FONDERIES DE SAINT-DIZIER BARANDILLAS AL ESTILO DE HECTOR GUIMARD (1867-1924)
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FONDERIES DE SAINT-DIZIER

BARANDILLAS AL ESTILO DE HECTOR GUIMARD (1867-1924) Hierro fundido, decorado con entrelazos vegetales estilizados. c. 1900. Alto. 92 cm; Anchura. 81 cm; Profundidad. 2 cm. Oxidado.

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Escuela italiana, segunda mitad del siglo XVIII. "Escena mitológica". Óleo sobre lienzo. Medidas: 41 x 113 cm; 47,5 x 119 cm (marco). Este cuadro de tema mitológico, posiblemente inspirado en algún episodio de la Ilíada, podría representar el entierro de Héctor. Del cuerpo sin vida del héroe sólo se muestra un brazo, musculoso. El resto del cuerpo, colocado en un ataúd de madera por sus amigos, está cubierto por un sudario blanco. El padre del príncipe troyano, Príamo, se cubre el rostro en un gesto que transmite un tremendo dolor. Cada personaje ha sido esculpido con una iluminación contrastada que resalta la dureza anatómica de los hombres y la delicadeza de los rasgos de las mujeres. Un sirviente sostiene una antorcha para iluminar el interior de la cripta donde el cuerpo será depositado para el descanso eterno. Esta luz ardiente confiere calidad e intimidad a la atmósfera de dolor compartido. Este cuadro pertenece a las tendencias neoclásicas del siglo XVIII en cuanto a ofrecer ejemplos morales de virtud inspirados en la Antigüedad pero con mensajes velados para sus contemporáneos. Estilísticamente, sin embargo, sigue afiliado al Barroco tardío. Homero cuenta que el cadáver de Héctor había sido atado al carro de Aquiles, que lo arrastró fuera de las murallas. Durante doce días, el cuerpo estuvo expuesto al sol y a los animales, pero el dios Apolo lo protegió y preservó de la putrefacción. Finalmente, el rey Príamo, con la ayuda de Hermes, se aventuró hasta la tienda de Aquiles y le rogó que se lo devolviera. Aquiles se apiadó y, a cambio de un rescate, entregó el cuerpo de Héctor a su padre, que regresó a Troya para realizar el funeral.