ESTEVA Y CÍA., Barcelona, ca. 1900. "Virgen de la Merced". Plafón de estuco dorado. Sello y numeración en el lado izquierdo. Presenta marcas de uso, desgaste y faltas, así como restauraciones. Medidas: 120 x 52 x 15 cm. Plafon de estuco dorado fabricado en los talleres barceloneses de Casa Esteva y Cia. Representa a la Virgen de la Merced con el Niño Jesús. El Niño sostiene el escapulario, símbolo característico de esta advocación mariana. El plafón combina altorrelieve y bajorrelieve, y las ondulaciones de los ropajes denotan su plena pertenencia al modernismo catalán. También es característica de este movimiento la forma de resolver los frisos florales y la delicadeza de los rostros. La Casa Esteva y Cía. de Barcelona, estuvo activa entre finales del siglo XIX y principios del XX, y trabajaron como diseñadores para personajes destacados de la época, como Pablo Gargallo. En la actualidad, se conservan piezas de esta firma en destacadas colecciones como el Museo Nacional de Arte de Cataluña. La Virgen de la Merced es la patrona de los cautivos, no sólo físicos sino también espirituales, y de todos aquellos que han sido marginados por la sociedad. Su devoción tiene su origen en Cataluña. En torno a ella se fundó la Orden de la Merced, iniciada por San Pedro Nolasco a principios del siglo XIII. Fueron precisamente los monjes mercedarios quienes difundieron su culto por España, Francia e Italia a partir de esa fecha. La iconografía de las representaciones de la Virgen de la Merced adquiere su forma definitiva en el siglo XVI, que en el Barroco deriva hacia representaciones más dinámicas, con rompimientos de gloria.