Escuela española; finales del siglo XIX. "Retrato de torero. Óleo sobre lienzo. Buen estado de conservación. Medidas: 53 x 40 cm; 65 x 52 cm (marco). Retrato de busto en el que se representa una figura masculina que destaca por la sobriedad y rotundidad de los gestos. Su indumentaria denota que se trata de la representación de un torero, característica que armoniza con la impresión psicológica que transmite la pieza. Esta obra se inscribe en el auge del regionalismo en España en la segunda mitad del siglo XIX y el primer tercio del XX, cuando se desarrolló un arte de herencia romántica y costumbrista, de estilo realista y minucioso, centrado en la representación de asuntos, temas y personajes que reflejaban un nuevo sentido del folclore. En este contexto, los pintores trataron de reflejar los tipos y costumbres de su propia tierra, que la hacían diferente y única, reivindicando así sus propias raíces y, sobre todo, las tradiciones y formas de vestir y comportarse que se veían amenazadas por el notable crecimiento de las zonas urbanas y la imposición de nuevas modas traídas de fuera. El arte, fundamentalmente en su vertiente pictórica, se convirtió así, en cierto modo, en un vehículo de expresión capaz de dar a conocer las peculiaridades regionales al resto de la nación.