Glafey,A.F.
Pragmática Historia de la Corona de Bohemia, en la que lo sucedido b…
Descripción

Glafey,A.F. Pragmática Historia de la Corona de Bohemia, en la que lo sucedido bajo cada duque y rey... digno de mención... es tratado. Lpz., Riegel 1729. 4°. Con grabados. Anverso. Tapa dura central (rozada, juntas desconchadas). Adelung II, 1475. Primera edición. - Bosquejo histórico desde los carolingios hasta Carlos VI - Algunas arrugas, ligeramente pardeado y manchado en algunas partes, inscripción bíblica en la cubierta.

1905 

Glafey,A.F. Pragmática Historia de la Corona de Bohemia, en la que lo sucedido bajo cada duque y rey... digno de mención... es tratado. Lpz., Riegel 1729. 4°. Con grabados. Anverso. Tapa dura central (rozada, juntas desconchadas). Adelung II, 1475. Primera edición. - Bosquejo histórico desde los carolingios hasta Carlos VI - Algunas arrugas, ligeramente pardeado y manchado en algunas partes, inscripción bíblica en la cubierta.

Las pujas estan cerradas para este lote. Ver los resultados

Podría interesarle

Escuela italiana; principios del siglo XVII. "Cristo Muerto". Bronce. Base de hierro de época posterior. Medidas: 42 x 35 x 8 cm; 55 x 35 x 11 cm (base). El acabado pulido del material, la simetría y el modelado de las formas que siguen el canon clásico de una anatomía equilibrada e idealizada, conforman una imagen que, a pesar del dramatismo que encierra el tema de la crucifixión, transmite una belleza inmutable que proviene de la serenidad estética con la que el escultor ha concebido la obra. En cuanto a la escultura, en este caso observamos cómo el artista utiliza sólo tres clavos, acentuando así el dramatismo de la escena, que se ve realzado por el alargamiento de las extremidades superiores que reflejan cómo Cristo soporta toda la carga de su cuerpo, con el rostro hacia abajo, exhausto, y los ojos cerrados, indicando su muerte. Estilísticamente, gran interés e influencia de la estatuaria clásica que se aprecia en la presencia de una anatomía idealizada, el drapeado y la curvatura que adopta el cuerpo con las piernas flexionadas hacia la derecha, que desplazan ligeramente las caderas, recordando en cierto modo a la curva praxitélica. Las crucifixiones y los crucifijos han aparecido en la historia del arte y de la cultura popular desde antes de la era del Imperio Romano pagano. La crucifixión de Jesús se representa en el arte religioso desde el siglo IV. Es uno de los temas más recurrentes del arte cristiano y el que presenta una iconografía más evidente. Aunque a veces se representa a Cristo vestido, lo habitual es representar su cuerpo desnudo, aunque con los genitales cubiertos con un paño de pureza (perizonium); los desnudos integrales son muy raros, pero destacados (Brunelleschi, Miguel Ángel, Cellini). Las convenciones de representación de las distintas actitudes de Cristo crucificado se designan con las expresiones latinas Christus triumphans ("triunfante" -no confundir con la Maiestas Domini o el Pantocrátor-), Christus patiens ("resignado" -no confundir con el Cristo de la paciencia-) y Christus dolens ("sufriente" -no confundir con el Vir dolorum-). El triumphans se representa vivo, con los ojos abiertos y el cuerpo erguido; el patiens se representa muerto, con la voluntad totalmente vaciada (kenosis), la cabeza inclinada, el rostro con expresión serena, los ojos cerrados y el cuerpo arqueado, mostrando las cinco llagas; el dolens se representa de forma similar al patiens, pero con un gesto de dolor, sobre todo en la boca.

