ESCUELA SEVILLANA, S. XX
Vista de Sevilla Firmado y fechado en 1995. Rotulador s…
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ESCUELA SEVILLANA, S. XX Vista de Sevilla Firmado y fechado en 1995. Rotulador sobre papel 24 x 34 cm

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ESCUELA SEVILLANA, S. XX

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ANDRÉS CORTÉS Y AGUILAR (Sevilla, 1812 - Sevilla 1879). "Paisajes. Óleo sobre lienzo (x2). Conserva lienzo original. Presentan restauraciones en las superficies pictóricas. Tienen marcos del siglo XIX. Firmados en el ángulo inferior derecho. Medidas: 63 x 83,5 cm (x2); 73,5 x 95 cm (marcos, x2). Pareja de paisajes idealizados, de composición armónica y división en varios planos. En el centro de cada una de las escenas aparece un grupo de personajes de apariencia cotidiana, vestidos con ropas tradicionales, acompañados de animales. Es evidente la relación de las dos obras con una de las corrientes pictóricas más importantes de la España decimonónica como es el Costumbrismo, concretamente la corriente andaluza, caracterizada por un colorido más vivo que la madrileña, y una temática diferente (normalmente prefieren mostrar tipos populares tradicionales de esta zona, con una clara predilección por los bandoleros, siguiendo el gusto por lo "exótico" que tenían los europeos que llegaban a España o conocían esta temática por relatos y noticias, muchas veces idealizados y con un cierto sentido "romántico"). Pintor de obra prolífica y muy personal, existen, sin embargo, pocos datos precisos sobre su vida. Su padre, Antonio Cortés, residía en Francia y había sido discípulo del paisajista y pintor de animales Constantin Troyon (1810-1865), lo que sin duda debió marcar desde sus primeros pasos artísticos, junto a su padre, la preferencia de Andrés Cortés por la pintura de paisajes con rebaños; género en el que se convertiría en uno de los más destacados especialistas de su tiempo, y que define buena parte de su producción. Presente desde 1840 en Sevilla, donde viviría toda su vida y afianzaría su carrera, fue profesor de la Escuela de Bellas Artes y miembro de su Academia desde 1862, alcanzando pronto fama en los círculos artísticos sevillanos con sus atractivas panorámicas de la ciudad pobladas de figuras, por las que hoy es más conocido, y que le dieron en su tiempo una notable reputación entre la clientela de la alta sociedad sevillana. Entre ellas, las más famosas son sin duda sus versiones de La Feria de Sevilla; la primera pintada para el Conde de Ybarra, promotor de esta popular feria ganadera, y la otra, firmada en 1852, que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Dentro del mismo género, Andrés Cortés pintó otras vistas sevillanas de composición igualmente ambiciosa, atenta tanto a la descripción de edificios y monumentos como a la de los tipos y vestimentas de los personajes que los pueblan, con un colorido vivo y brillante; aspectos en los que radica gran parte de su atractivo, destacando entre ellas la Vista de Sevilla desde el Prado de San Sebastián, pintada en 1866 (Sevilla, colección Javier Benjumea). Sin embargo, la mayoría de los cuadros más conocidos del artista, y con los que debió de mantener su carrera, por su fácil venta y su pintoresquismo decorativo, fueron paisajes rurales con rebaños, casi siempre de ovejas o vacas guiadas por sus pastores, de los que son buenos ejemplos los siguientes: Camino de la Feria (Sevilla, Conde de Aguiar), Paisaje con pastores y ganado (Palma del Condado, Colección Cepeda), Paisaje de fantasía (Madrid, Fundación Santamarca), y los paisajes con figuras de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. También pintó algunos retratos discretos, como los de Nicolás Antonio (Sevilla, Biblioteca Colombina), firmado en 1851; José María Ybarra (Sevilla, Conde de Ybarra), obra de 1854; y el de Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz (Sevilla, Ayuntamiento), firmado dos años más tarde. Fue también un interesante pintor de tipos, faceta de la que son buenos ejemplos El tío Gamboa de Hinojos (colección particular), pintado en 1857, y El Leñador se está cosiendo la ropa (Sevilla, colección particular). Conocemos también algunos cuadros religiosos de su mano, como La caridad de las Hermanas de San Vicente de Paúl (Sevilla, Ayuntamiento; depositado en el Hogar de la Virgen de los Reyes), pintado en 1847, y sabemos también de un gran lienzo histórico pintado por Cortés en 1848 representando a Guzmán el Bueno armando a su hijo como caballero, que tuvo cierto eco en la prensa sevillana de la época y fue adquirido por los duques de Montpensier. Participante en las exposiciones de Bellas Artes que se celebraban en la ciudad, en 1858 le fue concedida una medalla de plata por Un país, presentando en 1868 Una cabaña. El reconocimiento del que gozó en su ciudad le colmó de honores y distinciones locales, llegando a ser miembro fundador de la Diputación Arqueológica de Sevilla, presidente de su clase de Artes, correspondiente de la Real Academia de Arqueología y Geografía del Príncipe Alfonso y de la de Córdoba, y miembro de la Academia de Emulación y Fomento, además de ser condecorado con varias cruces. Presentan restauraciones en las superficies pictóricas.