1 / 5

Descripción

Escuela italiana; siglo XVI. "Cristo llevando la cruz". Óleo sobre tabla. Presenta faltas y restauraciones. Medidas: 65 x 43 cm. Modelo de Sebastiano Piombo. La concentración que muestra el rostro de Cristo, con los párpados caídos y la boca entreabierta, exalta la devoción del fiel, que ante la sobriedad de la escena contempla los últimos momentos de la vida de Jesús. El autor sólo refleja el busto del protagonista y parte de la cruz, aunque no en su totalidad, reduciendo los elementos al mínimo para crear una imagen de emoción contenida. Esta contención se aprecia también en el tratamiento técnico de la anatomía, donde las manos y el brazo que se ven bajo la túnica muestran la tensión de las venas, cargadas con la fuerza de portar la cruz. Esta habilidad artística se refleja también en pequeños detalles como las gotas de sangre provocadas por la corona de espinas, que no caen de forma dramática sobre el rostro, y las lágrimas transparentes que humedecen las mejillas del protagonista. En este lienzo el autor representa uno de los momentos más dramáticos del Vía Crucis, el instante en que Cristo soporta el peso de la cruz. En este episodio es habitual ver a Simón el Cirineo ayudando a Jesús a cargar con la cruz, o a la Verónica ofreciéndole un paño para limpiarle el rostro de sangre y sudor. Sin embargo, el autor de este lienzo prescinde de estos personajes y no busca otro significado teológico que el del propio sufrimiento y sacrificio voluntario de Cristo en favor de la humanidad. De hecho, esta generosidad suprema se ve reforzada por la propia mirada de Jesús, que evita la nuestra, volviéndose hacia un lado, hacia algo que no vemos porque está fuera del cuadro. La pintura barroca es uno de los ejemplos más auténticos y personales de nuestro arte, porque su concepción y su forma de expresión surgieron del pueblo y de los sentimientos más profundos que anidaban en él. Con la economía del Estado quebrada, la nobleza en decadencia y el alto clero agobiado por los pesados impuestos, fueron los monasterios, las parroquias y las cofradías de clérigos y seglares quienes promovieron su desarrollo, y las obras se financiaron a veces por suscripción popular. La pintura se vio así obligada a plasmar los ideales imperantes en estos ambientes, que no eran otros que los religiosos, en un momento en que la doctrina de la Contrarreforma exigía al arte un lenguaje realista para que los fieles comprendieran y se identificaran con lo representado, y una expresión dotada de un intenso contenido emocional para aumentar el fervor y la devoción del pueblo. El tema religioso es, por tanto, el más recurrente. Presenta faltas y restauraciones.

Traducido automáticamente por DeepL.
Para ver la versión original, haga clic aquí.

87 
Ir al lote
<
>

Escuela italiana; siglo XVI. "Cristo llevando la cruz". Óleo sobre tabla. Presenta faltas y restauraciones. Medidas: 65 x 43 cm. Modelo de Sebastiano Piombo. La concentración que muestra el rostro de Cristo, con los párpados caídos y la boca entreabierta, exalta la devoción del fiel, que ante la sobriedad de la escena contempla los últimos momentos de la vida de Jesús. El autor sólo refleja el busto del protagonista y parte de la cruz, aunque no en su totalidad, reduciendo los elementos al mínimo para crear una imagen de emoción contenida. Esta contención se aprecia también en el tratamiento técnico de la anatomía, donde las manos y el brazo que se ven bajo la túnica muestran la tensión de las venas, cargadas con la fuerza de portar la cruz. Esta habilidad artística se refleja también en pequeños detalles como las gotas de sangre provocadas por la corona de espinas, que no caen de forma dramática sobre el rostro, y las lágrimas transparentes que humedecen las mejillas del protagonista. En este lienzo el autor representa uno de los momentos más dramáticos del Vía Crucis, el instante en que Cristo soporta el peso de la cruz. En este episodio es habitual ver a Simón el Cirineo ayudando a Jesús a cargar con la cruz, o a la Verónica ofreciéndole un paño para limpiarle el rostro de sangre y sudor. Sin embargo, el autor de este lienzo prescinde de estos personajes y no busca otro significado teológico que el del propio sufrimiento y sacrificio voluntario de Cristo en favor de la humanidad. De hecho, esta generosidad suprema se ve reforzada por la propia mirada de Jesús, que evita la nuestra, volviéndose hacia un lado, hacia algo que no vemos porque está fuera del cuadro. La pintura barroca es uno de los ejemplos más auténticos y personales de nuestro arte, porque su concepción y su forma de expresión surgieron del pueblo y de los sentimientos más profundos que anidaban en él. Con la economía del Estado quebrada, la nobleza en decadencia y el alto clero agobiado por los pesados impuestos, fueron los monasterios, las parroquias y las cofradías de clérigos y seglares quienes promovieron su desarrollo, y las obras se financiaron a veces por suscripción popular. La pintura se vio así obligada a plasmar los ideales imperantes en estos ambientes, que no eran otros que los religiosos, en un momento en que la doctrina de la Contrarreforma exigía al arte un lenguaje realista para que los fieles comprendieran y se identificaran con lo representado, y una expresión dotada de un intenso contenido emocional para aumentar el fervor y la devoción del pueblo. El tema religioso es, por tanto, el más recurrente. Presenta faltas y restauraciones.

Valoración 3 000 - 3 500 EUR
Precio de salida 2 000 EUR

* Gastos de venta no incluidos.
Consulte las condiciones de venta para calcular el precio de los gastos.

Gastos de venta: 24 %
Dejar una orden
Inscribirse en la subasta

Subasta el miércoles 26 jun : 12:45 (CEST)
wwwsetdartcom, pays.null
Setdart.com
+34932463241
Ver el catálogo Consultar las CGV Información sobre la subasta

Entrega en
Cambiar dirección
Esta solución de entrega es opcional..
Puede recurrir al transportista de su elección.
El precio indicado no incluye el precio del lote ni los gastos de la subasta.