Escuela italiana; siglo XVIII. "Cristo crucificado". Bronce dorado y base de hierro. Medidas: 29 x 20 x 9 cm; 49 x 20 cm (base). En esta escultura devocional del Crucificado, el modelado de las formas sigue un canon clásico de anatomía equilibrada que transmite una belleza inmutable, respondiendo a un concepto de serenidad estética según la escuela italiana. Estamos ante una escuela adscrita al barroco clasicista, alejada del dramatismo del barroco dominante. El acabado pulido del bronce dorado y la línea sinuosa que dibuja el cuerpo (ya relajado, tras el último suspiro) lo impregnan de un pathos contenido. Una anatomía equilibrada y perfectamente estudiada denota la habilidad artística del escultor, que refleja como nadie el sufrimiento que padeció Cristo en sus últimos segundos de vida. Las crucifixiones y los crucifijos han aparecido en la historia del arte y de la cultura popular desde antes de la era del Imperio Romano pagano. La crucifixión de Jesús se representa en el arte religioso desde el siglo IV. Es uno de los temas más recurrentes del arte cristiano y el que presenta una iconografía más evidente. Aunque a veces se representa a Cristo vestido, lo habitual es representar su cuerpo desnudo, aunque con los genitales cubiertos con un paño de pureza (perizonium); los desnudos integrales son muy raros, pero destacados (Brunelleschi, Miguel Ángel, Cellini). Las convenciones de representación de las distintas actitudes de Cristo crucificado se designan con las expresiones latinas Christus triumphans ("triunfante" -no confundir con la Maiestas Domini o el Pantocrátor-), Christus patiens ("resignado" -no confundir con el Cristo de la paciencia-) y Christus dolens ("sufriente" -no confundir con el Vir dolorum-). El triumphans se representa vivo, con los ojos abiertos y el cuerpo erguido; el patiens se representa muerto, con la voluntad totalmente vaciada (kenosis), la cabeza inclinada, el rostro con expresión serena, los ojos cerrados y el cuerpo arqueado, mostrando las cinco llagas; el dolens se representa de forma similar al patiens, pero con un gesto de dolor, sobre todo en la boca (curvada).

ILMARI TAPIOVAARA (Finlandia, 1914-1999) para La Permanente Mobili Cantù. Conjunto de cuatro sillas. Madera de haya oscura y cuero coñac. En buen estado con signos de uso y antigüedad. Medidas: 48 x 60 x 92 cm. Estas robustas sillas de Ilmari Tapiovaara presentan estructuras marcadamente geométricas para el asiento y el respaldo. Las juntas son muy visibles, lo que realza su carácter artesanal. Ilmari Tapiovaara fue un pionero del nuevo diseño surgido tras la II Guerra Mundial, que dejó de ser un lujo cultural para extenderse a toda la sociedad.Estudió en la Escuela de Artes Aplicadas de Helsinki, donde entró en contacto con el Funcionalismo, los diseños de mobiliario de Alvar Aalto y el Movimiento Moderno. Más tarde, sus prácticas en el estudio de Le Corbusier completaron su formación. El estrecho contacto con la naturaleza que disfrutó en su juventud también influiría en su orientación: "La naturaleza es el mejor y más cercano manual para el diseñador industrial". Tapiovaara tuvo que enfrentarse a los nuevos retos pragmáticos que planteaba el diseño industrial moderno: ensamblaje de piezas en serie, embalaje racional para el transporte y la exportación, solidez, ergonomía y exploración de técnicas y materiales. El resultado fueron diseños irónicos y persuasivos, que aludían sutilmente a la tradición y al mismo tiempo eran transgresores e intemporales, buscando la poética de la forma. Ilmari Tapiovaara murió tras sentar las bases del desarrollo del incipiente diseño industrial. Una característica de Tapiovaara era la exploración de su obra a través de la multiplicidad: de cada pieza importante creaba numerosas versiones y reediciones multiformes. Este fue el caso de piezas como la silla Fanett-Mademoiselle (1957); la famosa silla Domus (abedul macizo y madera contrachapada lacada), creada en 1946 para formar parte del mobiliario de la residencia de estudiantes Domus Académica, producida posteriormente por Knoll como FinnChair y de la que se hicieron múltiples versiones a lo largo de las décadas, o la mesa Trienna (1954); la silla Lukki, de acero tubular curvado y madera contrachapada, apilable en diferentes versiones en 1954 y 1956; la cubertería Otto (1986), o la lámpara Maija Mehiläinen para Asko (1957), que más tarde publicó Santa & Cole.Sus proyectos de interiorismo en Finlandia, Estados Unidos y Europa, como el OKO Bank de Helsinki, las salas de exposición de Olivetti, el Hotel Intercontinental, etc. Tapiovaara también dedicó parte de su carrera profesional a la enseñanza (en Estados Unidos y Finlandia). Creía que había que enseñar filosofía a los diseñadores, pues sin ideas no hay diseño, y opinaba que "Leonardo fue el más famoso y quizá el mejor diseñador de productos de la historia".