Maurice de VLAMINCK (Paris 1876 - Rueil la Gadelière 1958)
Vista de Valmondois
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Descripción

Maurice de VLAMINCK (Paris 1876 - Rueil la Gadelière 1958) Vista de Valmondois Tinta china sobre papel 38 x 46 cm Firmado abajo a la derecha Vlaminck En el reverso de la tabla de montaje hay una antigua etiqueta manuscrita en la que se lee: Maurice de Vlaminck Rue de village Procedencia Venta por Maître Binoche, Palais Galliera, diciembre de 1971. Artista de temperamento apasionado y rebelde, Maurice de Vlaminck es una figura emblemática de la escena artística de la primera mitad del siglo XX, cuyos cuadros siguen fascinando a los amantes del arte y a los coleccionistas. Destinado inicialmente a una carrera deportiva, Vlaminck abandonó este camino tras contraer una enfermedad a los 20 años. Tomó clases con el pintor Robichon, pero pronto se cansó de esta formación académica. En 1900, por casualidad, conoció a André Derain en un tren, con quien entabló amistad y retomó la pintura de forma autodidacta. Sus obras muestran una predilección por las escenas de los alrededores, pueblos tranquilos con ríos y caminos sinuosos, sobre todo en los alrededores de Chatou y Bougival. Espíritu apasionado y rebelde, escribió algunos artículos para Le Libertaire y se acercó a artistas fauvistas como Matisse y Van Gogh, cuyo uso del color puro y la violencia cromática admiraba, en perfecta sintonía con sus instintos. Gracias a estos encuentros, Vlaminck se dedicó definitivamente a la pintura. Desarrolló un estilo enérgico, de pinceladas rápidas y colores vibrantes, para expresar su intensa y personal visión de la naturaleza. En 1910, Vlaminck conoció la obra de Cézanne, que le llevó a adoptar una paleta de colores más oscuros y a concentrarse más en la estructura y la forma. Pero fue realmente con el trauma de la Primera Guerra Mundial cuando el artista abandonó las explosiones de color y comenzó a pintar paisajes atormentados y composiciones florales en tonos oscuros que reflejaban el trauma de la guerra. Esto marcó una importante transición artística. Sus colores se aplicaban con pinceladas anchas y planas, creando contrastes sorprendentes entre cielos amenazadores, campos y calles sumidos en la penumbra, y ramos de flores iluminados por una luz fría sobre un fondo negro. De este modo, sus cuadros demuestran un dominio de las luces y las sombras, ofreciendo una mayor profundidad emocional. En cuanto a sus paisajes, sus composiciones están a menudo estructuradas de tal manera que guían la mirada a través de una diagonal sobre el lienzo. El efecto general es a la vez intenso y armonioso, e invita al espectador a sentir la melancólica energía de la escena que tiene ante sí. Los cuadros que presentamos en nuestra venta atestiguan la maduración artística de Vlaminck, que pasa de la audacia del color a una exploración más sutil de la atmósfera y la forma.

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Maurice de VLAMINCK (Paris 1876 - Rueil la Gadelière 1958)

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