Escuela española del siglo XVI. "Cristo crucificado". Madera tallada. Con restos de dorado en el paño de pureza. Cruz de madera ebonizada con detalles plateados en los extremos de los brazos. Presenta faltas en la talla. Medidas: 35 x 35 x 5 cm (Cristo); 66 x 46 x 9 cm (cruz). Escultura de madera de un Cristo crucificado. La efigie devocional denota calidad en la talla e interés por captar la belleza del cuerpo humano. A pesar de ser una anatomía en la que la huella del patetismo está impresa por los estigmas, el tallista (adscrito a la tradición renacentista) gira los miembros con destreza y confiere al conjunto un porte noble y armonioso. La cabeza inclinada descansa ya del sufrimiento. Los párpados cerrados y el rostro enjuto, enmarcado por una barba trabajada mechón a mechón, dan un semblante verista. Es un Cristo con tres clavos, cubierto por un paño de pureza que, agitado por un viento invisible, se pliega en audaces drapeados. El dedo índice extendido alude a la doble naturaleza de Jesús, humana y divina.