Null Vitrina; Madrid, segunda mitad del siglo XVII. 

Madera de ribera ebonizada…
Descripción

Vitrina; Madrid, segunda mitad del siglo XVII. Madera de ribera ebonizada con aplicaciones de hueso. Presenta faltas. Medidas: 105 x 74 x 38,5 cm. Vitrina en madera de ribera ebonizada, con detalles decorativos de marquetería y apliques de hueso. La estructura, de inspiración arquitectónica, es rectangular, con cornisas talladas en la base que descansan sobre cuatro patas. El cuerpo superior está rematado con una galería calada a modo de balaustrada. La escuela madrileña surgió en torno a la corte de Felipe IV primero y de Carlos II después, y se desarrolló a lo largo del siglo XVII. Los analistas de esta escuela han insistido en considerar su desarrollo como resultado del poder aglutinador de la corte; lo verdaderamente decisivo no es el lugar de nacimiento de los distintos artistas, sino el hecho de que se educaran y trabajaran en torno y para una clientela nobiliaria y religiosa situada junto a la realeza. Esto permite y favorece una unidad estilística, aunque se aprecien las lógicas divergencias debidas a la personalidad de sus miembros. En su origen, la escuela madrileña está ligada a la subida al trono de Felipe IV, monarca que hizo de Madrid, por primera vez, un centro artístico. Esto supuso un despertar de la conciencia nacionalista al permitir una liberación de los moldes italianizantes anteriores para saltar de los últimos ecos del manierismo al tenebrismo. Este será el primer paso de la escuela, que en sentido gradual caminará sucesivamente hasta la consecución de un lenguaje barroco más autóctono y vinculado a las concepciones políticas, religiosas y culturales de la monarquía de los Austrias, para ir a morir con los primeros brotes de rococó que se manifiestan en la producción del último de sus representantes.

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Vitrina; Madrid, segunda mitad del siglo XVII. Madera de ribera ebonizada con aplicaciones de hueso. Presenta faltas. Medidas: 105 x 74 x 38,5 cm. Vitrina en madera de ribera ebonizada, con detalles decorativos de marquetería y apliques de hueso. La estructura, de inspiración arquitectónica, es rectangular, con cornisas talladas en la base que descansan sobre cuatro patas. El cuerpo superior está rematado con una galería calada a modo de balaustrada. La escuela madrileña surgió en torno a la corte de Felipe IV primero y de Carlos II después, y se desarrolló a lo largo del siglo XVII. Los analistas de esta escuela han insistido en considerar su desarrollo como resultado del poder aglutinador de la corte; lo verdaderamente decisivo no es el lugar de nacimiento de los distintos artistas, sino el hecho de que se educaran y trabajaran en torno y para una clientela nobiliaria y religiosa situada junto a la realeza. Esto permite y favorece una unidad estilística, aunque se aprecien las lógicas divergencias debidas a la personalidad de sus miembros. En su origen, la escuela madrileña está ligada a la subida al trono de Felipe IV, monarca que hizo de Madrid, por primera vez, un centro artístico. Esto supuso un despertar de la conciencia nacionalista al permitir una liberación de los moldes italianizantes anteriores para saltar de los últimos ecos del manierismo al tenebrismo. Este será el primer paso de la escuela, que en sentido gradual caminará sucesivamente hasta la consecución de un lenguaje barroco más autóctono y vinculado a las concepciones políticas, religiosas y culturales de la monarquía de los Austrias, para ir a morir con los primeros brotes de rococó que se manifiestan en la producción del último de sus representantes.

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