Null Escuela italiana; siglo XVIII.

"Guerrero clásico".

Óleo sobre lienzo. Rec…
Descripción

Escuela italiana; siglo XVIII. "Guerrero clásico". Óleo sobre lienzo. Recoloración antigua. Conserva marco de época. Medidas: 75 x 59,5 cm; 86 x 70 cm (marco). Retrato en el que se presenta a un joven de busto alargado inmerso en un paisaje. La figura destaca por su monumentalidad, que se debe no sólo a sus dimensiones sino también a su indumentaria, ya que va vestido con atuendo militar. El retrato fue una de las manifestaciones más originales y características del arte romano. El origen del retrato romano parece estar más ligado a un concepto que a una expresión artística, y refleja la filosofía vital de aquel pueblo como ningún otro género artístico. En su formación es posible detectar tres raíces: La etrusco-itálica, la griega y la corriente indígena de las "maiorum imagines" o máscaras funerarias. La combinación de todas ellas dará como resultado una obra inconfundible y genuina. Esta tradición estética continuó a partir del Renacimiento, cuando se inició un proceso de reinterpretación de los textos clásicos y, por supuesto, de las obras de arte, que ejerció una gran influencia tanto técnica como formal y temática. Al igual que en el resto de Europa, durante este periodo el retrato se convirtió en el género protagonista por excelencia de la pintura italiana como consecuencia de las nuevas estructuras sociales que se establecieron en el mundo occidental durante este siglo, encarnando la máxima expresión de la transformación en el gusto y la mentalidad de la nueva clientela surgida entre la nobleza y la alta burguesía adinerada, que iban a tomar las riendas de la historia en este periodo. Mientras los círculos oficiales daban preferencia a otros géneros artísticos, como la pintura de historia, y los incipientes coleccionistas fomentaban la profusión de cuadros de género, los retratos eran muy solicitados en las pinturas destinadas al ámbito más privado, como reflejo del valor del individuo en la nueva sociedad. Este género encarna la presencia permanente de la imagen de sus protagonistas, para ser disfrutada en la intimidad de un estudio, en el calor cotidiano de un gabinete familiar o presidiendo las principales estancias de la casa.

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Escuela italiana; siglo XVIII. "Guerrero clásico". Óleo sobre lienzo. Recoloración antigua. Conserva marco de época. Medidas: 75 x 59,5 cm; 86 x 70 cm (marco). Retrato en el que se presenta a un joven de busto alargado inmerso en un paisaje. La figura destaca por su monumentalidad, que se debe no sólo a sus dimensiones sino también a su indumentaria, ya que va vestido con atuendo militar. El retrato fue una de las manifestaciones más originales y características del arte romano. El origen del retrato romano parece estar más ligado a un concepto que a una expresión artística, y refleja la filosofía vital de aquel pueblo como ningún otro género artístico. En su formación es posible detectar tres raíces: La etrusco-itálica, la griega y la corriente indígena de las "maiorum imagines" o máscaras funerarias. La combinación de todas ellas dará como resultado una obra inconfundible y genuina. Esta tradición estética continuó a partir del Renacimiento, cuando se inició un proceso de reinterpretación de los textos clásicos y, por supuesto, de las obras de arte, que ejerció una gran influencia tanto técnica como formal y temática. Al igual que en el resto de Europa, durante este periodo el retrato se convirtió en el género protagonista por excelencia de la pintura italiana como consecuencia de las nuevas estructuras sociales que se establecieron en el mundo occidental durante este siglo, encarnando la máxima expresión de la transformación en el gusto y la mentalidad de la nueva clientela surgida entre la nobleza y la alta burguesía adinerada, que iban a tomar las riendas de la historia en este periodo. Mientras los círculos oficiales daban preferencia a otros géneros artísticos, como la pintura de historia, y los incipientes coleccionistas fomentaban la profusión de cuadros de género, los retratos eran muy solicitados en las pinturas destinadas al ámbito más privado, como reflejo del valor del individuo en la nueva sociedad. Este género encarna la presencia permanente de la imagen de sus protagonistas, para ser disfrutada en la intimidad de un estudio, en el calor cotidiano de un gabinete familiar o presidiendo las principales estancias de la casa.

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