Null Escuela italiana; finales del siglo XVIII. 

"Dios apareciéndose a Abraham"…
Descripción

Escuela italiana; finales del siglo XVIII. "Dios apareciéndose a Abraham". Óleo sobre lienzo. Revestido. Medidas: 100 x 125 cm; 114 x 140 cm (marco). Esta obra recoge una narración bíblica del Antiguo Testamento (Génesis 18). Habla del embarazo de Sara, además de tratar temas como la fidelidad de Dios para cumplir sus promesas, la importancia de la hospitalidad y la misericordia. En este caso concreto vemos las monumentales figuras de Abraham y Dios en la zona derecha de la composición, cada una de ellas dominando un espacio, el terrenal y el celestial. Detrás, varios personajes y animales completan la escena, creando así una composición de carácter narrativo que indica la función instructiva de la misma. Estéticamente la obra recuerda en gran medida a la pintura de Luca Giordano, el pintor napolitano más destacado de finales del siglo XVII, y uno de los principales representantes del último barroco italiano.Pintor y grabador, conocido en España como Lucas Jordán, Giordano gozó de gran popularidad en vida, tanto en su Italia natal como en nuestro país. Sin embargo, tras su muerte su obra fue a menudo criticada por su rapidez de ejecución, opuesta a la estética grecolatina. Se cree que se formó en el entorno de Ribera, cuyo estilo siguió en un principio. Sin embargo, pronto viajó a Roma y Venecia, donde estudió a Veronés, cuya influencia se ha dejado sentir desde entonces en su obra. Este viaje fue clave para la maduración de su estilo, así como las influencias de otros artistas como Mattia Preti, Rubens, Bernini y, sobre todo, Pietro da Cortona. A finales de la década de 1670, Giordano comenzó sus grandes decoraciones murales (Montecassino y San Gregorio Armeno en Nápoles), a las que siguieron, a partir de 1682, otros proyectos, como las pinturas murales de la galería y la biblioteca del palacio Medici Ricardi de Florencia. En 1692 fue llamado a Madrid para realizar obras murales en el monasterio de El Escorial, donde trabajó de 1692 a 1694. Más tarde pintó también el despacho y el dormitorio de Carlos II en el Palacio Real de Aranjuez, y tras éstos acometió las pinturas del Casón del Buen Retiro (hacia 1697), la sacristía de la catedral de Toledo (1698), la capilla real del Alcázar y San Antonio de los Portugueses (1699). Sin embargo, los encargos reales cesaron con la llegada de Felipe V en 1701 y el inicio de la Guerra de Sucesión, por lo que Giordano regresó a Nápoles en 1702, aunque desde allí continuó enviando pinturas a España. En la actualidad, las obras de Giordano se conservan en las pinacotecas más importantes del mundo, como el Museo del Prado, el Hermitage de San Petersburgo, el Louvre de París, el Kunsthistorisches de Viena, el Metropolitan de Nueva York y la National Gallery de Londres.

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Escuela italiana; finales del siglo XVIII. "Dios apareciéndose a Abraham". Óleo sobre lienzo. Revestido. Medidas: 100 x 125 cm; 114 x 140 cm (marco). Esta obra recoge una narración bíblica del Antiguo Testamento (Génesis 18). Habla del embarazo de Sara, además de tratar temas como la fidelidad de Dios para cumplir sus promesas, la importancia de la hospitalidad y la misericordia. En este caso concreto vemos las monumentales figuras de Abraham y Dios en la zona derecha de la composición, cada una de ellas dominando un espacio, el terrenal y el celestial. Detrás, varios personajes y animales completan la escena, creando así una composición de carácter narrativo que indica la función instructiva de la misma. Estéticamente la obra recuerda en gran medida a la pintura de Luca Giordano, el pintor napolitano más destacado de finales del siglo XVII, y uno de los principales representantes del último barroco italiano.Pintor y grabador, conocido en España como Lucas Jordán, Giordano gozó de gran popularidad en vida, tanto en su Italia natal como en nuestro país. Sin embargo, tras su muerte su obra fue a menudo criticada por su rapidez de ejecución, opuesta a la estética grecolatina. Se cree que se formó en el entorno de Ribera, cuyo estilo siguió en un principio. Sin embargo, pronto viajó a Roma y Venecia, donde estudió a Veronés, cuya influencia se ha dejado sentir desde entonces en su obra. Este viaje fue clave para la maduración de su estilo, así como las influencias de otros artistas como Mattia Preti, Rubens, Bernini y, sobre todo, Pietro da Cortona. A finales de la década de 1670, Giordano comenzó sus grandes decoraciones murales (Montecassino y San Gregorio Armeno en Nápoles), a las que siguieron, a partir de 1682, otros proyectos, como las pinturas murales de la galería y la biblioteca del palacio Medici Ricardi de Florencia. En 1692 fue llamado a Madrid para realizar obras murales en el monasterio de El Escorial, donde trabajó de 1692 a 1694. Más tarde pintó también el despacho y el dormitorio de Carlos II en el Palacio Real de Aranjuez, y tras éstos acometió las pinturas del Casón del Buen Retiro (hacia 1697), la sacristía de la catedral de Toledo (1698), la capilla real del Alcázar y San Antonio de los Portugueses (1699). Sin embargo, los encargos reales cesaron con la llegada de Felipe V en 1701 y el inicio de la Guerra de Sucesión, por lo que Giordano regresó a Nápoles en 1702, aunque desde allí continuó enviando pinturas a España. En la actualidad, las obras de Giordano se conservan en las pinacotecas más importantes del mundo, como el Museo del Prado, el Hermitage de San Petersburgo, el Louvre de París, el Kunsthistorisches de Viena, el Metropolitan de Nueva York y la National Gallery de Londres.

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