se ha centrado en valores puramente pictóricos: campos de color en expresiva armonía sobre los que destacan líneas gestuales de carboncillo. Ha recibido numerosos galardones, como el Premio Nacional de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura en 1980, la Creu de Sant Jordi en 1982 y el Premio de las Artes de la CEOE en 1991. En 1985 fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, y es miembro honorario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. En 2003 la Generalitat le concedió el Premio Nacional de Artes Plásticas de Cataluña, y en 2009, sólo dos meses antes de su muerte, el Grup 62 le rindió homenaje en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Su obra se encuentra en los museos más importantes del mundo: el Reina Sofía de Madrid, el Guggenheim y el MOMA de Nueva York, el Museum of Modern Art de Los Ángeles, el Museo Picasso de Francia, el Georges Pompidou de París y el British Museum y la Tate Gallery de Londres, entre muchos otros.